¿Ahora?

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Evidentemente ayer no hubo capítulo, por lo tanto hoy subiré dos.

Disfruten bebés.


XXX


"¿Podemos cambiar los planes de hoy?"

Estaba iniciando la ronda en el hospital como siempre hacía después de verificar y responder mis e-mails, cuando mi celular vibró en el bolsillo del jaleco y yo salí de una de las habitaciones donde algunos médicos y residentes analizaban a un paciente en estado crítico.

Rápidamente me alejé y entré en un cuarto vacío, llamando a Camila enseguida.

- ¿Qué sucedió? - pregunté después de que ella atendió. - ¿No estás en la clase?

- No voy a poder hablar por mucho tiempo, ¿está bien? Estoy escondida en el baño. Había olvidado completamente esta visita con la escuela. De aquí todos van a un restaurante que la escuela reservó y vamos a almorzar por allí, pero la excursión debe terminar alrededor de la una de la tarde. Entonces voy directo a casa después. Pero si tú quieres, puedes ir allí en el horario de siempre. Hago algo para que comas.

- Yo iba a mandarte un mensaje avisando que no iba a poder comer contigo hoy - hablé. - Tengo un almuerzo de negocios dentro de unas horas que debe extenderse hasta las dos de la tarde.

- Ah ok.

- ¿Puedo llegar antes?

- Claro.

- Está cambiado, entonces. Te veo más tarde, Camz.

Para mi sorpresa, Camila no se había enfadado con los regalos que le di. El viernes mismo cuando llamé por la noche para hablar con ella, tomamos un tiempo para abordar el asunto hasta que ella, entre un silencio y otro, agradeció por los presentes y pidió disculpas por estar actuando de forma tan loca. Dijo que ya se sentía mejor, tanto del dolor y del mareo, y que había adorado la mochila y el perfume. Y después de eso no tocamos más ese asunto.

Después de que salí del almuerzo aburrido, llegué a pensar en comprar un ramo de flores para Camila - no rosas, porque ella ya había dicho que no le gustaban, pero entonces recordé que su madre probablemente le haría mil preguntas si viera un ramo misterioso, entonces acabe cambiando de idea, comprando apenas un solo tulipán rojo, que sostuve mientras esperaba a Camila venir a abrir la puerta para mí.

Cuando esto sucedió, por poco, esa flor casi se detuvo en el suelo.

Camila estaba allí delante de mí usando nada más que una pequeña camiseta beige con detalles de encaje negro, sus piernas completamente descubiertas por la pieza demasiado corta, sus pies descalzos. Volvía a subir la mirada a su cara después de terminar la inspección y la encontré con una pequeña sonrisa y las mejillas ligeramente sonrojadas.

- Camila ...

Pero fui incapaz de continuar, apenas consiguiendo dejar su nombre escapar otra vez de mi boca en nada más que un susurro.

- Bienvenida - Camila murmuró, aceptando la flor cuando finalmente logré extenderla hacia ella, me sentía como un robot al entrar en el apartamento cuando ella dio un paso hacia el lado. - Ven aquí - ella continuó, cogiéndome de la mano y me llevó hasta la sala. - Preparé algo para ti, pero si te parece muy desagradable o ridículo, no te reías, ¿está bien? en mi defensa , nunca lo hice antes.

Todavía siguiendo sus pasos - simplemente por ser incapaz de reaccionar mientras mis ojos no paraban un segundo de escanear su cuerpo - me senté en el sofá más grande y observé a Camila caminar hasta un pequeño aparato de sonido.

7 Minutos en el Paraíso (TRADUCCIÓN) *CAMREN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora