➳ CHOCOLATE➳

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Era una noche fría, con el cielo completamente estrellado, que decoraba a la hermosa luna blanca que tanto adoraba _____.

El viento, frio como el hielo golpeaba sus mejillas como las olas del mar golpean a las rocas. Y se deslizaba entre sus cortos cabellos quebrados.

No le importaba si por estar en su balcón, contemplando la hermosa noche pescaba un resfriado, o cualquier otra enfermedad. Lo único importante ahora estaba en la mira de la joven de hermosa apariencia, aquellas noches le traían recuerdos tristes con su querida familia.

Cuando todavía estaban unidos...

Cuando su hermano aún era un niño inocente...

Cuando podían cenar juntos, unidos...

Aquellos abrazos tan cálidos que le daba su adorada madre, junto con los besos en las mejillas, y en la frente...

Nadie pensaría que ahora solo quedaría una fotografía en la pared, sobre esos momentos...

Lo único que tenía ahora, era a su amado ''abuelo''.

Tocaron la puerta de su habitación, _____ se exalto ¿Quién podría estar despierto a estas horas de la madrugada?

–_____-chan ¿Sigues despierta? –escucho las voz preocupada de su supuesto abuelo.

Ella apresuradamente entro y cerró su balcón.

–Si –contesto– un segundo, déjeme abrirle abuelo.

Quito el seguro de la puerta y la abrió con lentitud

–¿Abuelo, se le ofrece algo? –cuestiono arqueando una ceja.

El anciano suspiro pesadamente.

–¿Cuántas veces seguirás desvelándote en el balcón? –soltó el mayor– Dime ____-chan, ¿Alguno de los vecinos te gusta? Ó ¿Tienes un novio secreto y a esta hora te viene a ver?

– ¿¡Ahhhh!? –se exalto la chica. Hizo una mueca de ''ofendida'' y se llevó una mano al pecho– ¡Abuelo, como puedes pensar eso de mí!

–_____-chan, ya que no tienes sueño, acompáñame a la cocina. –y añadió: – Hablaremos muy seriamente sobre esto.

Te diste un golpe en la frente y suspiraste.

–Está bien...

Nunca fuste una niña con poca energía, te gustaba arriesgarte demasiado. Aunque varias veces recibieras regaños por ello. Miraste las escaleras y pícaramente sonreíste.

<<Seguro mi abuelo ya está en la cocina, no me vera si me deslizo>>

Y cuando menos reaccionaste, ya estabas deslizándote en el barandal. Cosa que no termino bien. Pues te golpeaste con un pilar y caíste.

Te percataste de que tu abuelo te había observado todo el tiempo, estaba frente a ti con un gesto de decepción.

–Un día terminaras en el hospital, _____-chan –murmuro.

Aun desde el suelo, contestaste:

–Lo... sien... to –te golpeaste tan duro en el estomago y la cabeza que apenas podías hablar.

Tu abuelo, así te gustaba llamarle, aunque genéticamente no lo era, negó con la cabeza.

–Ya, apresúrate, tenemos que hablar.

<<¡A la orden coronel!>> contestaste mentalmente.

La chica se arrastró hasta llegar a la cocina, pues su abuelo no estaba dispuesto a cargarla, por muy amable que este sea, esta vez no la ayudaría. Sabía que era la única familia que le quedaba a su adorada nieta, y que por su edad ya avanzada pronto tendría que partir de este mundo y despedirse de todos sus queridos en el momento menos esperado.