Ya ha pasado una semana. He hecho todo lo que tenía que hacer. Maletas, papeles, despedidas, muchas despedidas, sobre todo de mi madre que me ha recordado cincuenta veces en llamar por skype cuando esté allí, mi padre en realidad sufre pero se lo traga y me abraza fuerte y mi hermano me da una palmada en la espalda y una caricia en el pelo y me recuerda por centeava vez desde que llevamos juntos que sigo siendo muy tonta, pero que me va a echar mucho en falta. Lo cual me hizo llorar, ahora estando en el avión aterrizando se me vuelven las lágrimas, voy a echar de menos tanto que no quiero ni recordar. Después de recorrer el aeropuerto y llegar a la entrada recuerdo que me dijeron los de la beca que otra chica más pero de Barcelona, estaría en mi mismo piso/residencia que nos habían concedido ya que salía a muy buen precio y era mejor; ahí en ese momento en el que estoy pensando miro hacia delante y diviso a una chica rubia con un cartel que pone ''Madrileña venga que me pierdo, sé que estás por ahi, soy la de Barcelona, beca, piso, juntas'' me río fuertemente por la descripción del papel y me acerco saludando con la mano para que sepa que puede dejar de zarandear el cartel.
-Uf por fin, tal vez consideres mi llamada un tanto maleducada pero era la mejor forma de llamar la atención, por cierto, soy Celia.
-Encantada Celia, soy María, bueno menos mal que llevabas ese cartel porque si no me pierdo de fijo aunque llamaría la atención el zarandeo que estabas haciendo con el brazo, parecia que se te iba a descolocar-le entrego una sonrisa simpática a la cual me la devuelve y me agarra el brazo tirando hacia la puerta. Esto comienza muy bien.
Cogimos un taxi de estrangis y le dimos la dirección al joven que lo conducía, estuvimos hablando a lo nuestro bueno más bien yo escuchaba riendo como Celia me contaba todo lo que tenía planeado para este verano, entre todo oia muchas visitas a todas partes, por lo que veo ella tampoco conocía Londres. Bueno al menos ya sabía que no me iba a aburrir. El trayecto fue en cierto modo corto aunque realmente no tenía ni idea de adonde nos dirigíamos exactamente hasta que el taxi se paró en frente de unos pisos cercanos a lo que creo que era la universidad que visualizaba unas calles mas enfrente. Cogimos maletas, pagamos a medias, joder hay que ver si es caro esto de ir en taxi, y subimos, por lo que veo nos encontrábamos en un tercero con ascensor, doy gracias ya que lo de las escaleras no viene siendo lo mio. Mientras subíamos las maletas vi en el corredor del bajo que había un par de jóvenes más. Ingleses de nuestra edad, apostaba cualquier cosa a que iban a la universidad de aquí también. Llegamos y nos encontramos con un piso amplio, madre mía, era más grande que mi propia casa macho.
-Joder, la madre que les pario, y esto se supone que era barato, pero si es más grande que mi casa-Me gusta, ella me ha leido la mente.
Tras recorrer la casa como locas, lo admito soy tranquila, pero me ilusionaba demasiado todo, escogimos habitaciones. No hubo discusión eran iguales y estaban al lado así que cero problemas, en cierto modo, respire hondo sabiendo que tendría mi propio espacio. Lo necesito, soy muy neurotica con esas cosas. Decidí desempaquetar ya que cuanto antes lo hiciera menos pereza me daría después. Coloqué todo incluidos ciertos posters que me traje. Sí sonará friki, pero las costumbres se mantienen aunque tenga 18 años, pegadme, necesitaba tenerles en mi pared. Me senté en la cama y resoplé, aunque duró poco porque me acordé de que tenía que llamar a mi familia y bueno hablar con mis amigos. Preparé todo y me dispuse a llamar a mi padre, pasaron unos 20 min, entre un ''cariño, ¿llegaste bien?¿tienes todo?¿necesitas algo?ten cuidado, te queremos'' incluyendo ciertas bromas de mi hermano que me animaron en cierto modo ya que hacen falta. Cuando terminé, hablé con Sandra y decidí salir a ver que hacia Celia, justo cuando iba abrir la puerta ella apareció de improvisto con bolsas de comida, diciéndome que tenía hambre y que había ido a comprar comida para un tiempo. Joder, un tiempo largo porque madre mía. La ayudé a guardarlo todo y vino a mi habitación interesada en mi pared.
-¿Te gustan?-giré para mirarla.
-Sí-un poco avergonzada por lo que pudiese decir.
-Yo soy más de Bieber pero me agradan-un alivio se apoderó de mi cuando entre en su habitación y efectivamente todo estaba lleno de posters en este caso del mencionado anteriormente, mi reacción fue abrazarla-cuando quieras dejar de ahogarme podemos dar una vuelta-deslicé mis brazos a mi pelo y lo acomodé asintiendo a su propuesta.
Llevábamos un rato caminando la verdad que no nos cansabamos en absoluto ya que estábamos embobadas por lo que nos rodeaba. Al menos teniamos el gps porque si no ya me direis como narices ibamos a poder ir por ahí sin tener ni idea. Decidimos entrar en una especie de pub de la zona, estaba como escondido pero aparentaba estar bien por lo que no tuvimos problema en entrar, la cosa era investigar. Celia se sentó en una mesa, había unas cuantas para elegir ya que estaba vacío, normal, está en un sitio un tanto apartado del centro. Consideré en dar una vuelta por el local ya que es grande y no tenía otra cosa, además le pregunté al dueño si podría ir por el lugar (por si había algún problema por pasar a alguna sala) pero me dio el visto bueno, hombre majo. Me paraba a observar cada cuadro del lugar, se daba la existencia de bastantes retratos y fotos de famosos con el dueño, lugar pequeño pero bien transitado, será por dónde está posicionado, famosos pero no gente molestando. Decido pasar a la sala de al lado, creyendo encontrar el mismo resultado, que estuviera vacío, pero al fondo oía un par de voces. Como tampoco me gusta llamar la atención decidí ir caminando en silencio, sí, mejor que no me mirara nadie aunque por el momento no veia a nadie. Seguía observando las paredes. Famosos de todas las épocas, de repente una foto en color me llamó la atención. Cinco chicos, camisas a rayas, tirantes, gorras, sonrisas naturales y radiantes junto a un dueño tal vez con unos años menos. Eran ellos. One Direction ha estado aquí. Coincidencias. A su derecha, otra vez, una foto más reciente, pero de ellos otra vez, en la misma posición, pero con una apariencia un tanto cambiada. Una sonrisa me vino a la cara. Suspiré al ver lo que habían cambiado. Dos minutos después consideré que ya era hora de moverme del sitio, llevaba empanada con la foto demasiado. Mi cuello se giró ligeramente mirando al suelo cuando a mi izquierda a unos centímetros, podía ver que ya no estaba tan sola. Él. Recorrí cada matriz de sus ojos, por segunda vez en mi vida pero como si fuera la primera.
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half a heart.
FanficTodo en esta vida comienza como un sueño cumpliéndose poco a poco aunque a veces de la manera más inesperada. Joven, tímida y con un cambio de aires María encuentra un desvío que forma parte de su sueño más imposible de poder cumplirse. Tal vez haya...