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-¿Creéis que la habrá convencido?- pregunté mirando por la ventana esperando a Diana y a Anne

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-¿Creéis que la habrá convencido?- pregunté mirando por la ventana esperando a Diana y a Anne.
-claro que si, Anne es muy crédula.- dijo Josie poniendo las tazas sobre la mesa. Sonreí, aunque Josie fuese a veces insoportable, había cambiado, seria porque estaba enamorada o por que había madurado, no lo sabemos.
-¡Ahí vienen!- exclamé, nos pusimos alrededor de la mesa. Por el rellano apareció Anne sin aliento.-¡Sorpresa!- exclamamos todas. Daría todo por haberle sacado una fotografía para recordar su cara en este momento para toda la vida.
-sentémonos en la mesa.- dijo Ruby- es todo para ti.
La mañana se basó en comer y comer, charlar sobre chicos y como se sentía la cumpleañera con sus dieciséis años.
-solo pienso ser la novia de la aventura.- reímos.
-nunca se de que estás hablando.- dijo Ruby con una sonrisa, me atraganté con el té, empecé a toser.
-felicidades, felicidades,felicidades- Minnie May daba vueltas sobre sí misma hasta que se tiró al suelo, todas nos levantamos, cogimos un pastel y nos pusimos alrededor de la niña, en resumen, fue una mañana memorable para todas.





-¿Quien es el?- preguntó Edward

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-¿Quien es el?- preguntó Edward. El chico era alto y con ojos verdes, Anne llegó a mi lado.
-¿Es nuevo?- preguntó emocionada, me fijé en su vestimenta, ese gorro que llevaba era parecido al de Gilbert, estaba apoyado contra la pared dándole una calada al cigarro.- presentémonos.- dijo dispuesta a ir donde aquel chico desconocido, Diana la agarró del brazo impidiéndola avanzar.
-¿Estás loca?- El chico giró su atención a nuestra dirección y nos vio a los cuatro mirarle, apagó el cigarro y lo metió en el bolsillo delantero.- Estaba fumando.
-¿y qué?- Miré al chico, miraba a los adolescentes y niños hablar mientras él estaba ahí solo pero tampoco parecía importarle. Me adentré a la escuela, dejé mis cosas sobre la mesa y me acerqué a la señorita Stacey.
-buenos días señorita Stacey, me preguntaba si podrías mandarme cosas extra para los exámenes de acceso, estoy bastante preocupada.
-¿preocupada?, estás entre los tres mejores de la clase, Gilbert también está empeñado en hacer cosas extra, no deberíais preocuparos...- su atención fue puesta detrás mía.- si quieres podemos hablar después de clase, se lo diré también a Gilbert.- me ofreció una sonrisa y de dirigió a el chico nuevo, me apoye sobre la mesa de la señorita Stacey.- tu debes de ser Spot, ahora te puedes presentar cuando estén todos.- puse los ojos en blanco, los que entraban miraban con curiosidad, las chicas cuchicheaban, a Billy no le hacía mucha gracia que los ojos femeninos no estuviesen posados sobre el.
-¿Que pasa Billy, estás celoso del nuevo?- me burlé de él.
-¿Debería preocuparme por esa sucia rata?
-ya sabes, a las chicas nos gusta que un hombre fume, le da masculinidad.- dije con sarcasmo. Me senté junto a Jane, quien se volvía a quejar de Josie y Billy.
-enserio como siga esto así me voy a tirar de los pelos.- resopló.
-¡Chicos callad!- dijo la señorita Stacey.- tenemos un nuevo alumno, preséntate Spot.- Los ojos del chico nuevo eran fríos y calculadores, todos estábamos callados.
-Spot Conlon- dijo con un acento extraño.- Vengo de Nueva York, Brooklyn.- se quedó callado analizando nuestras caras.
-¿Hay algo que te guste hacer Spot?
-En Brooklyn solía salir a bares con los newsies, fumar, encontrar a unas cuantas chicas que no estuviesen mal...
-¿algún hobbie?- preguntó La señorita Stacey cambiando de tema, no queriendo escuchar lo siguiente.
-Soy bueno con el tirachinas.- se escuchó una risa proveniente de Billy Andrews, como no.
-¿Eso no es para niños?
-¿Que haces con una escopeta si eso es para hombres?- se acercó sigilosamente a su mesa.- No eres especial chaval, todos acabamos en el mismo sitio.- estábamos todos boquiabiertos, ni siquiera la profesora le dijo nada, mire a Jane la cual estaba con los ojos abiertos como platos.- ¿puedo sentarme?- la profesora asintió con la cabeza.

-No dejas de mirar al chico nuevo, Charlie.- mire a Jane como si estuviese loca.
-No lo estoy mirando.
-No que va.- ironizó.- no le has quitado la mirada desde que ha empezado la clase.
-¿No te gustaría ir a Nueva York?- le pregunté.
-si toda la gente es como el, no gracias estoy bien en Avonlea.- todavía lo miraba y como soy tan patética me pilló mirándole, y como un tomate no quité la mirada de la suya, era una guerra de miradas hasta que alguien se puso delante mía.
-¿también te ha dicho de hablar la señorita Stacey?- Era Gilbert, no me había dado cuenta de su presencia esa mañana.
-eh, si, es sobre clases extra, para el examen de acceso, no hace falta que me esperéis.- Anne y Diana asintieron, recogí mis cosas y ambos fuimos donde estaba la profesora.
-Gilbert,Charlotte, me alegra y me preocupa que queráis estas clases, no es bueno obsesionarse, él cerebro debe descansar de vez en cuando.
-¿Eso significa que no nos dará cosas extra?- pregunté.
-Tampoco he dicho eso, solo digo que no os lo toméis tan a pecho, los lunes y los miércoles podéis venir por la tarde, si no tenéis nada que hacer, a las seis.
-yo puedo- dijimos al unísono.
-genial pues os espero a partir de la semana que viene, que tengáis buena tarde.- se despidió, salimos de la escuela y cogimos el mismo camino.
-Gilbert, ¿Sigues enfadado por del otro día?- corté aquel silencio incómodo, posicionándome en frente suya.
-No estaba enfadado...
-No soy tonta Gilbert, ambos sabemos que algo te molestó.- sacó una de sus manos de su bolsillo para decir algo.
-Creía que tú...- no conseguía terminar la frase.- ¿A ti te gusta Moody?
-No, claro que no.- respondí con esperanzas de que dijese algo sobre nosotros.
-¿Si no te gusta entonces porque le pediste pasar la tarde juntos?- preguntó un tanto dolido.
-Es mi amigo.- excusé.- Cole también era mi amigo y no decías nada.
-Es distinto, no le tratabas de esa forma.
-¿De que forma Blythe?
-¿Por qué nunca me has tratado como a los demás?- ya no me miraba a mi, sino al suelo.- Siempre me pregunté que te había hecho, y he llegado a la conclusión de que lo único que te importa es llegar a lo más alto.
-todos tenemos ambiciones.- dije desconcertada sin saber a qué rumbo llegaría esta conversación.
-¿Por qué dejas a algunos entrar tan fácilmente a tu vida y a otros por mucho que nos esforcemos...?-No terminó la frase.
-Gilbert, todo esto viene porque le dije a Moody de pasar la tarde juntos.- se que lo quería poner celoso, pero no hacerle sentir como si él no valiese nada en mi vida.- Si sientes que no te dejo entrar en mi vida lo suficiente estás muy equivocado. Seguramente sabes de mí más que nadie.

Little Bouchard (Gilbert Blythe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora