Taehyung olvidó hace mucho lo que significaba el púrpura para él.
Ahora, el púrpura es sólo el color que toma su ojo después de ser golpeado.
Drama/Violencia.
Taekook.
Tae top!
Kook bottom!
Mención de Sope.
Atención: ¡Al fin sabremos del novio de Yoongi directamente! Y es...
;)
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Una promesa rota es un corazón roto.
No es la primera vez que Yoongi está en una estación de policía.
La primera vez fue la tarde en que debió rendir declaración por lo que había hecho Yoona, las siguientes no fueron muy diferentes, se trataron de visitas silenciosas e incómodas a su desequilibrada hermana que estaba a la espera de una sentencia; ellos sentados en la fría celda de 2x2 donde su hermana pasó casi dos meses hasta ser considerada mentalmente deficiente.
Está era, sin embargo, la primera vez que estaba en una por algo que no tenía que ver con Yoona.
No es que Yoongi se arrepintiese realmente de lo que había hecho; él mismo había alzado las manos cuando el primer coche patrulla llegó frente al edificio de apartamentos y alejándose unos pasos de Taehyung, Yoongi permitió que los oficiales de policía lo esposaran mientras el sonido de las sirenas de la ambulancia inundaba todo y para cuando los paramédicos ya estaban saltando en dirección a Tae y Joon Seok, Yoongi dejo que lo entrasen en la patrulla.
No se resistió, no tenía razón alguna para hacerlo.
Era plenamente consciente de lo que había hecho, de que tan grave era y de lo que eso podría traer como consecuencia para él. Así que lo único que pudo pensar mientras estaba sentado en la parte de atrás del coche patrulla, con su cabeza recostada contra el vidrio y las calles pasando frente a sus ojos, fue en que ojalá hubiese matado a Joon Seok para que así, valiese la pena cualquiera que fuese el castigo.
Habían pasado unas cuantas horas desde entonces, horas que pasó sentado en la celda con la espalda recostada contra la pared y los brazos descansando sobre sus rodillas. Suspirando de aburrimiento de vez en vez mientras escuchaba el sonido de teléfonos siendo contestados y de policías hablando de aquí para allá sobre patrullajes o como el café sabía a quemado. Horas en las que Yoongi sólo podía pensar en tres cosas.
Lo mucho que quería fumarse un cigarrillo, dónde estaría su motocicleta y... qué pasaría cuando los demás se enterasen.
.- Hey, Min Yoongi, ¿no? – la voz de un policía frente a su celda le distrajo de sus pensamientos sin ritmo, provocando que girase la cabeza en su dirección - ¿No se te informó de tu derecho a una llamada? Mis oficiales han dicho que no has solicitado ninguna.
