Capítulo X

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La realeza es su propia debilidad. Ellos son su propia caída pero sería demasiado tiempo para explicárselo por lo que le pedí que me enseñase. Estuve todo el día aprendiendo solo para hablar con cortesía aunque se me notaba forzado y tenía que pensar antes de hablar por lo que tardaba en hacerlo.

Las bases las cogí en un día pero la experiencia y la práctica son imprescindibles para conseguir hablar como un noble. Vairon es increíble ya que cambia entre sus hablas cuando quiere sin mucho esfuerzo.

Amira se despidió de Steph con una sonrisa y su libro en sus brazos. No se le olvidó el libro, parece que va en serio con ello.

"…Papá, Steph es muy lista pero sus explicaciones son difíciles, es más fácil cuando me lo explicas tú."

"Debido a que lo entiendo bien puedo resumirlo para que lo puedas comprender."

Otra técnica que conseguí al tener que explicarme hacia todos mis primos sobre las reglas de la casa o para ayudarles con sus deberes.

"…Podrías llegar a ser el mejor maestro."

"No soy tan listo."

"…No no, mi profesora explica bien aunque sigue siendo difícil pero es muy sencillo cuando tú me lo explicas."

"Gracias por eso. Bueno te enseñaré lo que no entiendas."

"…Sí! Gracias."

Y así nos fuimos caminando a casa, cabe decir que la casa estaba amueblada desde hacía como medio mes por lo que al llegar estaba la cena en la mesa. Rita es demasiado trabajadora, aunque la dije que no se esfuerce y no parece estar pasándolo mal. Le dije que me diga si necesita ayuda y crearé un subordinado para que la ayude pero no parece ni acercarse a su límite.

Amira y yo nos sentamos a la mesa y esperamos a que Rita también lo hiciera. Al comienzo Amira comía todo lo que estaba en la mesa pero la dije que si no se siente con hambre no debería comer y parece que me va haciendo caso poco a poco. Ahora come más calmada pero aún se excede con la comida hasta llenarse como si fuera su última comida. Ya cambiará y se acostumbrará.

Rita no la programé para comer a una velocidad abismal, cuando escribí [es trabajadora] no me esperaba que al punto de casi engullir la comida para hacer otras cosas.

Y como todas las noches fui a la habitación de Amira y la arropé hasta el cuello dándole las buenas noches. Ella me devolvió las mismas palabras y me fui de su habitación cerrando la puerta.

No está nada mal ser padre, creo que me voy acostumbrando.

Bueno, la cuarta noche que dormimos en la casa casi me da un infarto porque Amira se puso a gritar debido a una pesadilla. Aunque me dijo que nunca había tenido una pero tuvo la pesadilla en que pensó que yo era un sueño y aún seguía sola en la calle, cuando tienes algo que añorar es cuando se pueden tener pesadillas.

En la mañana el alba se pudo ver y me llené de nostalgia ya que lo vi varias veces en mi anterior mundo, desde la ventana de mi habitación se veía muy bien el alba al igual que aquí. Tenía pensado ir a practicar con Vairon cuando escuché golpes de metal y miré a la calle. Allí había un tipo golpeando su propio escudo para llamar la atención.

"¡Quédense en sus casas y se ruega que no salgan de ellas! ¡ESTÁN ATACANDO LA CIUDAD POR EL NORTE MUCHOS MONSTRUOS! ¡Déjenselo al gremio de aventureros pero por precaución quédense en sus casas!"

Se movió a otra calle y llamó la atención al igual que bajo mi ventana comenzando de nuevo las mismas palabras.

¿Cuántos monstruos son muchos? Deberían dar una aproximación a no ser que sean demasiados como para causar pánico y huidas que terminarán en muertes. Aunque tengo que practicar no puedo dejar la ciudad así, se que las armas de muchos aventureros seguro que han mejorado por los lingotes que vendí a las tiendas. Si la ciudad sufre y mueren aventureros pierdo clientela porque las herrerías venderían menos, es decir, vamos a machacar monstruos.

Renacimiento como el Boss de la última planta en otro mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora