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Capítulo VII

Llegó alrededor de las ocho y media de la noche, hora aproximada donde comenzarían a llegar los invitados, fue a su cuarto, se cambió y se colocó una camisa blanca, pantalón negro y un saco negro. Varias preguntas le invadían la cabeza ¿Invitar a Wade o no invitarlo? Todavía tenía tiempo si es que no se arrepentía, podía invitarlo, llevarlo a ver las estrellas en el súper jardín que tenía la base, presentarlo con los vengadores y demás cosas. Pero, ¿y si Wade estaba ocupado? No quería molestarlo.

— Peter, llegaste justo a tiempo —dijo Steve con una camisa azul y pantalón negro de mezclilla—. ¿Qué te pasó en la cara? —los golpes que le dio Deadpool, demonios se le había olvidado por completo.

Es el asombroso ídolo nacional, defensor de los derechos y defensor de las personas, el asombroso Capitán America.

— Hola, Capitán —colocó su mano en la cabeza en forma de saludo militar—. No es nada, ya sabes trabajo de Spider-man, detuve un robo.

— No es necesario que hagas eso, aparte me puedes decir Steve —sonrió por un momento—. ¿Sabes donde está Tony? Por cierto, que no te vea esos moretones o te va a regañar.

— Claro, Steve —le sonrió— bueno acabo de llegar, pero vamos a buscarlo.

Y ahí iba el ídolo nacional con una pequeña araña, Peter no cabía de la emoción en su cuerpo, ¡iba al lado de Capitán America!

Entraron a la enorme sala de la base, ahí se encontraban muchísimos más vengadores, Bruce con su camisa morada y pantalón de vestir con saco en mano, Clint con su camisa negra y pantalón de mezclilla, Sam con traje y camisa guinda, Thor con Loki, los dos con traje negro, Natasha con un vestido corto; Vision con su suéter y pantalón gris y Wanda con un vestido corto igual que Natasha. Y ahí estaba Tony con su camisa blanca, un chaleco de vestir gris y una corbata roja con pantalón de vestir negro.

— ¡Capi!

— ¡Tony! —un gran abrazo de amigos que no se veían en mucho tiempo.

Peter vio como se abrazaron, para matar el tiempo sacó su celular, observó los mensajes de texto con Wade y trató de enviarle un mensaje, pero le daba pena presentarlo con los salvadores de la tierra y presentarlo con Tony, ¡No, por supuesto que no! Estaba loco.

— Pete, ¿Qué te pasó en la cara? —pregunta Tony acercándosele con un vaso de whisky.

— Detuve un robo —le sonrió— no te preocupes.

Todos en ese momento de la fiesta ya traían una copa de whiskey, y Peter decidió marcarle a Wade, tardo más de tres llamadas en contestarle hasta a cuarta fue cuando ya le contestó.

— Dormilón —dijo Peter como un "hola" a Wade.

— Hola, Pete, ¿como has estado?, tanto tiempo.

— Bien, ¿Tienes algo que hacer a las —pausó para ver la hora en su reloj—. nueve de la noche?

— No lo sé, pensaba tal vez en dormir mis ocho horas diarias. Mañana hay escuela ¿Recuerdas cerebrito? —dijo un poco sarcástico.

— Oh, yo pensaba invitarte a cenar pizza y whisky, viendo las estrellas en la base con muchos vengadores haciendo una gran fiesta abajo —dijo más sarcástico—. Pero si estás ocupado con la almohada, no hay problema.

— Dame ocho minutos y ya estoy ahí, más te vale que me recibas tú y no tus amigos vengadores.

Colgaron al mismo tiempo y Peter fue a la sala de nuevo, colocó su alarma en ocho minutos para recibir a Wade.

Timbraron y todos se quedaron quietos, Peter se asustó al pensar que era Wade, pero no, era un señor de noventa años con bigote blanco y muchas canas ¿Qué hacía un señor de esa edad trabajando para la pizzería más reconocida de Nueva York?

— Una entrega especial para el señor Tony... ¿Stank? —dijo el señor con un acento peculiar.

Todos echaron a reír a carcajadas ante el apodo que ahora tendrá el multimillonario.

— Sí, soy yo —dijo Tony dejando su vaso en la mesa de cristal de la sala

Agarró el montón de pizzas que pidieron, le dieron dinero y la propina; y el señor se fue en su moto con la placa "Stn-L19-22". Tony sintió que ya había visto a ese señor antes pero no le tomó mucha importancia.

Todos comenzaron a comer la deseada pizza, Peter agarró una caja para él y para Wade, y sonó su alarma, justo timbraron de nuevo y Peter salió como rayo a la puerta principal.

— ¡Yo abro! —gritó Peter con una rebanada de la jugosa pizza en la boca.

Y ahí estaba Wade con su camisa negra con puntitos blancos y uña pantalón negro de vestir, nunca había visto a Wade así de formal.

Lo tomó de la cintura y le dió un beso, pero no se percató que media base estaban detrás de los dos. Por suerte de los dos nadie los vio.

— Wade, los vengadores están detrás nuestro, vamos a mi habitación.

— Mejor vamos al techo, ahí donde nadie nos vea y vemos las estrellas juntos, aquí es la zona más limpia de nueva York.

Peter fue por la caja que había dejado en la barra, agarró una botella de whiskey, de ron, soda y una agua del frigobar.

— Joven Peter, no quiero alertarlo, pero si el señor Stark lo ve con un chico posiblemente se enoje —llegó Vision caminado con su suéter tejido a mano por el mismo.

— Por dios, Vision, ¿Haz visto como se miran esos dos? —apuntó a Steve y Tony con los ojos—. Están peor que yo y Wade, pronto lo presentaré como mi novio, solo esperaré el momento indicado.

— Solo con cuidado, joven Peter.

Peter le sonrió a Vision y subió con las tres botellas al techo para estar con Wade, desde hace tiempo que ve a Tony más distraído cuando está Steve con él, o lo nota más nervioso, pero, ¿Qué podía suceder?

Subió con Wade al techo y colocaron una manta colocó las tres botellas y la gran caja de pizza enfrente suyo.

— Cuéntame, ¿Qué te sucedió en la cara, Pete? —preguntó Wade sirviendo un poco de soda a su vaso.

— Me quisieron robar, trate de defenderme y me golpearon en el ojo con el codo. Fue muy brutal, créeme que aún me duele —se tocó delicadamente.

— Que malditos, ¿Qué harías si yo te quisiera robar? —preguntó Wade acercándosele a la cara, bueno más específicamente a los labios.

— Me defendería, pero si son besos, me dejaría —Wade aventó a Peter al suelo, se subió arriba de él y comenzó a besarle el cuello—. Ya vas de nuevo Wade.

Segundo de eso comenzó a desabrocharle la camisa.

— Eres lo más hermosos que he visto —dijo Wade observándolo detalladamente— te amo tanto —comenzó a besarle todo el cuerpo, su camisa prácticamente había volado.

— Yo también te amo, Wade, demasiado —comenzó a besarle los labios, se sentían igual al del mercenario, pero no era momento de pensar en eso—. Pero espera, ¿Recuerdas que estamos en un techo verdad? Si amanecemos aquí mi, digo Tony me matará.

— Vamos a tu habitación —cargó a Peter por la cintura y lo llevó a la habitación.

Las prendas volaron por toda la habitación y solo hacían el llamado a lo que traían entre pantalones, la escena comenzó a subir de tono y la fiesta también.