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En realidad ya ansiaba morir, pero de verdad que ahora la vida me odia tanto que hasta me deja con vida en las peores condiciones, esto en realidad resulta ser la mayor escoria de mi vida y no un deseo del cual no me arrepiento de vivir, todo por Asmita y Madelyn. Me he dado cuenta que las víctimas a todo esto no son las personas quienes murieron a manos de Madelyn, he sido yo, lo soy y siempre lo seré, mi mente es el recinto de la agonía que tanto carga la bestia para mi, la única rosa negra entre tantas rojas que llaman la atención y desean eliminarla así evitando la oscuridad, pero, ¿por qué eliminarla de mi si ellos son la principal fuente de lo que es mismísimo infierno? No tengo ni siquiera idea de por qué fui yo la que tuvo que sufrir todo esto.

Desperté terriblemente dolorida en un suelo empedrado, miré la herida de aquél disparo del cual fui víctima a manos de Madelyn, mi ropa estaba terriblemente manchada de sangre, no podía tampoco mover mi brazo izquierdo, me era imposible siquiera distinguir donde estoy con exactitud. Mi vista estaba nublada, la poca luz que lograba apenas ver era proveniente de pequeñas antorchas colgadas a la pared, y tal parecía que estaba encerrada entre cuatro pequeñas paredes, ciertamente me sentía sofocada.

-"Al fin te dignas a despertar"

Miré atrás mío y pude ver a un joven hombre sentado con sus piernas cruzadas, estaba recargado en el brazero del trono mientras que con su mano restante sostenía un pincel a lo que solo le daba vueltas con su mano.... ¿Un pincel?.... Tenía una larga túnica negra con bordados dorados, así mismo sacando su cuerpo del tono oscuro del que se encontraba envuelto, su cabello también estaba negro, caía por su pecho y torso como si fuese una fina cascada virgen, tan suave como la seda. Sus ojos era lo que resaltaba la persona que realmente es, su tono carmín hacía ver sus verdaderas intenciones; Sed de sangre y lujuria al mismo tiempo.

-"¿Q.. quién eres...?"

Pregunté totalmete débil ante aquél hombre.

-"Me soprende que no lo sepas, parece que la droga ha funcionado, todo gracias a Madelyn"

Su voz era completamente de la arrogancia y superioridad.

-"¿Qué mierda has metido a mi cuerpo, infeliz?"

Pregunté totalmente al borde del desmayo, más la droga era vidente del despertar de mi conciencia.

-"No quieres saberlo"

Sonrió.

-"He esperado éste momento por años, sabes?"

Su sádica sonrisa hizo estremeserme por completo, algo no me cuadraba en él, y si intentase hacer algo contra mi igual estaría perdida, no tengo fuerzas siquiera para levantarme con firmeza.

-"Mi hermana cree rotundamente en ti, T/N, pero sería una lástima que... El costo de mi silencio por tu lealtad sea muuuy~ alto"

Tragué hondo, su efímera voz me provocaba unos nervios terribles, y tal parecía que mis víceras estarían apunto de estallar.

-"¿Qué costo debo pagar...?"

Él sonrió con más amplitud para después morder su labio inferior.

-"Tú virginidad"

Dijo con total seguridad. Mi corazón parecía querer salir de mi pecho, o simplemente implorando por ya no querer latir quitándome la vida.

-"No... No puedo entregarme a un sádico como tú, Alone"

Minutos o segundo antes lo reconocí, el hecho de que dijera "mi hermana" lo delató por completo.

-"Yo te lo advertí, cariño, si vas a enfrentarme tendrás que sufrir las consecuencias"

-"Puedo hacer lo que quieras... Pero no me pidas perder algo que he cuidado mucho para el momento indicado"

Un Solo Deseo <The Lost Canvas Y Tú>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora