Amor a Primera Vista (Jos Canela)

CAPÍTULO 24

Estiro mis brazos al despertar por completo, mi cama es tan cómoda que no quiero salir de ella en todo el día. El aroma de Jos está aún impregnado en mis sábanas, mi cuerpo se estremece al recordar lo que pasó apenas hace unas horas aquí mismo. Suelto un gran suspiro.

La bolsa con el vestido que compre está en mi campo de visión.

-Jos no me menciono nada de la dichosa fiesta/ decido no pensar más en el asunto, de todas maneras no tengo ánimo para ir.

El día pasa sin darme cuenta, de no ser por una llamada de Freddy pidiéndome no faltar, no me habría dado cuenta de la hora.

En todo el día no he tenido señales de Jos, no me extraña. Seguramente esta tan inmerso en su trabajo que a olvidado llamarme o escribirme siquiera. Ruedo los ojos al darme cuenta que de nuevo esta haciendo lo mismo.

-No voy a enojarme, no voy a enojarme, no voy... ¡Agh!.

Tuve que pedirle unos consejos a Vianey para arreglarme, no puedo ir así como así a esa famosa fiesta. Por lo que me platicó Freddy, es el día en que absolutamente todo el personal se esmera en llevar su mejor traje. Los dueños ponen total atención y cuidado para, de una forma, agradecer el esfuerzo de cada uno de los que trabaja en la empresa.

Ya es hora de irme y no sé nada de Jos. Le dejo varios mensajes de texto y no respondió a ninguno

¿Le llamo?

¿No le llamo?

*****

El pitido de mi auto me indica que le he puesto el seguro. Doy un vistazo al lugar, el estacionamiento esta ocupado casi a la mitad de su capacidad, pero los lugares más cercanos están llenos. Personas entran y salen de la enorme puerta de madera del salón. Tomo una gran bocanada de aire y me armo de valor.

-Solo entro, saludo y me voy, fácil/ me doy ánimos. La idea de estar en medio de tanta gente en un lugar cerrado me pone de nervios.

Camino por la alfombra que han colocado en la entrada, unos amables caballeros me ofrecen una bebida de bienvenida y la tomo entre mis manos devolviendo una pequeña sonrisa. La enorme puerta se abre para mí, el ruido y las luces no tardan en hacerse presentes, aprieto un poco los ojos y cubro uno de mis oídos. Las pláticas de los presentes por encima de la música taladran mi cabeza conforme voy caminando. Tanto encierro en estos años me hizo mal.

Chuy me saluda a lo lejos agitando la mano y le devuelvo el gesto de igual manera, casi esta irreconocible. En realidad todos se ven distintos vestidos así.

-Hola guapa, pensé que no vendrías/ Freddy habla en mi oído haciendo que pegue un brinco.

-Dijiste que me despederías si no lo hacía/ me quejo, el suelta una risita. Giro para verlo de frente y juraría que hasta he babeado, mi jefesito esta hecho un bombón.

-¡Hey!/ Agita la mano frente a mis ojos y recuerdo que no he dicho más, seguro mis mejillas están igual o más rojas que la alfombra de la entrada.

-Emmm.../ carraspeó intentando salir de la situación/ tanto ruido me pone nerviosa/ me excuso, aún que en realidad es cierto. Niega con su cabeza mientras ríe y coloca su mano en mi espalda para que camine junto a él.

-Lo siento por Canela/ dice cerca de mi oído/ pero el Sr. Abraham nos ha puesto en la misma mesa/ mi piel se eriza al recordar que no pueden estar quietos estando cerca.

-No abra problema, él no vendrá/ pienso con tristeza, un nudo se instala en mi garganta y trato de ocupar mi cabeza en otra cosa para no llorar en frente de todo el mundo.