Las últimas horas han sido un desastre, todos estamos de aquí para ahí, Matías se ofreció a encargarse de nuestros antifaces después de llevar sus cosas al apartamento que encontró en renta eso me ha dado tiempo de tomar un baño.
El agua caliente cae sobre mis hombros y es hasta ese momento que me doy cuenta cuanto necesitaba relajarme y despejar la mente de todo lo que está ocurriendo.
Cuando termino me apresuro a enrollarme una toalla alrededor del cuerpo para secar mi cabello con otra, salgo hacia mi armario para tomar algo de ropa y de pronto noto algo raro en mi habitación y rápidamente volteo.
-¡Dios! No hagas eso – salto sobre mi lugar al ver la imagen de Matías, se encuentra sentado en mi cama.
-Lo siento no pretendía asustarte- dice al tiempo que se pone de pie y me mira de pies a cabeza lo que al momento me pone la piel de gallina.
-¿Hace cuánto estas aquí?- mi voz se torna un poco nerviosa
-Solo un rato- me tiende una pequeña caja negra que tomo de inmediato.
-Es lo mejor que encontré, creo que se te vera bien- mis ojos se clavan en la pequeña caja y la abro al instante para encontrarme con un antifaz plateado, adornado con piedras brillantes.
-Es hermoso- le contesto porque de verdad me parece muy bonito y noto como su mano se posa en mi barbilla para hacerme alzar la vista y tener un panorama diferente de su mirada.
Luce más cerca de lo que se encontraba hace unos momentos de pronto me doy cuenta de la situación en la que nos encontramos, los dos solos en mi habitación yo únicamente con una toalla enrollada en el cuerpo y todo el cabello mojado que cae en mis hombros.
-Deberías irte- le digo cuando ya está suficientemente cerca para ser un simple susurro.
-¿Quieres que me vaya?- me pregunta mientras une su frente a la mía y todo en mi cabeza pierde enfoque solo porque no puedo dejar de pensar en la última vez que estuvimos así de cerca.
Sus labios rosan los míos y no puedo pensar en nada mas que no sea ese pequeño contacto entre los dos, de pronto Matías profundiza el beso y me toma el rostro para no poder alejarme, no sé en qué momento solté la caja que traía en las manos pero logro escuchar el sonido que esta hace al tocar el suelo.
Nada más pareciera importarme en este momento porque rodeo a Matías con los brazos para evitar que nuestro contacto se pierda, de pronto puedo sentir como pierdo el control por completo y no pienso en nada más que no sea sus labios besando los míos de una manera abrumadora.
No sé en qué momento empecé a sentir que el suelo comienza a temblar debajo de nosotros pero estoy segura que no es mi imaginación, Matías rompe al contacto de inmediato y une su frente a la mía, el temblor debajo nuestros pies parece detenerse.
-Perdóname, no debí hacer eso- me dice pero no quiero que lo haga ni siquiera deseo que siga hablando, así que lo acerco a mí y lo beso de nuevo pero el rompe el contacto.
-No Itzel- dice y se aleja para darme la espalda y pasar sus manos por su cabello que ahora se encuentra despeinado, nos quedamos en silencio y solo se puede escuchar nuestras respiraciones agitadas.
-Será mejor que termines de arreglarte – es lo último que dice antes de dirigirse hacia la puerta y salir.
Yo me quedo en medio de la habitación tratando de procesar lo que ha pasado, ni siquiera puedo describir como me siento ¿Feliz? ¿Triste? Esta situación va a volverme loca.
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Decido ponerme un vestido negro que me llega hasta las rodillas y el cabello suelto antes de Salir de mi habitación me aseguro de tomar mi antifaz y darme un último vistazo en el espejo.
Todos ya se encuentran en la entrada de la casa a apunto de subir a la camioneta en la que Matías ya se debe encontrar al volante, mientras camino en el pasillo veo a Arturo a lo lejos y solo con verlo sé que quiere hablar conmigo.
-¿Qué sucede?- pregunto cuando ya estoy lo suficientemente cerca para que me escuche.
-Tú dime- dice y baja la mirada – hace un rato estabas haciendo que el suelo temblara –
-Si lo sé, estaba practicando eso de tener control sobre la tierra no se nunca lo había intentado- mi escusa es absurda pero no encuentro que más decir al momento.
- Aja si claro- puedo notar el todo sarcástico de su voz y no aguanto las ganas de golpearlo en el brazo.
-Ya déjame en paz- digo al mismo tiempo que seguimos caminando en dirección a la entrada.
Cuando estamos a punto de acercarnos a la a camioneta Arturo me jala del brazo para detenerme el paso.
-Debes estar alerta, sabes que Joimar va a aprovechar cada segundo para hacerte quebrar- me dice pero ni siquiera lo miro a los ojos me limito a simplemente asentir.
Alcanzo a escuchar como algunos compañeros le piden a Nery que se quede.
-Mi deber es ir con ustedes- dice segura de sí misma.
-Ya perdimos el libro Nery al menos no queremos perderte a ti o entonces si estaríamos jodidos- Alicia habla y es la única vez en la que me encuentro de acuerdo con ella.
Me acerco a la puerta del copiloto de la camioneta y puedo ver a Matías atreves del cristal, el baja este al momento que me acerco lo suficiente.
-Te ves muy bien – dice mientras regresa su vista hacia el volante.
-Gracias- es lo único que puedo decir ya que después de nuestro pequeño acto de hace un rato ya ni siquiera sé cómo hablarle.
Todos subimos a la camioneta y no me pasa desapercibido el hecho que Alicia se haya puesto adelante junto a Matías, claro solo para molestarme.
Trato de concentrarme en el trayecto hacia Misnebalam pero puedo jurar que me encuentro helada del nerviosismo por alguna razón todo este asunto no me gusta nada y siento que algo malo va a pasar, definitivamente algo traman para nosotros.

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WICCE
Romantik"El mal existe, pero no sin el bien, como la sombra existe, pero no sin la luz." Alfred de Musset