¡Quiero un hijo!

6

-¡¿PERO QUE MIER-?!

-H-Hola Blasty..... — soltó nerviosamente.

❝Minutos antes del suceso❞
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– Este es el lugar señor – comentó la mujer de mayor edad– puede dejarnos aquí – afirmo recibiendo un  ❝ok❞  del taxista,  pues el no podía mentirse así mismo, era la mejor noticia que había recibido en años quizás él no sea la mejor persona pero realmente tenía una mente limpia y pura, hasta ese mismo día que perdió la más mínima inocencia que tenía.
¿Cómo la perdió?, pues se imagino hasta el más minúsculo detalle de cada parte de la conversación y es que, uno tiene que ser  tonto para no saber a lo que se referían con "artefactos indecentes" pero aún más traumante para él fue imaginarse aún hombre con eso.
Obedeció amablemente a las peticiones de la rubia y los dejó en la dirección solicitada.
Una vez que se bajó la pareja, el taxista no dudo en cobrar su servicio para salir a toda velocidad de ese sitio, sin embargo, sus planes fueron frustrados cuando escucho una voz afeminada asomándose a su ventanilla.
– Puede esperarnos un momento – comentó la mayor haciendo una seña  con los dedos. –no tardamos.

Y sin duda no tardó la risueña mujer, solo le tomó como unos 5 minutos en salir de la casa junto con un chico pelirrojo.
"¿Era el su hijo?" pensó unos segundos  "No" ni siquiera tienen algún parentesco.
"entonces ¿quién era?". – se preguntaba arrugando el ceño.

– listo – habló sonriente la oji rubí – llevenos a esta otra dirección.

– P-Pero acabó de recogerlos de ese lugar – respondió el joven chófer de cabello castaño.

– Sí, pero no es a nosotros  a quien va llevar.

– ¿entonces?

– va a llevar a este chico. – dijo Mitsuki señalando a Kirishima.

– p-pero.. 

– aquí está el dinero por la carrera que le va hacer a este chico.

– entiendo.. – suspiro resignado. – súbete muchacho – argumento inclinándose mientras sujetaba el volante.  Era momento de poner en práctica todo sus conocimientos sobre  las películas de "Rápidos y furiosos".

Y no pasaron menos de 10 minutos para llegar a su destinatario. El chófer se sentía con mucha adrenalina, estaba regocijandose de alegría por terminar al fin su última carrera, mientras que atrás de él se encontraba un pelirrojo  agarrándose fuertemente de los asientos con el corazón a todo palpitar y que en varias ocasiones había activado su quirk por instinto de supervivencia.

– Bueno joven aquí se baja – sonrió el chófer.

– S-si... –respondió el contrario bajandose del coche.

– hasta la próxima –se despidió el joven de piel blanca "como si eso sucediera" pensó.

Él menor de ojos color fuego correspondió la despedida con una sonrisa, quizás no es el mejor conductor pero fue amable al despedirse de una manera reconfortable.  Luego de unos segundos retomo el pensamiento de ir a ver a su explosivo novio dando un giró y  encaminandose  a la entrada del hogar.
En el instante de meter la llave plateada que Mitsuki-san le había otorgado para el fácil acceso a la casa,  detuvo su acción por décimas de segundos, él no podía entrar así como si nada. No, no era algo cortes de su parte además tampoco sabía que podría decirle a su pareja en el momento que lo vea, quizás diría algo como "hola blasty he venido a pasar un tiempo contigo" o "Blasty vine alegrarte el día", soltando una  que otra broma para tranquilizar el ambiente.
La mejor opción que tenía era la segunda, aunque estaba casi seguro que el rubio lo iba a regañar por el hecho de visitarlo cuando ni siquiera se ha recuperado de su resfriado, dándole quizás la razón al instante.—suspiro y recobro su maniobra rotando la llave — "Eso lo resolvería después"— se  mentalizo para entrar a la casa sin hacer ningún ruido, púes pensaba sorprenderlo de la mejor manera.
Recorrió la sala y luego la cocina en busca del rubio ceniza con mucha cautela, sin embargo, el lugar parecía muy desolado por lo que se dirigió al cuarto de su novio con el  pensamiento de que este se encontraría recostado en la cama con un libro entre sus manos. Subió sigilosamente las escaleras hasta divisar la puerta donde estaba el nombrado. Al instante de estar frente a frente con la madera de un color café oscuro, sintió recorrer miles de mariposas en su estómago de la emoción.
Su mano recorrió el frío metal con lentitud para luego estrujarlo hasta que algo llamó su atención.