¿Quién eres tú?

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Desperté, cruce mis brazos atrás de mi cabeza y me puse a pensar en aquella chica y la letra de la canción, ¿Por que sentía dolor cuando empecé a escuchar la letra? su voz me transmitía tanta melancolía y añoranza, la sentía tan cercana, ¿Como era posible que una voz que jamás había escuchado en mí vida real causará tanto?
Miré la hora en mi teléfono llevaba pensando como idiota más de una hora y se me estaba haciendo tarde, me levanté lo más rápido que pude y me arreglé más rápido de lo que Flash lo pudiera hacer, para salir corriendo de mí cuarto.
-Tiago desayuna, ¡No puedes trabajar sin nada en tu estómago! - grito mientras yo salía corriendo de la puerta, se veía renovada creo que el hecho de tenerme en la casa encerrado la deprimía más a ella que a mí.
Corrí lo más rápido que pude para llegar al metro, era afortunado al tener mi trabajo tan cerca ya que sólo eran cuatro estaciones, baje a base de empujones y codazos que mi compañero de viaje me había proporcionado. Al llegar a trabajar cheque mi tarjeta para después dirigirme a donde estaba la paquetería.
Quién me entregaba el trabajo del día era una señora que llevaba ya varios años en esa empresa tenía aproximadamente unos 55 años y media a lo mucho 1.55m.

-Tiago luces muy cansado - comento la señora con aire de madre- ¿Como dormiste bien ?
-Si dormí bien, apenas llegué a casa y caí rendido, me imagino que es parte del trabajo - sonreí forzadamente.
-Hay hijo no deberías de forzarte a sonreír, nunca he confiado en la personas que lo hacen pienso que tratan de matar a alguien detrás de esa sonrisa - cuando hablaba movía constantemente sus manos inmediatamente solté una carcajada.
-No creo que mate a nadie- me acerqué a su oído para decirlo suavemente- tengo miedo de matar un insecto por que pienso que se vengaran de mi.

Volteó a verme,levanto su ceja izquierda y su nariz se subió un poco.
-No hijo tú si estás loco, mejor ponte a trabajar.

Mi trabajo era siempre demasiado aburrido, pero si algo había que me gustaba es que podía ver por unos instantes la ciudad y todo su movimiento.

Al terminar de trabajar me dispuse a tomar el metro, antes de entrar a la estación vi a una chica vendiendo pulseras trenzadas me llamó la atención una que era roja con tonos naranjas.
-¿Cuanto cuesta está?- la chica seguía haciendo más pulseras y sin mirarme contestó.
-Está en 15 pesos joven, pero no se le va a romper es de muy buena calidad, sólo fíjese en como lo trenzo, jamás se soltará - la chica se sentía orgullosa de su trabajo y era notorio el por qué, ninguna pieza era igual, unas tenían trenzado de dos cruces y la más elaborada era de 10.
-Deme esa - la chica extendió su mano y al momento de tocarla me vino una especie de recuerdo, mientras sonreía la chica de mi sueño ataba a mi muñeca una pulsera parecida.

-Dicen que las veces que sea cruzada la pulsera o las veces que sea anudada será el número de vidas que estaremos juntos-

-Joven ¿Se encuentra bien? - se escuchó la voz de la chica de las pulseras.
-Si estoy bien- me volteé para caminar y la chica dijo
-Joven no me ha pagado-
-Lo lamento no era mi intención-saque el dinero para pagarle la pulsera y empecé a   bajar las escaleras para entrar al vagón del metro. Ya adentro saque la pulsera y la mire detalladamente esperando dar una respuesta a lo que acababa de pasar, me desconcentre tanto que alcance a salir del metro cuando estaba el sonido de cierre de puertas.

Abrí la puerta de mi casa -Ya llegué- grite, cuando entré, en   la mesa vi una nota que decía:
Tiago, tu papá se corto el dedo un poco profundo al ayudarme con la cena, lo llevaré al médico a que le pongan unas puntadas. Ahí hay dinero por si quieres pedir algún tipo de comida.

En realidad no tenía mucha hambre y decidí meterme a bañar, al salir agarre la pulsera nuevamente y la mire con detenimiento, después de verla un tiempo la coloque en el mueble que estaba al costado de mi cama para después dormir un poco.

Esa noche ella apareció de nuevo,esta vez no cantaba si no que extendía su mano invitándome a tomarla

-¿Quién eres? - pregunté luego de tomar su mano, pero ella no respondió y sólo sonrió-Dime quien eres me volverás loco si sigues apareciendo sin decir nada- solté su mano.

-No puedes saber mi nombre,al menos no ahora debes esperar un tiempo y responderé tus preguntas- después de decir esto ella se fue tarareando la misma canción

🎶Perdona no estar ahí
Perdona que estés sin mí
En otra vida quizás
Nos volvamos a encontrar.

Yo sé que sabes quién soy 🎶

Sin mi hilo rojo (Disponible En Físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora