Kirito estaba en una misión junto con Klein.
Los dos estaban en ALO en un coliseo en busca de un tesoro.
-Date prisa Kirito, ya tengo el olor del oro en mi nariz. –Dijo Klein animadamente.
-No seas imprudente Klein, si te arriesgas demasiado te van a terminar rodeando. –Explicó Kirito.
-Vamos, se supone que tú me cuidas, (hablando orgullosamente), así que no hay nada que temer
-Está bien, Klein, yo te cuido.
El espadachín negro y el samurái rojo avanzaron por el calabozo mientras peleaban con Orcos y algunos esbirros.
-Vamos Kirito, ¡ahí está el tesoro!
-Espérame Klein, estoy un poco cansado.
-Vamos Kirito, ya descansaras después de la misión.
De la nada cayeron algunas gotas enormes de un líquido negro que empezaron a formar Orcos súper desarrollados que rodearon a ambos.
-¡Kirito, necesito ayuda!
-¡Aguanta Klein!
Kirito mato a los orcos que lo rodeaban, pero solo vio como los orcos desarmaban a Klein para después arrodillarlo y de un golpe en el estómago tumbarlo en el suelo mientras enterraban sus cimitarras en la espalda de Klein.
-¡Aguanta amigo, ya voy!
Cuando Kirito estaba por ayudar a Klein, una enorme gota del líquido negro cayó sobre Kirito para formar una silla que lo apreso, encadenando sus manos y sus pies.
-¡Ayúdame Kirito, por favor, ayúdame, te lo ruego!
-¡Klein...aguanta por favor!
Un orco se acercó a la silla donde Kirito estaba encadenado, se puso detrás de él y le abrió los ojos para que no pudiera cerrarlos.
-Ayúdame...por favor Kirito.
Los orcos seguían matando a Klein que con gritos desgarradores oraba por la ayuda de Kirito.
-¡Ya basta, déjenlo ya!
Klein estaba llorando de dolor mientras aun pedía la ayuda de Kirito sin que él pudiera hacer nada.
Un orco le cerró los ojos a Kirito para que al abrirlos viera al cadáver descompuesto de Klein.
-Me ibas a proteger...¿Por qué no lo hiciste?, Kirito.
-Traté Klein, pero no pude, ¡no pude hacerlo!
-Te odio.
-¡No digas eso por favor!
Te odio, no puedes ni protegerte a ti mismo...no podrás proteger a nadie más.
Klein se puso detrás de la silla y desenvainando su Katana se dispuso a enterrarla en el vientre de Kirito mientras se ponía a gritar de dolor.
-Eso fue lo que yo sentí cuando no pudiste ayudarme.
-Perdóname Klein...yo trate, pero...
Klein interrumpió diciendo. –"Muere, mal amigo". –Mientras abría el vientre de Kirito hasta dejarlo desangrando.
Kirito solo cerraba los ojos poco a poco hasta que.
Kirito se revolcó en la cama completamente empapado de sudor, se aferró a sus sabanas con miedo a pestañear y ver el cadáver de Klein.
Luego de unos segundos se levantó de la cama y bajo a la cocina a tomar un vaso de agua.
Estaba sediento por toda el agua que había perdido al sudar.
ESTÁS LEYENDO
Enfermedad llamada amor
FanfictionKirito y Sinon corrían tan rápido como se lo permitían sus pies y sus pulmones. -¡No los dejen ir! -Grito Silica. -¡¡¡tráiganme a Kirito!!! -Grito Asuna. -¡Estoy en ello! -Contestó Klein. Estaban en la calle con rumbo a la casa de Kirito cuando Sino...