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Sábado por la mañana,  recostado en mi dulce y suave cama

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Sábado por la mañana,  recostado en mi dulce y suave cama.  La luz golpeando  mi cara, ¿qué más podía pedir?.
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–¡katsuki!..  ¡Baja a desayunar!.

Quizás un poco  de paz,  —pensaba Bakugou acurrucandose más  dentro de las sabanas.

Solo era  que pasará unos minutos, para que  su  "paz" Fuera interrumpida,   escuchandose grandes pisadas a una velocidad, que hacían rechinar  las escaleras y qué de un solo golpe  abrieran la puerta de este.

– ¡QUE NO ME ESCUCHASTES MOCOSO DE MIERDA! —grito la madre del nombrado, era muy fácil saber de quién heredó  el carácter Bakugou.

– ¡ YA TE ESCUCHÉ  MALDITA VIEJA! — se destapó de las sábanas encabronado. — ¡AHORA LÁRGATE  DE MI HABITACIÓN!  — señalo el rubio ceniza, al pasillo.

– ¡Dónde no bajes,  te la veras conmigo! —  camino  de vuelta a la cocina,  un poco molesta.

–Dindi ni bijis,  ti li viris cinmigui— arremedo a  su progenitora con una voz muy infantil— ja,  se supone que hoy no tengo clases,  por lo tanto me puedo despertar a la hora, que se me de la regalada gana— bufo este enojado. Levantándose de su cama con un humor de perros,  agarro una toalla junto con algunas prendas de vestir  y entró al baño.
Una vez dentro,  comenzó a desnudarse,  quitandose  toda prenda de  su cuerpo, hasta quedar como Dios lo trajo  al mundo. Entró a la ducha, abriendo la llave de esta, dejando que cada gota toque su cuerpo,  mientras lo hacía, poco a poco su mente se perdió en un montón de pensamientos.

¿En verdad podré tener un hijo con Kirishima?— pasó una de sus manos  por su abdomen y acarició levemente con un poco de cariño, hasta qué..—en qué mierda estoy pensando..  Se supone que somos  chicos y eso es muy imposible,  ese maldito pelos de mierda me esta pegando su estupidez — sacudió fuertemente su cabeza en negación. Luego de eso término su aseo y salió  directo a la cocina. Cuando llegó al lugar,  se topó con la sorpresa  de que su madre no estaba,  y el desayuno que hizo  lo dejó en la mesa enfriando se.  — ¡maldita vieja! —.

El reloj dio las 10: 15 am y su maldita madre no daba señales de haber llegado a sus casa,  pero ¿ a quién le importa? ,  Bakugou tenía la casa para el solo,  dedució cosas que podría realizar,  pero no hubo nada que le llamarán la atención,  por lo que solo agarro sus llaves y salió del  hogar.
Camino  unas 5 cuadras, para llegar  aún parqué, ni tan grande,  ni tan pequeño.  Entró y se sentó en una de las bancas,  observando todo a su alrededor. Niños corriendo de aquí para ya,  parejas  cursis dándose mimos,  y una señora embarazada......

Esto debe ser una puta broma...  Se supone que vine  a distraer mi mente de eso. — ignoro  a la chica y siguió en lo suyo.
O eso pensó pero no podía despegar sus ojos de ella,  su curiosidad era tan grande que tomó un gran respiró y se levantó de su puesto dirigiéndose hacía ella.
Una vez cerca,  la chica  lo quedó mirando raro ¿ a casó se le ofrecía algo al niño?  Pensó y soltó unas leves  palabras.

¡Quiero un hijo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora