Pequeña mujer.

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Volví. 

Espero que disfruten.


xxx

Acabé llegando diez minutos atrasada para recoger a Camila frente a la biblioteca por el tránsito, pero tuve la agradable sorpresa de no sólo encontrarla todavía esperando, sino que también poder verla tan linda, en un vestidito holgado y colorido, su mochila ahora descansando a sus pies en la acera.

- No sabía que esa escuela se había adherido a la sexta informal - comenté después de saludarla con un rápido beso.

- Mi última clase en los sextos es Educación Física, entonces siempre llevo ropa para cambiarme, y no tener que ponerme el uniforme de nuevo - ella aclaró, riendo de lo que yo había hablado.

- No es que no me guste ese uniforme, pero has quedado linda en ese vestido - dije, poniendo una mano en su pierna, subiendo un poco el tejido para dejar su muslo expuesto. Pero yo sólo quería sentir su piel en mi mano y permanecí con ella allí parada, sin subir más. -¿Estás con hambre?

- Un poco.

- ¿Está bien si vamos a comer algo antes de ir a tu apartamento?

- ¿No prefieres que prepare algo para nosotras?

- No. Hoy no. Tuviste una semana agotadora, así que te voy a dar un descanso de la cocina.

- Yo sólo estudio, Lauren - ella retrucó con una pequeña sonrisa. - Estoy segura de que mi semana no fue ni un poco agotadora en comparación con la tuya.

- Pero también tuviste el monitoreo, que es un trabajo.

Camila sólo se encogió de hombros, no queriendo darse por vencida, pero acabamos yendo a un restaurante, como yo quería. Pero ella golpeó el pie cuando intenté parar frente a un restaurante más elegante al comienzo de la Maddison Avenue, diciendo que no estaba vestida para ir a ese lugar, aunque yo intentaba argumentar cuán hermosa era en ese vestido; pero esta vez fui la primera en renunciar, aceptando cuando ella sugirió sólo una cafetería no muy lejos de su casa.

Comimos sin mucha prisa la comida que no tardó en llegar, conversando sobre sus clases, yo hablando de mi trabajo y de la casa que había comprado, llegando hasta a entusiasmarme demasiado al describir la propiedad.

Exactamente como habíamos hecho hace dos días, dejé a Camila frente a su edificio, antes de ir a estacionar. Esta vez, sin embargo, lo hice sólo para que nadie la viera entrando con una extraña, porque podría muy bien haber pedido que ella me acompañara a dejar el coche.

Camila apenas había cerrado la puerta después de entrar y ya la apretaba contra mi cuerpo, devorando su boca con urgencia.

- Ven - ella dijo después de un tiempo, interrumpiendo el beso y entonces empezó a guiarme por el pequeño pasillo hasta una de las puertas blancas.

Hasta su habitación.

Por un instante, me distraje analizando el pequeño cuarto sin decoración alguna a no ser por los libros que ocupaban casi una pared entera. Pero aparte de esa estantería, de un armario y de la cama, no había nada más en su cuarto.

- Creo que esta habitación necesita un poco de color.

- No me gusta - ella habló, meneando la cabeza para confirmar sus palabras. - Demasiado color me molesta a la hora de estudiar. Mi madre ya intentó convencerme de al menos poner unas cortinas más animadas, pero me siento mejor de la manera que está.

- Veo que tú y tu madre son muy diferentes - comenté, una vez más tirándola contra mi cuerpo, más despacio esta vez, sin embargo.

- Como agua y aceite - ella habló ya en un tono más bajo, cuando mi boca encontró su cuello delicado.

7 Minutos en el Paraíso (TRADUCCIÓN) *CAMREN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora