CAPÍTULO 10

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INQUIETUD

*

Desperté con una terrible jaqueca. Miré a mi alrededor, estaba en la cama. Mi brazo tenia un peso extra encima, mi corazón empezó a latir con fuerza. No quería mirar quien era la persona que sé acurrucaba en mi brazo. Jadeé algo asustado y nervioso, ¡Maldita sea! ¡A eso me refería cuando prefería no ser le infiel a Martha!

Bajé la mirada encontrándome con una maraña de cabellos rubios cubriendo el rostro. Casi me paralice hasta que un quejido salió de la garganta. Era femenino, Martha había dormido en mis brazos. Casi me levanté de un brinco ante la sorpresa del momento.

Hacia tantos años que Martha y yo no dormíamos abrazados. ¿Qué había pasado para que estuviéramos los dos juntos?

La noche anterior había tomado más de un par de copas de champaña. Demasiado alcohol para alguien como yo. ¡Maldición! ¿Qué hice? 

Martha se despertó ante el brusco movimiento. Apartó el cabello de su rostro y me miró somnolienta.

-¿Quieres levantarte?

- Perdón, no quería despertarte. - logré sacar mi brazo de debajo de su cuerpo desnudo.

- ¡Oh, nos hemos quedado dormidos!  - exclamó con una risita.

Miró el reloj despertador con algo de alarma antes de volver a recostarse mirándome con un intenso brillo en sus ojos castaños y una gran sonrisa en sus labios.

-¡Dios mio, hacia tanto tiempo...

Me abrazó restregándose en mi cuerpo mientras ronroneaba como una gatita satisfecha. Cerré los ojos ocultando lo culpable que estaba sintiéndome en esos momentos. Ella no se merecía eso. Yo definitivamente era un maldito hijo de perra. Cubrí mi rostro con las manos, y sin poder evitarlo me deje llevar por lo sucedido la noche anterior.

León Harrison y yo habíamos al fin llegado a un nivel que nos unía de una manera que jamás pensé pudiera llegar a tener con otro hombre

¿Qué estaba pasando conmigo? Nunca en mi vida pude siquiera pensar en algo así. En tener que involucrarme con un hombre. Era algo que ni siquiera pasó por mi mente. Mucho menos ahora que era un hombre de treinta y cinco años; que tenia la mitad de su vida hecha, rodeado de una familia que amaba a pesar de la rutina del día a día.

Empero había llegado él y todo mi mundo sé estaba balanceando de una manera peligrosa hacia el vacío, León Harrison estaba del otro lado brindándome una mano para saltar hacia él sin importar las consecuencias de una relación clandestina. ¡Maldición! ¿Seria yo capaz de aceptar lo que él estaba ofreciéndome?

Moví la cabeza con algo de desesperación. Mi cerebro era un caos y mi cuerpo parecía vibrar ante la expectativa de las respuestas.

¿Qué pasaría entonces con mi vida? ¿Con las reglas qué toda la vida me gobernaron, que hicieron mi vida lo que era ahora, el hombre en el que me convertí?

Lancé un suspiro. ¿Realmente sabia quien era yo? ¿Un hombre que toda su vida aceptó lo que los demás querían para su conveniencia o la mía? ¿El hijo único de un gran abogado y conocido play boy que sé enamoró de su bella secretaria? ¿Un niño mimado desde que fue un bebe, hasta que crecí y las personas a mi alrededor me adoraron por ser un chico muy apuesto y responsable?

Nunca pude conocerme realmente, a los dieciséis años, casi diecisiete años cometí el gran error de subir al ático en casa de mi infancia con Martha, la hija menor de los mejores amigos de mis padres, ella solo era unos meses mayor que yo. La curiosidad nos llevó a encender el proyector que estaba en una pequeña habitación alejada de los viejos cachivaches que sé guardaban en el lugar.

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⏰ Última actualización: Mar 17, 2018 ⏰

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DESPERTAR (Julio 2014)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora