Capítulo Tres.

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-Sólo él se desmayaría de una forma tan patética. -Afirmaba una voz femenina con tono de diva desde el fondo.

-Fue de la nada, estaba muy normal y de repente cayó. -Dijo una voz masculina.

Cuando Erik al fin abrió los ojos, estaba sentado en una banca con una chica al frente que se parecía mucho a Emma cuando tenía diecisiete años, incluso estaba vestida completamente de blanco, como ella lo hacía. Aún atontado, le pareció gracioso, eso era imposible.

Volteó la mirada y encontró a otro adolescente con la piel roja y cabello negro revuelto que tenía los brazos cruzados.

-Olvídalo, Janos, no llames a nadie, ya despertó. -Dijo éste dirigiéndose a... Un momento.

No, ese no puede ser Janos.

-¿Qué me pasó? -Preguntó al fin Erik sin entender nada de lo que estaba sucediendo.

-Lo más patético que puede pasarle a alguien, cariño. Estabas presumiendo de como levantarías un poste de luz entero e intentándolo te desmayaste. -Explicó Emma con una sonrisa burlona y una mano en la cintura. -Entre Azazel y Janos te levantaron del suelo y te sentaron allí.

¿Mover un poste de luz? Erik recordaba haberlo hecho en el pasado, también recordaba haber dejado sin luz a la ciudad entera como consiguiente.

Tal vez luego de desmayarse en el suelo del comedor comenzó a soñar con cosas del pasado. Sólo que todo se veía muy real.

Le dolía la cabeza y ni siquiera podía diferenciar si era por el golpe de verdad o el golpe del sueño, al momento de querer ponerse la mano en la frente vio la mancha negra que había intentado quitarse en vano. Recordó entonces a ese extraño chico del correo que sólo le estrechó la mano y se fue ¿Tendría él algo que ver con todo aquello?

-Como sea, si seguimos aquí llegaremos tarde. -Los apuró Janos. -Y ya me han anotado demasiadas veces. Una más y puede que me expulsen.

-No exageres, sopla-hojas. -Lo detuvo Azazel cuando Erik se puso de pie.

-Habló el chico que se puede transportar a cualquier lado en cuestión de segundos. -Se quejó de nuevo y Azazel sólo rió.

-¿A dónde vamos? -Preguntó el alemán y los demás lo miraron obvios, como si hubiese sido la pregunta más tonta.

-A averiguar qué hacer con nuestras vidas, corazón. -Respondió la rubia mientras comenzaban a caminar. -O en tu caso, a enorgullecer a mami.

*


Erik seguía impresionado por lo realista que era todo, incluso la escuela y los estudiantes que entraban y salían de ella. A pesar de las quejas de Janos, no llegaron tarde, incluso aún les quedaba tiempo para otras cosas antes de clases.

El alemán se quedó un momento observando todo, no todos los días viajas al pasado, aunque todo eso fuera un sueño.

A cierta distancia, vio a una chica de cabello rubio y ojos azules, hablaba con un muchacho flaco que tenía apariencia de nerd. Al fijar mejor la vista, reconoció ambas figuras y supo que eran Raven y Hank, aquél chico que a veces trabajaba con Charles en el laboratorio de la mansión. Ese que en sus días malos se vuelve azul y violento.

Parecían ser el uno para el otro en ese entonces, pero en un momento la pena de Hank lo superó y ya estaba caminando en otra dirección. Vaya tonto, pensó Erik con una risa cuando sintió una mano en su hombro.

-No la mires demasiado, amigo, es mía. -Oyó a Azazel a su lado y lo observó llevando su cabello hacia atrás con la mano.

-Parece que alguien ya está sobre ella. -Dijo el más alto, observador.

I Want My Life Back (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora