-Madre, la mudanza es totalmente innecesaria
-Moon, esto ya lo hemos discutido varias veces antes, te dije que nos iríamos y eso es lo que vamos a hacer, es mejor que vayas alistando tus cosas que por si no lo recuerdas, son bastantes.
-Pero madre...- contesté en tono quejumbroso
-No seas tan infantil niña, no es un lugar completamente desconocido, ya vivimos un tiempo allá, solo- hizo una pausa corta antes de continuar su innecesario comentario -volveremos a casa, eso es todo.
-Madre, han pasado ya más de once años.
-El tiempo no es problema, recordamos su idioma, es lo único que importa y tu hermano estará allá para recibirnos, ¿No es grandioso?, no entiendo a que vienen tus berrinches.
- ¿Él nos recibirá?- pregunté esta vez emocionada dejando aun lado el enojo que sentía segundos atrás.
-Pidió permiso en la empresa para faltar algunos días al ensayo, dijo que, con suerte vendría con algunos de los integrantes para que los conozcas en persona, que tengas amistades nuevas y puedas tener acceso a una audición.
El motivo de nuestra pequeña y ya pasada discusión se debía a que mi madre la habían ascendido de puesto en su empleo, ella trabaja en una agencia de viajes y como es una aficionada a su trabajo y también una de las mejores en lo que hace, fue citada por la empresa principal que quedaba en Corea del Sur para que trabajara en sus instalaciones, obvio que aquello requería que ella tuviera que viajar constantemente así que le había pedido a mi hermano que me acompañara o cuidara de mi cuando esta llegara a ausentarse.
-Llegaras tarde a clase- comentó mi madre sacándome de mi trance .
-Ya lo sé madre- conteste aún con algo de comida en mi boca, no vivíamos tan lejos de la escuela, aunque no por ello me diera el lujo de salir a última hora de casa, me gustaba mucho el hecho de poder apreciar la tranquilidad y el leve toque del sol en las mañanas, al terminar mi ligero desayuno, lave mis dientes de forma rápida, cogí mi celular y audífonos del comedor y fui directo a la puerta principal
-Cuídate hija
-Tu igual madre- respondí algo graciosa luego de aquella pequeña discusión la cual ni siquiera debería considerarse como una.
Éramos una pequeña familia de tres integrantes, Eun-ji mi madre, una mujer trabajadora, mi hermano Xiumin, integrante del grupo Coreano más famoso de la temporada llamado EXO, reconocido en China, Japón y pisando fuerte en los Estados Unidos y ahora los de habla hispana, y por último y mucho más importante, estaba yo, la menor de los tres, pero que según mi madre, las más rara y no lo discutía su punto.
No teníamos Padre y jamás nos había hecho falta, nos había abandonado hacía años, siendo más exactos desde que nací, después de decir que iría por una caja de cigarrillos a la tienda que al parecer aún sigue buscando, sin embargo, aquella era la historia que mi hermano solía relatarme cada vez que preguntaba por él, agregando también lo extremista que había sido mi madre para sacarlo de su vida inminentemente, gran parte de su ropa la había donado a la caridad, aquellas cosas valiosas que este había tenido guardado con mucho cuidado, las había vendido para ganar algo de dinero y el cual había gastado para nuestra mudanza de Corea a New York, ya que según ella, el hedor de "mi padre" seguía impregnado en la casa y no lo soportaba.
