INSOMNIO
*
Entré por las puertas sin mirar a nadie. Mis piernas me llevaban a toda velocidad hasta el elevador. No quería perder el tiempo saludando o charlando con algún colega o trabajador de la firma. El sobre amarillo quemaba mi mano.
La miraba de reojo como sí fuera una bomba que estallaría en cualquier momento.
Cuando el elevador se detuvo en el piso en donde sé encontraba mi oficina, salí casi tropezando mirando la alfombra gris como un reflejo ante el brusco movimiento. Levanté la mirada y ahí estaba mi secretaria con el joven de la mensajería entregándole un buen bulto de correspondencia.
Me detuve un momento tranquilizándole con un profundo suspiro. Continúe con mi andar seguro de todos los días. Mientras me acercaba a ellos el sudor caía por mi espalda, cosa extraña en ese día tan frío de otoño.
-Buenos días. - Saludé amable sonriéndole a los dos jóvenes. - ¿Alguna correspondencia para mí desde América?
- Todavía no la he revisado, - me anunció mi eficiente secretaria con el fajo de sobres entre sus manos. - Ya que lo haya hecho la llevaré a su oficina.
- Bien, - asentí- pero quisiera que sí ha llegado algo desde América no la abras, dejála cerrada a mi escritorio.
- ¿Algo más señor?
- Si, no quiero ser molestado al menos hasta mediodía -. Me di la vuelta, pero de inmediato me giré -, Martha va a llamar hemos quedado a comer, Dile que estaré ocupado.
- Si señor.
Entre apurado a la oficina cerrando la puerta con cerrojo. Caminé hasta el enorme escritorio de caoba dejando sobre la superficie brillante mi portafolio sin soltar el sobre amarillo rodee el mueble hasta caer con pesadez en el gran sillón de piel negra contemplando sin pestañear el objeto de mi ansiedad.
Rasgé el papel y lo sacudí dejando que sé deslizara unas hojas de papel perfectamente dobladas. No las toqué, tenia miedo de lo que pudieran contener. Cubrí mi boca con la mano que tenia recargada en el apoya brazos del sillón y la miré temiendo que como en mis sueños esta se incendiará sola, volviendo realidad mis pesadillas.
-¡Maldición!
Estimado señor Smithson:
Me ha costado trabajo ponerme en contacto con usted, después de lo sucedido el ultimo día de su estancia en Los Ángeles, sin embargo me veo en la necesidad de recurrir nuevamente a sus servicios que son muy importantes para la realización de un par de proyectos que no pueden ser retrasados.
Comprendo que debido al asunto que impidió que se suspendieran las negociaciones no quiera que continuemos trabajando juntos, sin embargo no hemos encontrado otra firma que sea tan competente y adecuada para nuestro negocio. Le pido que reconsidere trabajar con nosotros como representantes en el Reino Unido.
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DESPERTAR (Julio 2014)
Romanceseguir las reglas y continuar una vida llena de amargura. "¿Puedo en algún momento romper todas ellas y despertar a una vida que está lista para recibirme? Temo lo que pueda pasar y a pesar de todo quiero al fin ser libre. Tengo treinta y cinco años...