DESPABILADO
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Caminamos por unos minutos Perdiéndonos en los árboles y los extensos matorrales. En la oscuridad de la noche.
Me detuve frente a un oscuro paraje en el que apenas podían verse nuestros rostros. Me volví para encararlo, la respiración se me estaba haciendo dificultosa. Jacob carraspeo algo incomodo.
- Muy bien, para que necesitabas tan desesperadamente estar a solas.
- Para esto...
Lo tomé del cuello acercándolo a mí robándole un beso, que al principio él se negó a corresponder. Presione mis labios a los suyos acariciándole con toda la experiencia que los años y un grupo nada despreciable de amantes me había proporcionado. Jacob se mantuvo por unos momentos tenso e inmóvil, antes de que una especie de gruñido saliera de su garganta y abriera la boca para mí.
Nuestras lenguas se encontraron en una batalla de voluntades de dos hombres acostumbrados a ser los machos en una relación.
Mi respiración era agitada y nuestros cuerpos estaban fundidos uno en el otro. Rodee su cuello acercándome más a él y entonces Jacob me rodeó con sus brazos ajustándome a su cuerpo, un gemido escapó de nuestras gargantas al mismo tiempo antes de separar nuestro labios húmedos y mirarnos apenas a los ojos.
-¿Sabes cuánto he deseado este momento? - Le pregunté agitado mientras acercaba mi erecta virilidad a la suya. - ¡Te deseo, como nunca he deseado a otro hombre!
-¿Por qué?
Su voz sonaba ronca, increíblemente sensual, mi cuerpo estaba sensible y me ponía mucho más duro; si era posible...
Sonreí acariciando su oscuro cabello, disfrutando de su gruesa textura, del aroma que su cuerpo han cercano desprendía. Incline la cabeza tocando con mi nariz su barbilla.
-¿Acaso tú has encontrado una respuesta ante esta atracción que ha surgido entre los dos? - moví la cabeza negando. - Yo no, la respuesta me llegó en cuanto volví a besarte. Sólo te deseo y me gusta estar a tú lado, me haces sentir lo que nadie lo ha logrado. Esa es mi única respuesta, la única que por ahora te puedo dar.
- ¡Cielos, esto no debería estar pasando! - Exclamó empujándome buscando alejarse de mí.
-¿Por qué no? - le pregunté aferrándome a él con fuerza. Evitando que se alejara.
- Nada es lo que debería ser. Mi vida estaba destinada a ser esposo, padre y abogado. - suspiró. - Nunca vi en mi futuro está situación, yo...
Me alejó sujetando mis hombros desesperado ante este caos que seguro reinaba ahora en su cabeza. Caminó dejando un par de metros de distancia ante nosotros.
- No deberías pensar tanto en lo que nos pasa, tan sólo deja que fluya. La vida se va Jacob, a veces nunca descubrimos lo que realmente Dios tiene para nosotros.
-¿Piensas qué Dios quiere que nosotros...? - Se volvió algo alterado hacia mí. - Dios nunca aprobaría que dos... hombres estén así, como tú quieres que estemos.
-¿Por qué no? - Caminé hacia él tan o más alterado. - Él me ha dado libre albedrío para escoger el camino que me hace más feliz y un instinto hacia donde dirigir mis necesidades, mis deseos más íntimos. Me llevó siendo un niño a conocer la profesión que es mi vida, en la que ahora de adulto me desenvuelvo y amo. Ahora, sí él pensará que yo estoy actuando mal yo lo sabría, sin embargo aquí estoy pidiéndole, rogándole al hombre que hace latir mi corazón a mil, que me dé una oportunidad y que él a su vez se dé la oportunidad de que fuera de su casa existe algo más que una mujer celosa y amargada y unos hijos que pronto harán su vida dejándolo más solo que nunca.
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DESPERTAR (Julio 2014)
Lãng mạnseguir las reglas y continuar una vida llena de amargura. "¿Puedo en algún momento romper todas ellas y despertar a una vida que está lista para recibirme? Temo lo que pueda pasar y a pesar de todo quiero al fin ser libre. Tengo treinta y cinco años...