PRIDE (Michaeng)

26.

Chaeyoung POV

Já, había dos camas en la cabaña y sólo usamos una. Dormir junto a Mina fue como vivir un sueño. Me sentí protegida entre sus brazos mientras escuchamos como tronaba la madera. Su olor, su temperatura corporal, todo sobre ella me encanta.
Me levanté por que un rayo de sol entraba por la ventana y golpeaba mi cara.
Abrí los ojos y estábamos en ropa interior, ya que hacía mucho calor, Mina estaba completamente dormida.
Deposité un beso en su frente y traté de levantarme sin hacer demasiado ruido.
Me puse una chamarra que me quedaba muy grande y caminé a la cocineta que había. Preparé dos tazas de café y saqué unas galletas que traía en mis provisiones de comida.
-¿Cuánto tiempo llevas despierta?
Escuché una voz ronca.
Mina se había levantado de la cama y se veía demasiado bien con su ropa interior de encaje negra.
-Hum, em-
Me hizo balbucear.
-No mucho. Te preparé café.
Se sentó a mi lado y comenzó a beber y a comer.
-¿Descansaste?
Preguntó.
-Más que nunca.
Dije para después darle un sorbo a mi café.

La alarma sonó, así que era hora de arreglarse para el día. Hoy escalaríamos un pequeño monte por la mañana.
Nos cambiamos y salimos al comedor, donde estaban todos los jóvenes desayunado.
Nos sentamos en una mesa cualquiera y comenzamos a comer.
De pronto, alguien nos hizo compañía.
-Buenos días.
Era JB.
Se sentó con nosotras sólo para molestarnos.
-¿Se te ofrece algo?
Mina habló.
-Quiero estar con ustedes un rato.
Dijo sarcásticamente.
Ugh, lo odio tanto.
-Mina, que linda te ves hoy por cierto.
La alagó.
Mi chica ni si quiera contestó.
Yo me ahogaba en celos.
-¿Qué quieres Jae?
Dije con enojo.
-Perdón si te puse celosa, lesbiana.
JB comenzó a reír.
Mina tomó su vaso de jugo de naranja y dijo.
-Vuelves a insultarla o a molestarla y te juro que lo que contenga este vaso va a estar en tu cabeza en cuestión de segundos.
Mina dijo amenazante.
-Wo, tranquila preciosa. ¿Son pareja o algo así?
Cada vez hacía que lo odiara más.
Apreté mis dientes.
-No.
Dijo Mina.
-Bueno, eso significa que todavía estás del lado correcto Mina. Nos vemos después.
El chico tomó su plato de huevos revueltos y se fue a sentar a otra mesa.
Suspiré.
-Perdóname guapa... él es un asco.
Mina me tomó de la mano debajo de la mesa.
-Lo sé. Está bien.
En eso, el profesor nos indicó que era hora de partir.
Comenzamos a caminar detrás de él.
Llegamos y vimos el pequeño monte en el cual íbamos a escalar.
-¡Síganme!
Gritó.
Comenzamos a subir poco a poco, entre todos nos ayudábamos.
-¡Dame la mano!
-¡Te tengo!
Nos ayudábamos a escalar los unos a los otros.
No era una montaña tan inclinada pero sí peligrosa.
Estábamos a punto de llegar a la cima cuando JB comenzó a caminar rápidamente.
-¿Te ayudo Chaeyoung?
El chico se ofreció a ayudarme a subir, ya que había una roca floja que si la pisaba, caería.
-¡Corre Chae!
Dijo Mina mientras me veía desde la cima.
-Bien.
Le di mi mano y el chico fingió tropezarse o algo así.
-"Ups" "Perdóname Chae".
Usó el lenguaje del sarcasmo y me soltó, haciendo que me cayera por el duro camino. Comencé a rodar como una dona mientras me golpeaba con las piedras.
Todos los alumnos gritaron y el profesor bajó de la cima para ayudarme.
Me quedé tirada en el suelo, por suerte no me pasó nada grave. Sólo tenía rasguños y sangre por todos mis brazos y piernas.
-¡Chaeyoung!
Mina también bajó corriendo para ayudarme.
Ambos me ayudaron a levantarme.
-¿Estás bien?
Preguntó el profesor.
-Creo.
Dije.
-Mina, váyanse a la cabaña. No creo que tu amiga pueda soportar la caminata.
Mina asintió y me ayudó a caminar.
Cruzamos el bosque lentamente.
-¿Qué pasó? ¿Te tropezaste?
Preguntó Mina con mucha preocupación.
-Jae, me ofreció ayuda y después me tiró intencionalmente.
Dije mientras miraba el suelo, para no tropezar de nuevo.
-Es un cerdo. Le diré al profesor mañana.
Mina estaba en llamas.
-No lo hagas, sólo déjalo pasar.

Seguimos caminando hasta que encontramos un lago oculto.
Era un lago rodeado de pinos preciosos, montañas y con agua clara. Podías ver a los peces de colores y tortugas que habitaban ahí.
-Descansemos un rato, princesa.
Mina se desvió del camino.
Nos sentamos en una orilla.
Nos quitamos los zapatos y los calcetines y metimos nuestros pies al agua pura y fría.
Mina comenzó a jugar conmigo.
Lanzó un poco de agua con su mano hacia mi rostro.
-¡Hey!
Grité mientras hacía lo mismo.
Ambas comenzamos reír.
Lanzábamos y lanzábamos agua hasta que decidimos quitarnos la ropa para nadar un rato.
Poco a poco nos quitamos hasta la ropa interior.
Mina se veía preciosa. Su cuerpo era hermoso. Más lunares, su abdomen marcado y su piel delicada.
-Eres preciosa.
Mina dijo para después pasar su mano lentamente por mi espalda.
Me sonrojé.
Mina entró al agua de un chapuzón y yo entré lentamente, no quería lastimarme más.
Comenzamos a flotar sobre el agua y a admirar la naturaleza.
Me acerqué a Mina y me colgué de ella como un koala.
Sonreí.
-Te quiero tanto.
Dije para darle un beso en la nariz.
-Yo te quiero más, princesa.
Mina se acercó a mis labios y los atrapó.
-Mm, adoro tus besos.
Dijo.
-Yo también adoro tus besos.
-Será mejor que regresemos antes de que llegue el grupo al campamento.
Mencioné.
Salimos lentamente del agua y nos pusimos de nuevo nuestra ropa. Muriéndonos de frío, caminamos hacia la cabaña para descansar.