Capítulo 4

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Llegó el momento de partir a la casa de los Potter para pasar las fiestas. Scorpius se sentía muy emocionado, tanto que ni siquiera le importó cuando Albus le dijo que Rose pasaría la navidad en la casa de sus abuelos Granger.

Albus tenía muchas ganas de tener a Scorpius cerca, con todo el tema del baile se habían alejado, y se había dado cuenta de cuánto necesitaba al rubio. Harry nunca sabría lo agradecido que estaba su hijo por la invitación que le había hecho a su mejor amigo.

Iban en el mismo vagón de siempre en el expreso Hogwarts, cuando Scorpius recordó al nuevo amigo de Albus.

—Hey Al... ¿Así que eres amigo de ese chico de quinto?

—Adam... Sí... bueno no diría que somos amigos... en realidad él —no sabía por qué se sentía tan nervioso al responder esa pregunta.

—No sabía que me habías cambiado tan rápido Albus Severus Potter —dijo Scorp haciéndose el ofendido, mitad en broma, mitad verdad.

—Ay Scorpius Hyperion... tú sabes que eres único, y que jamás te cambiaría mi príncipe Slytherin —le dijo mientras acariciaba la mejilla de su amigo. Ambos se sonrojaron y miraron hacia abajo, pero sin hacer comentarios, no volvieron a hablar del tema.

Después de un viaje un poco incómodo, al fin llegaron a la casa de los Potter. Ginny los recibió muy contenta.

—Hola Scorpius, me alegra mucho que hayas aceptado nuestra invitación. Nuestro Albus siempre habla mucho de ti...

¡Mamá! —la reprendió un sonrojado Albus.

Esta navidad sería mucho menos numerosa para los Potter-Weasley. James había decidido pasar la navidad en Hogwarts, se rumoreaba que quería pasar tiempo a solas con su nueva novia, mientras que Hermione, Ron y sus hijos pasarían con los padres de Hermione.

—Bueno Scorpius, ponte cómodo —siguió hablándole la madre de su amigo— si quieres puedes utilizar la habitación de James, o si quieres se acomodan los dos en la habitación de Albus.

Scorpius y Albus se miraron tímidamente, preferían la segunda opción ya que tenían que ponerse al día con el tiempo que habían pasado distanciados. Albus le dio un fuerte abrazo a su madre y subieron juntos a su habitación.

Albus se tiró en su cama y observaba como Scorpius acomodaba minuciosamente sus cosas. Nunca se había fijado en los rasgos de su amigo y en su hermosa piel pálida... Ese Malfoy era muy atractivo y no podía apartar la vista de él, se sentía hechizado... Empezó a recordar la noche del baile, los besos en el cuello que le daba Adam... Imaginaba ese momento con Scorp... soltó un pequeño gemido, sin darse cuenta, haciendo que su amigo perdiera toda la concentración en lo que estaba haciendo.

—¿Al? ¿Todo bien? —observó rápido a su amigo y vio que estaba rojo y ocultándose tras un cojín... Pudo hacerse una idea de lo que ocurría y se sonrojó, sintiéndose estúpido de haber llamado la atención de Al.

—Ahh no... nada Scorp —respondió Albus tratando de disimular.

Albus sospechaba que iba a ser muy difícil empezar a ocultar esos sentimientos sobre su amigo, sobre todo si compartirían habitación... y cama.

Los días con la familia de Albus resultaron tranquilos, pero la tensión entre ellos crecía más y más. Por las noches se quedaban conversando y riendo hasta altas horas, lo que complicaba a Albus, quién tenía que luchar con todas sus fuerzas contra las ganas de besar al rubio.

Era última noche antes de su regreso a Hogwarts y Scorpius sabía que debía ser sincero con Albus tal cómo él le había estado pidiendo hace tanto.

—Albus... Recuerdas que me dijiste que teníamos que hablar de lo que había ocurrido... Bueno yo, lo siento, créeme que no ha sido fácil, pero no quiero que te sientas culpable.

—Scorp —dijo conmovido Albus, que no se resistió y lo abrazó— tú sabes que puedes contarme lo que sea, no tengas miedo, ambos nos apoyaremos siempre. —Scorp lo miraba con los ojos vidriosos.

—Lo que ocurre Al... Bueno, es que he tenido muchas pesadillas sobre lo ocurrido ese día, y pienso en que... en que te pierdo Al —Scorpius se largó a llorar sobre los hombros de su amigo— bueno, así que he estado tomando la poción para dormir sin soñar, pero no puedo estar por siempre así Al... —Albus lo miró a los ojos y tomó sus manos.

—Scorpius Hyperion Malfoy, yo te prometo que esta noche tendrás un hermoso sueño, yo estaré aquí contigo para protegerte —lo hubiese besado ahí mismo, pero no era lo que necesitaba su amigo en estos momentos.

En eso no se le ocurrió nada más que abalanzarse sobre él para hacer un ataque de cosquillas, así se la pasaron unos pocos segundos cuando Scorpius en un intento por inmovilizar a su amigo se subió sobre él, notó que esa situación lo excitaba bastante, y al parecer a Albus también, ya que su erección se hizo evidente. El Malfoy no supo como reaccionar, mientras que Albus trataba de disimular una vez más su reacción ante el rubio. Tras ese no tan pequeño inconveniente, se separaron e hicieron como si nada pasara, y decidieron dormir.

Se recostaron frente a frente, Albus se acercó a Scorp para susurrarle.

—Recuerda que te estaré protegiendo, no tienes de que temer— y le dio un cálido abrazo, Scorp se durmió.

Después de varias semanas al fin el Malfoy soñaba, pero está vez no era una pesadilla, pero tampoco era un sueño cualquiera... Estaba en la sala común de Slytherin cuando veía a Albus llegar, sin decirse nada Albus comenzaba a besarlo apasionadamente, luego le quitaba la camisa y empezaba a besar su abdomen, bajando hasta llegar al cierre del pantalón, el cual bajaba mientras lo miraba con una sonrisa seductora... Scorpius soltó un gran gemido que despertó a su amigo.

Albus despertó al oír a Scorpius quejarse, se veía agitado, al parecer las pesadillas habían vuelto.

—Scorp... Scorp —lo sacudía suavemente.

—Mmm.. Albus... Al... —abrió los ojos y vio a su amigo casi encima de él con una expresión de preocupación en su rostro, entonces se sintió avergonzado.

—¿Scorp? ¿Estás bien? Al parecer estabas teniendo una pesadilla... Te veías muy agitado. —le dijo Albus preocupado, a lo que Scorpius se sonrojó y se puso de espaldas a Albus con el fin de ocultar cualquier evidencia del tipo de sueño que tenía... definitivamente luchas contra sus hormonas no era nada de fácil—. No pasa nada Al... te prometo que estoy bien, es solo que ahhh —dio un falso bostezo y fingió dormir.

—¿Seguro Scorp? —le susurró abrazado a su espalda— recuerda que estoy aquí para ti. —En ese mismo momento Scorpius deseó que se hiciera realidad el sueño que recién había tenido, pero no se atrevió a decir ni una palabra y continuó fingiendo que dormía, hasta que notó que su amigo había caído en un sueño profundo.

Ambos sabían que esas vacaciones marcarían un antes y un después. Albus estaba consciente de sus sentimientos, aunque no quería que Scorp lo supiera y comenzara a evitarlo. Sin embargo Scorpius entendía perfectamente lo que pasaba, y eso le gustaba, pero no se atrevía a decir o hacer nada, solo quería aprovechar esos momentos junto a su amigo, al parecer la distancia que se había producido entre ellos hizo que se acercarán aún más, pero de una forma diferente.

Euphoria - ScorbusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora