Caí en África (EL PRINCIPITO, FANFIC)

II

—¿Ah? —quedé estupefacta.

—¿Que por qué tu vida es un asco? —volvió a preguntar.

—Bueno, creo que es evidente —me revolví para que notara mi aprieto.

El chico abrió la boca, luego la volvió a cerrar. Estuvo así unos segundos.

—¿No me piensas ayudar? —hablé molesta.

—¿Así que tu vida es un asco porque estás envuelta en un paracaídas?

¿Me acaba de ignorar? Ah, no, niño. A mí nadie me ignora.

—Oye, tú —alcé más mi voz—. No sé si eres o te haces, pero me parece obvio que necesito ayuda.

Volvió a abrir la boca para luego cerrarla. Se acercó, mucho. Me pasó de largo por encima y se puso al otro lado.

—Me debes ayudar, cambiar de lado no lo hará... ¡Ey!

Comenzó a hacerme rodar hacia el lado contrario.

—¡Paraaaa!

Siguió haciéndolo. A penas estuve libre, me acerqué a él y lo tomé de su bufanda.

—¿Estás bromeando? Te pedí ayuda, no soy un juguete.

—Pero creí que querías que te sacara del paracaídas —su rostro cambió a uno confundido.

Ah, cierto. Ahora estoy fuera.

—Yo... lo siento, gracias —solté su bufanda—. Solo... no tuve un buen día —me senté sobre una roca cercana.

—¿Así que tu vida era un asco hasta que te saqué del paracaídas?

—No quiero hablar de eso.

—¿Ya no es un asco? —repitió con un tono más serio.

—¿Eres así de insistente...? —suspiré resignada—. Aún lo es, estoy perdida en el desierto, sin comida, sin agua. Para colmo, con un extraño.

—Sé dónde hay agua —comenzó a avanzar—, ven.

Dudé un poco. Lo seguiría. Igual, no tenía muchas opciones.

Era eso o morir de sed.

—¿Y cuándo llegaremos?

—Mañana, poco después de que salga el sol.

Mañana...

—¡¿Mañana?!