Capítulo 8

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Me apiado de los pies de Asa, solo escucho sus quejidos silenciosos y sus calmadas palabras para decirme que estoy haciendo mal. Nunca pensé que bailar fuera tan difícil, no puedo hacer todo al mismo tiempo, escuchar la música, bailar al ritmo de ella, los zapatos de tacón, el mas soportable Asa, el calor, los movimientos tan complicados; soy buena tocando la guitarra, soy buena boxeando, tejiendo, nadando, haciendo ejercicios físicos, relajándome, en matemáticas, física y química y muchas cosas mas, pero si hay algo en lo que no soy buena es en el baile.

-Solo tienes que dejar que yo te guié, sostén con mas fuerza mi brazo.-Dijo acomodando mi mano.-Y por favor no trata de no pisarme de nuevo.-Su aliento pegaba contra mi oído y me enviaba escalofríos al cuerpo entero, su aroma, que se mezclaba con el olor a sudor.-Ay.-Yo puse mala cara y deje de bailar.

-Es muy difícil.-Dije haciendo una mueca y mirando sus pies.-Pobres.-Asa asintió y se sentó tomando de mi agua, yo imite su acto y me quite los zapatos, me molestaban.

-Por lo menos esta vez no me pisaste tanto como las otras dos clases.-Asa miro la hora en su teléfono y se levanto.-Es hora de ir a casa.-Asentí y cambie mis zapatos.

Cuando nos montamos en el auto vi como alguien corría hacia acá y Asa pudo ver lo mismo, cuando George llego al auto Asa bajo el vidrio y miro a George.

-¿Podemos hablar Opal?-Asa me mira y yo niego con la cabeza.-Por favor.

-No quiere hablar contigo viejo. Entiéndelo.-Dijo encendiendo el auto, George miro a Asa con mala cara.

-No estoy hablando contigo.-Asa lo miro y enarco una ceja.

-No, pero estas encima de mi carro. Quítate.-Dijo haciendo que el motor gruñera.

-No, quiero hablar con Opal.-Rodé los ojos, solo he escuchado puros no.

-Vamos Asa.-El asintió y subió el vidrio y arranco con bastante velocidad, trate de reprimir una sonrisa.-Gracias.-Asa me miro.

-¿Piensas ocultarme la razón por la que no quieres ver a ese chico ni en pintura? Antes hacías todo lo posible por verlo.-Lo mire, ¿Cómo sabia eso?

-¿Cómo si quiera sabes eso?-Asa alzo los hombros, nadie sabia lo que me había dicho George, era algo de lo que no quiera decir nada, pero sentía la presión de querer contárselo; así que mirando por la ventana lo dije.-Me dijo puta.-Asa pego un frenazo, agradecía que tenia cinturón de seguridad y me miro, apretaba el volante con bastante fuerza y su mandíbula estaba muy marcaba.

-¿Escuche mal?-Su voz era dura, yo negué.-¿Qué fue lo que dijo exactamente?-Remoje mis labios

-¿Cómo se si yo soy otra de tus conquistas y noche llena de placer? ¿Qué no seguirás siendo una puta? Le dije que me gustaba y eso fue lo que respondió.-Trate que ninguna lagrima saliera, no podía llorar por algo tan estúpido, él se lo pierde.

-Desgraciado.-Dijo golpeando el volante.-Ese malnacido.-Arranco el carro y dio una vuelta en u.

-¿Qué... Que haces?-Asa no respondió estaba endemoniado.-Asa.-Estaciono frente al gimnasio y se bajo cerrando la puerta con bastante fuerza, yo me baje junto a él e iba a decir algo cuando vio a George. Creo que sabia lo que iba a hacer.-Asa déjalo así. No vale la pena.-Dije, pero no me hizo caso y agarro a George por la camisa alzándolo.

-Vuelves a llamar a Opal de esa forma y te parto todos los dientes y romperé huesos que no sabias que existían.-Dijo para luego lanzarle un golpe de puño cerrado en el ojo; reprimí un grito de asombro cuando Asa empujo a George.-Ella vale mas de lo que crees.-Me miro y agarro mi brazo llevándome de nuevo al auto. No sabia que decir o hacer.-Entiendo porque no le habías dicho esto a Omar.-Asentí y él me miro.-No llores.-Toque mi cara y si, efectivamente estaba llorando, limpie mis lagrimas.

Perfectos erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora