Little Bouchard (Gilbert Blythe)

3

✨capítulo 3✨

La noche que me quede a dormir en Tejas verdes no fue lo que se llama tranquilo, si, Marilla nos hizo una exquisita cena, Anne y yo hablamos hasta quedarnos dormidas, pero el ruido que nos despertó, y el olor a quemado nos hizo alertarnos, miramos las dos por la ventana, la casa de los Gillis ardía en llamas. Salimos escopetadas de la habitación de Anne.- ¡Marilla la casa de Ruby!- exclamó Anne.
-lo se, iremos a ayudar, vamos niñas coged cubos- cogimos todo lo que serviría, montamos en el carro y fuimos a casa de Ruby.-
-Dios mío-susurré, ví como Ruby y su familia ya se encontraban fuera de peligro.
-¡Anne!¡Charlie!-gritó Diana corriendo hacia nosotras- estáis bien
-si pero el fuego no cesa- le dije a Diana.
-el fuego necesita oxígeno- empezó Anne.
-claro, cerrar puertas y ventanas lo sofoca- fui a por toallas, las mojamos- hay que entrar Anne- abrí la puerta y subimos las escaleras hacia el piso de arriba, comenzamos a cerrarlas, una estaba abierta de par en par, vi a Gilbert en la ventana, me miró sorprendido.
-¿Charlotte?- cerré la puerta de golpe, oía como me llamaba Gilbert, comenzamos a toser, Anne cayó al suelo, la tuve que coger del brazo y sacarla de la casa, la señora Cuthbert y Diana nos pusieron mantas por encima.
-¿como se os ocurre entrar ahí?- dijo Marilla apunto de salírsele el corazón del pecho.
-el fuego necesita oxígeno, cerrar puertas y ventanas lo sofoca, Anne tuvo la idea- dije abrazando a Anne-
-pero tú hiciste casi todo-me dijo Anne.
-a ti se ocurrió.
-Anne ha salvado la casa- grito Jerry, papá corrió hacia mi y me abrazó.
-No vuelvas a hacer eso, en tu vida, Charlotte Jean Bouchard- me volvió a abrazar, también vino Caleb medio llorando.
-Caleb no llores, estoy bien, estoy viva-dije abrazando a mi mellizo.
-te juro que como te hubiese pasado algo me muero- dijo abrazándome más, Ruby también lloraba, pero no por nosotras, sino por su casa, sus vestidos, sus joyas.
Estaba sentada en un tronco sola, con una taza de leche caliente, sentí como alguien se sentaba a mi lado, Moody.
-No para de preguntar por ti- dijo riendo.
-¿quien?
-quien sino Charlie, Gilbert.
-Desea que no haya muerto, con quien sino competirá- dije mirando como buscaba a alguien.
-le gustas-dijo Moody de repente, haciendo que le mirase- No me mires así.
-No le gusto, Moody. Gilbert terminará con alguien como Ruby, o Diana, pero como yo, no lo creo, creo que somos amigos
-¿como no puedes saber si alguien es tu amigo Charlotte?
-No lo se- dije mirando al suelo.
-parece que ha encontrado lo que buscaba, te dejo con Romeo-dijo Moody yéndose.
-Moody, vuelve- le rogué, el solo reía mientras se iba.
-¿porque te metiste?-dijo Gilbert, en frente mía, tenía la cara negra, supongo que yo también.
-ahora no me apetece hablar, ni pelear- me levante para irme pero me cerró el paso- Gilbert-dije cansada.
-No enserio, ¿no tenéis cabeza?-dijo enfadado- ¿si os hubiese pasado algo? ¿Sabéis el daño que haríais?
-¿porque me estás diciendo esto?que yo sepa no eres mi padre
-No, pero.....-se quedó callado- sólo no lo vuelvas a hacer- y con eso se dio la vuelta para volver a su casa.
-¿Que quería?- preguntó Ruby, llorando, Diana y Anne estaban con ella- ¿Que hacía hablando contigo?
-Me preguntaba si estabas bien- el rostro de Ruby se relajó y sonrió.
-siempre tan atento, que mono es- dijo maravillada, la madre de Ruby le dijo a esta que tendría que pasar unos días en Tejas verdes hasta que reconstruyesen su casa, se puso a llorar muy fuerte. Volvimos a Tejas verdes. A bañarnos, sobre todo Anne y yo.
-Charlotte querida, quédate a dormir, hoy no habéis dormido nada- dijo Marilla con pena.
-con gusto, señora Cuthbert, creo que hoy va a ser un día duro para todos.
-por eso haremos galletas- dijo Anne- para que mientras trabajan puedan alimentarse.
Estuvimos dos horas haciendo centenas de galletas para todos los hombres del pueblo ayudando a los Gillies.
Anne, Ruby yo nos dirigimos a la casa de Ruby-
-¡Mira son la rara y su nueva gemela!- dijo Billy refiriéndose a Anne y a Ruby- Charlotte-me sonrió, lo mire seria.
-mientras traigan comida, como si es cuasimodo- dijo Gilbert sofocado, en ese momento Ruby tropezó y cayó de morros al suelo, Billy empezó a reírse, Al contrario de Gilbert, quien se mantuvo serio,Ruby comenzó a llorar, Anne y yo la intentamos ayudar a levantarse, pero no hacía el mínimo esfuerzo para ponerse de pie.
-las chicas son inútiles,porque no os habéis quedado en casa a cocinar- dijo Billy.
-¿pero que pasa contigo?- dijo Anne enfadada-
-véte a hacer galletas
-última hora, ya las ha hecho- dijo Gilbert-
-es la propiedad de Ruby, ¿o se te olvida?- pregunte yo.
-¿porque no te largas y dejas que los hombres trabajemos?
-¿porque no me das el martillo y acabo yo, ya que estás tan ocupado de burlarte de los demás?-gritó Anne, los hombres comenzaron a reír, Gilbert vino hacia nosotras, hacia Ruby.
- vamos, ¿estás bien?-la ayudo a levantarse, cogió su sombrero y quitó las hojas, miraba la escena con recelo, Gilbert nunca se dirigía a Ruby,¿porque ahora si? Ruby estaba embobada mirándole.
-Gracias Gilbert- dijo atontada-
-si, gracias por dar de comer a las bestias- dijo el, me miro, y mantuvo su miraba fija en mi, quería decirme algo.
-bueno ya va siendo hora de irnos- dijo Anne- Adiós
-Adiós Gilbert- se despidió Ruby, Anne se la llevaba arrastrándola.
-Charlotte- le mire esperando a que siguiera, dudó- que pases un buen día.
-claro, tú también, te veo en la escuela-me di la vuelta para seguir a Anne y Ruby.
-Gilbert es tan atento- dijo con voz soñadora Ruby, Anne y yo nos miramos, como tuviésemos que escuchar a Ruby todo el día hablar de Gilbert lo llevábamos claro.

                                            🌿🍃

-llego la noche y Ruby estaba mejor, había dejado de llorar, esta ya estaba dormida, pero Anne y yo todavía no teníamos sueño, dijimos a Marilla que saldríamos a dar una vuelta por aquí, y que Ruby ya dormía.
-Anne tendrías que venir a mi casa a pasar el día, y a conocer como es debido a mi padre.
-es verdad, con tanto drama casi había olvidado esa tan apetitosa oferta- reímos- oye Charlie, ¿te puedo hacer una pregunta?
-te escucho- dije mirando mis pies mientras andábamos-
-¿Has tenido algo con Gilbert?- frené en seco al escuchar la pregunta, la mire estupefacta.
-¿porque la pegunta?
-siempre os miráis.
-estás alucinando Anne, Gilbert y yo no somos, ni hemos sido y seremos nada más allá del compañerismo y vecinos.