La jugadora arcoiris

Hideaki

- ven aquí pequeño! - llamé al cachorro que había encontrado gracias a los chicos, el cual vino corriendo hacia mi al apenas escucharme - buen chico - dije acariciándolo ante su buen comportamiento - ¿Como podría llamarte? - me pregunte al verlo, pero al final acabé colocándole el nombre de un amigo al que había conocido en el hospital cuando era pequeña - Hideaki será, pero te diré Hide para abreviar - le dije al cachorro como si este pudiera entenderme, pero la verdad es que simplemente me observo curioso para continuar explorando.

- Tn chi! - llamó el rubio de Kise a lo lejos corriendo por el parque hasta llegar junto a mi - mira lo que conseguí! - dijo enseñándome un collar de color negro junto a una correa a juego.

- Kise, no debiste - le dije sorprendida, pero admitía que su gesto me había alegrado - ahora tendré que invitarte a comer - le dije burlona, pero este se lo tomo muy bien  y comenzó a celebrar. El día de hoy Kise me había llamado para salir a dar una vuelta con Hideaki, pero al final acabamos paseando en el parque por más de 3 horas, por lo que era normal que lo invitara a comer a mi casa.

- ¿Que harás? - me pregunto durante el camino de vuelta, por lo que sonrei levemente y le respondí.

- Haré curry - le contesté.

(...)

- Esta delicioso! - grito el rubio contento, pero su expresión rápidamente cambio a un puchero - ¿pero por qué ustedes están aquí? - les pregunto a los chicos que de igual manera comían en la mesa.

- Yo vine a ver a Hide - dijo el peliceleste con su usual mirada neutral - Kagami solo vino porque tenia curiosidad - dijo el jugador fantasma sin un pelo en la lengua.

- Serás! - dijo el pelirrojo molesto por haber sido expuesto por su amigo.

- Yo vine porque el horóscopo de hoy decía que cáncer tendría mala suerte, por lo que necesitaba estar cerca de un capricornio para neutralizarla - dijo Midorima con simpleza,  sacandole a más de uno una expresión resignada.

- bueno...- comencé a hablar ganándome la atención total de los chicos - que les parece salir a jugar basquetbol más tarde? - les pregunte con una pequeña sonrisa que ellos correspondieron casi al instante o al menos la mayoría, ya que Kagami intentaba alejarse de Nigou y Hide con insistencia, lo cual me saco más de una risa en lo que lleva del día. En cambio, Murasakibara permanecía comiendo y repitiendo el plato cada vez que podía, lo cual me hacia sentir aliviada de que al menos no habrían sobras que botar.

- Tn san - llamó Kuroko a mis espaldas haciéndome sobresaltar - te ayudo - dijo ayudándome a tomar algunos de los platos sucios para acompañarme con ellos a la cocina.

- Gracias - le dije sin reclamar para apreciar su amabilidad - deja que me encargue de esto mientras tu controlas que Kagami no rompa nada - le dije casi riendo al imaginarme su situación, ya que desde la cocina llegaban los gritos de auxilio del gigante pelirrojo.

En respuesta, el chico de cabello  celeste asintió y fue hacia su amigo, pero en vez de que sus gritos cesaran, estos aumentaron.

- ¿Que pasa ahora? - me pregunte al escuchar tanto ruido en el comedor.

[imaginen que el perro es Hide y que esto ocurre en la casa de Tn con los chicos riendo]

- creo que esto tomara tiempo - suspiro resignada.

(...)

- ¿Ya llegamos? - les pregunté a los chicos sin poder ver por donde íbamos, ya que no podía excederme con el uso de la vista o podría ser perjudicial para esta.

- Ya casi - dijo Akashi sin soltar mi brazo para que no me perdiera, aunque admito que la decisión de quien me iba a llevar fue reñida.  Akashi termino ganando gracias a que Hide justo paso por las piernas de Kagami haciéndolo usar papel en vez de piedra en aquel juego decisivo, ganando así el pelirojo de tamaño normal el derecho de guiarme mientras los demás hacían de muro y tapadera gracias a su altura.

- ¿Llegamos?- pregunte esta vez con la intencion de molestar al chico que me guiada por las calles, pero al parecer justo acabábamos de llegar, ya que pude escuchar el sonido de la puerta que daba entrada a la cancha rechinando.

- Si, llegamos - dijo Akashi para luego guiarme por los alrededores de la cancha para poder visualizarla mentalmente junto a los chicos

- Listo - dije al terminar de trazar lineas mentales hasta formar la cancha en la que estaba y poder caminar con mayor libertad en ella. 

Nigou y Hide estaban con Kuroko para evitar que se perdieran, por lo que podía estar tranquila y jugar con mis amigos al deporte que tanto apoyo me había brindado desde pequeña.

Equipos: 1) Akashi/Tn/kise               2)Aomine/Kagami/Murasakibara 

reserva equipo 2: Kuroko

y así, el partido comenzó.

(...)

- No es justo, Kise me estaba copiando - dije infantilmente a pesar de que Kise estuviera en mi mismo equipo.

- No seas infantil Tn - dijo Akashi desde el punto rojo en el que lo visualizaba - Kise a hecho eso con todos - dijo haciéndome mirar hacia aquella luz dorada con molestia fingida, pero al final acabé desistiendo y fui hasta Kise para decirle unas cuantas palabras para molestarlo.

- La próxima vez asegúrate de observarme bien - le dije con una sonrisa egocéntrica que no tardo en desvanecerse de mi rostro al sentir a Hide resfregandose en mis piernas.

- hmp - dijo Kise haciendo un puchero probablemente.

- Bueno, creo que es momento de volver a nuestras casas -  dijo Kuroko de la nada haciéndome preguntar algo normal para una situación así.

- ¿Ya oscureció? - le pregunté con curiosidad, pero su afirmación breve me hizo ir a recoger mis cosas teniendo cuidado de no chocar con algo a pesar de "ver" la cancha.

- Te acompaño - dijo Akashi para luego ayudarme a caminar junto a Hide hasta mi hogar, pero admitia que su compañia no me resultaba incomoda a pesar del silencio que reinó en todo el camino.

- Gracias - le dije desde la puerta de mi casa con más tranquilidad, ya que sabia que a él lo vendrían a buscar en el auto de su familia.

- tn...- dijo él de repente haciéndome inclinar la cabeza hacia un lado con confusión - no permitas que descubran que eres una mujer en Rakuzan - dijo antes de marcharse, lo cual me dejo con una enorme preocupación.

ahora que lo pensaba, ¿Que haría después de participar en los partidos?

Yo no podía esconder mi verdadera identidad para siempre.

y ante aquel amargo pensamiento, me fui a dormir.