P r ó l o g o.

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31 diciembre 2012, Busan, Corea del Sur.
23:30 hrs.

°

En media hora más seria año nuevo y Jimin junto a su compañero de crimenes, Jungkook, estaban casi listos para ir y asaltar una de las mansiones más misteriosa de todo Busan. Lo que la hacía tan misteriosa era que estaba en completo anonimato y eso fue lo que llamo la atención de Jimin.

—¿Tienes a mano tu pasamontañas y demás herramientas?

—Si Jimin, tengo todo.

Para ser tener una corta edad, ya habían cometido bastantes asaltos, la policía los buscaba día y noche sin parar pero vamos ¿Quién sospecharía que dos pequeños eran los autores de tales crimenes?

Muchos los nombraban como BusanBoys, pero no conocían sus verdaderas identidades, ya que tenían nombres claves, como P y J, y eso es lo que les hacía mucho más fácil de no ser atrapados.

—Vámonos Jungkook, ¿Estás preparado?

—Más qué listo Jimin.

Salieron de su pequeño departamento y se dirigieron al estacionamiento en donde estaba su camioneta. Lanzaron las mochilas a los asientos traseros y condujeron hacía aquella mansión.

—¿Crees que lo logremos?.— Pregunto Jeon.

Park sonrió, —Claro que si, ¿Qué te hace creer que no?

—Nada, olvídalo.

Después de diez minutos de viaje, llegaron por fin a su destino. El vecindario estaba en completo silencio, al parecer no había nadie habitando en la mansión ni en las casas del alrededor.

Qué extraño. Pensó Jimin.

—Bien J, vamos.— Dijo estirando su brazo hacia las mochilas.

—No lo sé P, me parece demasiado extraño que nadie este habitando aquí ni alrededor.

—Lo sé J, pero no me quedaré aqui pensando en eso, ponte tu pasamontañas y vámonos.

Salieron del vehículo con mucha cautela y cruzaron la calle quedando frente a las grandes rejas de metal.
Treparon con gran agilidad y cruzaron al otro lado.

Pasaron por el enorme y lujoso jardín dirigiéndose a la gran puerta principal.

—Esta mansión no es fácil.— Murmuró Jungkook mirando los enormes candados difíciles de penetrar.

Park río suavemente por el comentario de su amigo y negó con su cabeza.

—Lo mismo dijiste cuando viste la caja fuerte del banco en Daegu hace un mes, J.— Susurró el pelinegro.

Jeon asintió.

—Nada que no se pueda resolver con esto. —Jeon saco de su cinturón unas herramientas y llaves que le costó meses, casi un año, conseguir en tiendas ilegales.

Estaban tan entretenidos tratando de desbloquear los candados, que no se percataron de un detalle del costado derecho de la puerta.

Welcome, Little » Yoonmin - 윤민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora