Capítulo ocho

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Subieron las escaleras tan secretamente que parecía que eran las 2 de la mañana y trataban de evitar que la madre de Asuna los atrapara.

Pero eran 8:05 de la noche. La madre de Asuna no llegaría hasta dentro de poco menos de 2 horas.

Kirito entro a la habitación de Asuna antes que ella. Todos los peluches, las fotos, todo estaba perfectamente acomodado justo como la última vez que había entrado.

Pero eso ya tenía algunos meses.

Asuna entro cerrando la puerta tras de ella.

Kirito se sentó en la cama mientras Asuna prendía unas velas con aroma a vainilla y ponía algo que a Kirito le sonaba muy familiar.

"Variaciones Goldberg" era lo que Asuna había puesto.

Kirito estaba tenso cuando iba de camino a la casa de Asuna. Pero ahora, la música, la luz de las velas y la suavidad de la cama y de la colcha lo hacían estar muy relajado y sereno.

Asuna cerro las cortinas que daban al exterior para que nadie los viera en la intimidad.

Asuna se sentó al lado de Kirito, pero él se levantó de inmediato, casi como si fuera por reflejo.

Ella solo se sorprendió un poco, pero no le dio mayor importancia.

-Bi-bien, ¿qu-que es lo quieres ha-hacer? –Pregunto Asuna con voz insegura y temblorosa.

Kirito miro al techo como si pensara en que contestar, pero él pensaba en que si hacer lo que planeaba era lo correcto.

-¿Qu-quieres probar algo nuevo? –Atajo Asuna con una nueva pregunta.

-No lo había pensado...tal vez...

Asuna miro con indecisión a Kirito, si era algo muy grosero para ella no lo harían.

Si fuera algo muy violento o muy raro tampoco harían nada.

Solamente caer en las garras de Morfeo hasta que faltaran 10 minutos a la llegada de Kyouko.

Kirito estaba pensando en que decir, dándole mil vueltas, así como estos monólogos innecesarios que solo pongo para desesperarte y hacer tiempo.

Porque eso es lo que Kirito no tenía: Tiempo.

Asuna se levantó y miro directamente a Kirito a los ojos.

Kirito finalmente encontró las palabras que quería decir.

-Asuna...quiero hacerte el amor, quiero sentirte, quiero tenerte...quiero amarte.

Asuna se llevó las manos al pecho después de escuchar lo que Kirito había dicho.

-Quiero que sea igual de romántico que la primera vez.

Kirito se acercó poco a poco a Asuna mientras su corazón latía a 1000 por segundo.

Estaba muy nervioso y Asuna también. Aunque no era la primera vez.

Kirito se acercó a los labios de Asuna y les planto un beso.

Nuevamente sentía el sabor a albaricoque, sentía la suavidad de estos así que empezó a morderlos un poco.

Asuna abrazo a Kirito y le pellizco la espalda.

-No tan fuerte por favor. –Pidió Asuna.

Kirito empezó a morder un poco más suave los labios de Asuna, dejando una mano en su cintura mientras que con la otra acariciaba una de las piernas de ella.

Asuna rasguñaba la espalda de Kirito por encima de la ropa.

Ambos sentían el aroma a vainilla que la vela desprendía.

Enfermedad llamada amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora