CAPÍTULO 1

14 3 0
                                    

El avión sobrevolo el lincon memorial. Tyler tenia el maletin abierto en el regazo y un monton de cosas por recoger, pero miro por la ventanilla, deceoso de ver todos los detalles del descenso. Volar le encantaba.

El vuelo llegaba con retraso. Lo sabia por que él hombre, sentado frente a el en el asiento 3B, no cesaba de quejarse.
Tyler tubo ganas de darle una palmadita en la mano y asegurarle que diez minutos mas o menos no eran tan importantes. Pero el hombre no tenia cara de agradecer semejante gesto.

Maddy tambien se habria quejado, pensó. No en voz alta ni con aspaviento, imagino Tyler mientras sonreia y se preparaba para el aterrizaje. Su hermana se habria irritado tanto como el hombre del 3B, pero sin cometer la groseria de quejarse.

Si, conocia bien a su hermana, y la conocía, Maddy habria salido de casa una hora antes, procurando tener en cuenta el impredecible trafico de Washinton. Tyler había percibido en su voz un leve disgusto por que ella, Maddy, habia escogido un vuelo que llegaría a las seis y cuarto, la hora punta por excelencia. Con veinte minutos de adelanto, Maddy habría dejado el coche en el aparcamiento de estancia corta y, tras asegurarse de dejar bien cerradas ventanillas y puertas, se dirigia a llegadas nacionales sin fijarse en las tiendas. Nunca se distraía ni mezclava las cosas en su cabeza.
Maddy siempre llegaba con antelación. y Tyler siempre llegaba tarde. No era nada nuevo, pero aún así, confiaba en que hubiese un punto de encuentro entre ellos, algo que los uniera. Aunque eran hermanos, no se entendían muy bien.

Él avion toco tierra y Tyler empezó a meter sus cosas en el maletin. Amontono el gel con las cerillas, los boligrafos con las pinzas de depilar. Era algo que jamas comprendería una mujer organizada como Maddy para quien cada cosa tenia su sitio.

Cuando él avión finalmente se detuvo, Tyler esperó sentado mientras las personas que tenian prisa colapsaban el pasillo. Maddy seguramente se pondria nerviosa, pensando que su incorregible hermano había vuelto a perder él vuelo.

Como Tyler preveía, Madison la esperaba en la puerta de llegadas, observando la fila de pasajeros con gesto todavia de impaciencia. Su hermana siempre viajaba en primera clase, pero no se encontraba entre los primeros desembarcados que iban saliendo del vestíbulo. Tampoco entre los cincuenta primeros. Seguramente estaría charlando con la tripulacion penso su hermana con una punzada de envidia.
Tyler nunca había tenido que esforzarse para hacer amigos. La gente sencillamente se acercaba a el, Tyler a sus dos años de licenciada y habersela pasado de maravilla ya tenia una prospera carrera.
En cambio Madison, la estudiante con matriculas de honor, despues de toda una vida aún seguia en el mismo instituto donde ambas habían estudiado. Ahora se sentaba en el pupitre del profesor, pero aparte de eso, poco habia cambiado.

Maddy ya se disponía a preguntar en el mostrador de informacion cuando de pronto lo divisó. La envia desaparecio y la irritacion se desvaneció.
Resultaba casi imposible enfadarse con Tyler cuando lo tenías adelante.

Tyler en aquel momento presentaba un aspecto desaliñado, con un jersey holgado y unas zapatillas amarillas a juego con él jersey.

—¡Madds!—exclamo este al verla, y dejo sus cosas en el suelo. La abrazo como hacía con todo: con entusiasmo desbordante —. ¡que alegria verte! ¡estas estupenda! Oh, nuevo perfume. —olisqueo—. Me gusta.

—¿que aspecto tengo?— pregunto. ¿Te gusta mi cabello? Espero que si. He gastado una fortuna en fotos publicitarias.

Pasaron ante la cinta de equipajes, donde la gente se amontonaba, dispuesta a abalanzarse en cuanto apareciese au equipaje, penso Tyler, pero sonrió.

—la verdad es que tienes muy buen aspecto Madds ¿como te sientes?

—bien. —como se trataba de su hermano, Maddison no se puso a la defensiva—. Mejor de verdad.

—estas mejor sin ese cabron —dijo Tyler, mientras pasaban por las puertas automaticas—. odio decirlo por que se que le querías, pero es cierto. —Corria una fria brisa del norte que hacia olvidar la primavera. El fragor de los aviones que despejaban martillaba sobre sus cabezas. Tyler bajo la acera para dirigirse al apartamento sin mirar a derecha ni izquierda —. La única alegría que trajo a tu vida fue la pequeña Mia.
Por cierto ¿donde esta mi sobrina? Esperaba que viniese.
la punzada de dolor iba y venia. Cuando Madison aceptaba algo con la cabeza, también lo aceptaba con el Corazón.

—esta con su padre. Acordamos que lo mejor seria que este con el durante todo el ciclo escolar.

—¿que? — Tyler se detuvo en medio de la calle. Sonó una bocina pero no hizo caso—. Madison, no hablas en serio. Mia solo tiene seis años. Necesita estar contigo.
Will seguramente la pondrá a ver las noticias en vez de caricaturas.

—la decisión esta tomada. Nos pareció lo mejor para todos.

Tyler conocía esa expresión. Significa que Madison se habia cerrado en banda y le costaria mucho volver a abrirse.

—de acuerdo. —Tyler se puso a su altura, apretando el paso. Madison siempre se apresuraba; Tyler serpenteaba—.
Ya sabes que puedes hablar conmigo siempre que quieras.
—lo se. —se detuvo ante un Toyota de segunda mano.
Un año antes, conducia un mercedes. Pero esa era la perdida menos importante—. No queria preocuparte diciendotelo por telefono. Tyler. Solo necesito aislarme un poco.
Casi he conseguido ordenar mi vida otra vez.

Tyler dejo sua bolsas y maletines en el asiento de atrás y no dijo nada. Era un coche de segunda mano inferior a lo que Madison estaba acostumbrada, aunque la preocupaba la crispacil. del cambio de estatus. Queria consolarla pero sabia que Maddison relacionaba la compasion con la lástima.

—¿has hablado con mamá y papá?

—la semana pasada. Están bien. —Madison subió y se puso el cinturon.

—¿por que has vuelto a Columbus, Maddy?

—queria salir de California. Y esto me resultaba familiar.

—y la casa ¿te gusta?

—el alquiler es razonable y esta a solo quince minutos en coche del colegio.

Tyler disimulo un suspiro. ¿acaso su hermana no era capaz de tener sentimientos intensos hacia nada?

—¿estas saliendo con alguien?

—no. —pero esbozo una leve sonrisa en medio del tráfico —. El sexo no me interesa.
Tyler arrugo la frente.

—A todo el mundo le interesa el sexo, yo lo tendría todas las noches si tubiera  tiempo y un chico indicado. Pero me refería mas bien a compañia.

—no hay nadie con quien me apetezca estar en este momento. —poso una mano sobre la de Tyler, lo cual era todo lo que  podia ofrecer a cualquiera que no fuera su marido o su hijo—. Excepto contigo. De verdad me alegro de que hayas venido.

Como siempre Tyler respondio al calor recibido
—Habria venido antes si me hubieses dejado.
—estabas en medio de un viaje de promocion.
—las promociones se pueden cancelar.
—bien, pero la promoción se ha acabado y ahora estas aquí.— y dejaron que el silencio las inundara.

¿tenian tan poco que contarse? Tyler dejo que la radio llenase el vacío (car radio 7u7. basta jsja). ¿como podian dos personas crecer juntos, vivir juntos, luchar juntos y sentirse tan extraños? Siempre esperaba que sus encuentros fueran diferentes, pero siempre eran los mismos.
Cuando cruzaron el puente recordó sus juegos que el inventaba cuando eran niños, a Madison le frustaba que nunca tubieran reglas.
"Siempre reglas Maddy", pensó mientras ambas guardaban silencio. Colegio, iglesia, vida. No era de extrañar que su hermana se confundiese cada vez que cambiaban las reglas.
Y en aquel momento habían vuelto a cambiar para ella.
"¿abandonaste el matrimonio, Maddy, igual que abandonabas el juego cada vez que las reglas no se adaptaban a ti?."
Ese era él estilo de Madison, pensó, por su bien espero que funcione.

Atrapado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora