Capítulo 25

10 2 3
                                    

Escuche un sonido en mi ventana y sonreí, eran exactamente las siete y mis padres se había ido; me levante y abrí la ventana viendo a Asa, solo esperaba que mi hermano no se despertara de su sueño, aunque él siempre ha tenido el sueño profundo, como yo.

-¿Qué pasa si tu hermano se despierta?-Yo sonreí y me senté en la cama y Asa se sentó en el piso frente a mi.

-Nada, lo máximo que puede pasar es que te degollé.-Asa abrió los ojos.

-Gracias es eso muy reconfortante.-Yo sonreí y despeluque su cabello.

-Por eso hay que estar muy callados.-Dije en voz baja.-No quiero que degollen al chico que me gusta.-Sonrió y se levanto del suelo acercándose a mi, yo alce la mirada él acaricio mi cabello.

-No sabes lo bien que te queda ese color de cabello, pareces un pequeño caramelo.-Yo reí.-Y sabes a caramelo, el mejor caramelo que he probado.-Mi corazón latió aun mas rápido y mis mejillas se ruborizaron, Asa lamió sus labios y era tan ardiente.

-Me pregunto ¿A que sabrás tu? Porque solo pude probar una parte de ti.-Las palabras brotaron de mi boca, Asa sonrió y alzo los hombros, era mi momento de atacar; me levante y puse mis brazos alrededor de su cuello y lo mire, mis mejillas estaban ruborizadas y sentía mi cuerpo temblar, estaba nerviosa. Acerque nuestros labios y cerré los ojos, sus labios siempre serian los mejores que he probado, sus besos me hacen sentir tantas cosas maravillosas al mismo tiempo.

Fui bajando mis manos lentamente pasándolas por el abdomen y luego su entrepierna, masajee un poco y mordí sus labios, escuche un gruñido en su garganta y sonreí separándome de él.

Asa tenia los ojos cerrados y no pude evitar sonreír, abrió los ojos y mi respiración estaba agitada ,mi mano aun estaba en su entrepierna y podía tocar su pronunciada erección; Asa lamió sus labios y antes de que pudiera decir nada me arrodille desabrochando sus pantalones y ahí comenzó mi trabajo, los pequeños gemidos de Asa comenzaron.

No habíamos llegado mas de eso, porque ninguno de lo dos lo creía correcto, ahora estábamos acostados en mi cama, yo sobre su pecho y Asa acariciando mi cabello.

-¿Qué crees que hubiera pasado si Gabriela no se hubiera juntado con Abigail? ¿Seguiríamos ignorando la presencia del otro? -Pregunte alzando la vista, Asa me miro y quito mi pollina de la frente llevándola arriba y luego la soltó haciendo que volviera a mi frente, yo sonreí.

-No lo creo, siento que esto debía pasar. Si Gabriela no se hubiera juntado con Abigail o hubiera hecho con otro y viceversa, y cualquier otra cosa nos hubiera unido. Como todos esos sucesos raros después del engaño de los dos.-Yo abrí los ojos entonces no era la única que pensaba que era raro.

-Pensé que era la única en pensar eso.-El negó y pellizco mi mejilla, yo me queje.-¿Por qué dejaste de jugar básquet?-Sentía las caricias en mi cabello y brazos, y el latido de su corazón calmado.

-Porque dejaste de preguntar por mi.-Fruncí el ceño y me volví a acomodar en el pecho de Asa.

-¿Enserio?

-Si, al principio solo quería apoyar a Omar en su pasión, pero cuando comenzaste a preguntar por mi le puse mas ganas, para que así Omar te hablara de mi y tu siguieras queriendo saber más.-Sonreí.-Perdí peso y dejaste de preguntar por mi y el deporte ahora me parecía aburrido, así que comencé en el gimnasio. ¿Cuando aprendiste a tejer?

-Cuando me excluiste, me encerraba aquí y no tenia nada que hacer así que hacia cualquier cosa ¿Recuerdas la vez que vino mi abuela y no salimos en todo el día de la habitación?

Perfectos erroresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora