Capítulo Cuatro.

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Charles sintió una mano apartando el cabello de su rostro y unas voces de fondo.

-Charles ¿Me escuchas? -Una voz perfectamente conocida con un acento alemán llegó a sus oídos. Abrió lentamente los ojos y allí lo tenía, mirándolo con su expresión de preocupación, tan cerca que Charles pudo oler su perfume, no era igual al que estaba acostumbrado, pero le sentaba a la perfección y le sumaba puntos a su masculinidad. El toque de sus dedos ardían en su piel, su boca entreabierta era atrayente y su aliento era una invitación.

¿Siempre había tenido a este espécimen a su lado?

-Erik ¿Eres tú? -Preguntó atontado. -No vas a creer lo que soñé...

-¡Mamá! ¡El tío Chuck despertó! -Exclamó el pequeño despeinado asomando su cabeza.

-Oh no, sigo aquí. -Se quejó el británico, sobando la parte de atrás de su cabeza y viendo como Raven se acercaba con un vaso de agua.

-Parece que está mejor. -Comunicó Erik regalándole una de sus sonrisas de tiburón a Raven y ella le sonrió de vuelta. Charles sintió una punzada en el estómago, una incomodidad increíble. Ya le estaban dando nauseas por tercera vez en el día y parecía que no sería la última vez.

El Erik y la Raven a los que él estaba acostumbrado, casi ni soportaban estar en el mismo lugar sin tratar de asesinarse. Por lo tanto, imaginarlos casados era algo antinatural y horrible, es decir ¿Qué era peor que terminar en un universo paralelo donde el amor de tu vida está casado con otra persona? Sencillo, que esté casado con tu hermana.

-Toma esto, Charles. -Raven se arrodilló a su lado y le entregó el vaso de agua para luego tocar la frente de Charles con el dorso de su mano. -No pareces tener fiebre ¿Qué pasa? No me digas que no te estás alimentando bien en Genosha. -Le dio una mirada severa.

-No, no, estoy bien. -Charles le restó importancia y le recibió el vaso de agua a ver si se le pasaba el mal sabor de boca luego de la terrible noticia. No funcionó.

-Igual hablaré con Hank. -Aseguró Raven, como siempre actuando como la hermana mayor aunque fuera la menor. -Por cierto ¿Dónde está? Es raro no verlo contigo.

Charles entonces recordó que el pobre seguía afuera esperando.

-Está en el auto, dijo que esperaría por si lo llegaba a necesitar. -Respondió Charles levantándose del suelo. -No parece querer dejarme solo ni un minuto del día. -Se quejó el británico con cansancio.

-Ay, Charles, pobre hombre. Graysie, ve a decirle al tío Hank que pase. -Le ordenó ella a su hijo y este corrió afuera luego de asentir. -Él se emociona cada vez que vienen, aunque sería mejor si tuviera primos para jugar... -Le dio una mirada de falsa inocencia.

-Raven. -Reprendió la voz de Erik, como si estuviera cansado de oír aquello y al mismo tiempo no le agradara del todo la idea.

Charles sintió una calidez en el pecho y dirigió su mirada a él, pero Erik no lo estaba mirando. El británico soltó aire con resignación, esto iba a ser más difícil de lo que pensaba.

-¿Qué? Sólo digo. -Se defendió ella con las manos en el aire.

Entonces Grayson entró de nuevo por la puerta de entrada, pero ahora de la mano de Hank, quién parecía no poder seguirle el paso al niño y sostenía sus anteojos para que estos no cayeran al suelo.

-Hola Raven. -Saludó él con una mano al llegar un poco agitado a la sala de estar. -Erik. -Asintió con la cabeza, el cuál le fue devuelto en completo silencio. Ellos dos no parecían ser muy buenos amigos, de hecho, parecían no caerse bien en absoluto. Pero con la pequeña historia que guardaban Raven y Hank en el pasado, Charles no estaba extrañado de que éste Erik sintiera la necesidad de estar alerta cuando él se acercara. Lo cuál empeoraba todo.

I Want My Life Back (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora