Primera vez

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Peter fue a preparar algo de ropa antes de reunirse con Tony. La idea de irse con él a una isla privada era excitante. Al estar solos esperaba, y deseaba, que su pareja decidiera dejar de lado toda prudencia y por fin lo poseyera sin miramientos.

Tony, mientras tanto, ultimaba los detalles del viaje. Ver a Peter con Steve fue más de lo que pudo soportar y alejarse con su novio era lo que necesitaba. Sabía los riesgos de su decisión. Había intentado no tocar a Peter más de lo necesario pero iban a estar los dos solos en una isla. Su autocontrol iba a ponerse a prueba.

Finalmente pusieron rumbo a su destino dejando confusos al resto del equipo que no sabía nada de su relación. Antes de que Peter se fuese, Bucky le recordó que usara protección y aquello provocó que el castaño se sonrojara hasta las orejas.

No hacía falta recordárselo, pensó Peter mientras viajaba en el avión privado de Tony. Era plenamente consciente de que tenía que usarla.

Aquello lo mantuvo inquieto el resto del viaje y cuándo Tony le miró, no pudo evitar sonrojarse de nuevo. No era lo mismo que acostarse con Steve. Por mucha experiencia que hubiera ganado y muchas ganas que tuviera, imaginárselo con Tony le ponía nervioso. Lo había anhelado tanto que esperaba no fastidiarla.

*

La isla privada de Stark era impresionante y la mansión situada el centro de esta lo era incluso más. Atravesaron el recibidor gigantesco iluminado con alta tecnología lumínica y Tony lo condujo hasta lo que sería su habitación. Se sorprendió al ver que su pareja también dejaba la maleta allí.

—Vamos... ¿Vamos a dormir juntos? —dijo Peter con un ligero tartamudeo fruto del nerviosismo.

La excitación de Peter era más que evidente y aquello provocó que Stark se muriera de ternura.

—Ahora que podemos hacerlo. ¿No crees que sería un desperdicio si no lo hacemos? La verdad es que quiero amanecer contigo. —Aquello comentario hizo que el rubor de Peter se extendiera hasta sus orejas.

—Um... sí, eso creo —respondió Peter incrédulo e imaginando todos los posibles escenarios dentro de su mente.

—Perfecto, pues te enseñaré el resto de la casa e iremos a nadar un poco —propuso Tony. Él también parecía estar encantado con la idea de dormir con el chico.

—Preferiría pasar un rato aquí contigo. Ya sabes, besándonos y... —dijo Peter con timidez antes de que Tony abandonara el cuarto.

No necesitó decir nada más. Se vio arrastrado a la cama y comenzaron a morderse los labios con una pasión incontenible. En el complejo siempre tenían que tener cuidado pero allí estaban libres de miradas indiscretas e interrupciones.

Peter enseguida notó que empezaba a calentarse y eso significaba que no le quedaba mucho para que la fricción de su entrepierna con la del genio le causase una erección. Estaba dispuesto a no parar. Aquella vez triunfaría donde tantas veces había fracasado.

Su pareja estaba en las mismas condiciones pero no tenía intención de ir más allá, al menos por el momento. Cuando notó que las cosas estaban subiendo de tono demasiado rápido, se separó del castaño, abrumado.

—Pete...

Peter no iba a darse por vencido. Se acercó al cuello de su pareja y comenzó a besarlo y chuparlo procurando no dejar marcas.

—Pete, es mejor detenerse ahora —insistió el otro.

Ante sus palabras, se separó de mala gana y lo miró afligido. Tony no podía estar hablando en serio. Tenía que estar bromeando.

I'm not a kid (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora