7 Minutos en el Paraíso (TRADUCCIÓN) *CAMREN*

Mi regalo para ti.

Desde hoy (a excepción del domingo), hasta el próximo martes, voy a subir capítulo por día.

Disfruten bebés.

XXX

Era domingo, alrededor de las diez de la mañana, cuando un mensaje de Camila llegó a mi celular. Estaba en el área de la piscina acostada en una de las tumbonas apenas aprovechando el sol y lancé una rápida mirada a Diana que estaba debajo de una sombrilla, escribiendo algo con ahínco en su portátil.

A veces Diana estaba tan enfocada y adicta en su trabajo, que olvidaba hasta aprovechar un día de sol y descanso. Al menos esta vez me beneficiaría.

Me senté en la tumbona y limpié la fina capa de sudor que había brotado en mi frente, antes de leer el mensaje.

"Dra. Jauregui, tengo una duda sobre el remedio que el médico me ha pasado."

Sonríe ante esas palabras. Camila había sido cuidadosa y escribió algo que estaría fuera de sospechas si alguien ve ese mensaje antes de mí, sabiendo que yo estaba en casa.

"Hola, mi pequeña. Saludos para ti", escribí de vuelta, obligándome a quitar la sonrisa tonta que había aparecido en mi cara sólo por estar hablando con ella.

"Saludos también, ¿puedes hablar?"

"Sólo por mensaje, por ahora."

No quería correr el riesgo de entrar en la casa para hablar con ella y que Diana terminara entrando también por cualquier motivo que fuera, o aún, encontrarme con uno de mis hijos que estaban en algún lugar de la casa.

"Sólo quería decirte que tomé mi decisión, sin influencia de mis hormonas. Quiero que seas mi primera."

Quiero que seas mi primera. Quiero que seas mi primera.

¡QUIERO. QUE. SEAS .MI. PRIMERA!

Aquellas palabras brotaron en mi mente, de nuevo y de nuevo, y yo ya no tenía idea de cuánto tiempo había pasado mirando la pantalla del teléfono delante de mí. Pero sé que no fue poco. No es lo mismo. Me sentía completamente paralizada, apenas despertando cuando oí los gritos de Jason y Logan que pasaron corriendo a mi lado, uno empujando al otro, y luego cayeron en la piscina.

Me levanté de un salto y prácticamente corrí dentro de la casa, pero intenté al máximo aparentar una normalidad que no sentía, sólo por el caso de que Diana me vea salir.

Ni siquiera había cerrado la puerta de mi oficina y la llamada ya entraba, el teléfono apretado con fuerza contra mi oído.

- ¿Estás segura? - pregunté antes de que ella hablara algo, la ansiedad y la excitación transparentes en mi voz.

- Lo estoy - respondió sin titubear. - Eso es, si quieres, por supuesto.

- ¿Si yo quiero? ¿Estás jugando conmigo? - murmuré, jugando en el pequeño sofá que había allí. - ¿Tienes noción de cuánto te quiero? ¿Tienes noción de cuánto estoy dura en este momento sólo por ti al decirme que quieres que sea tu primera vez? -Respiré profundamente algunas veces tratando de pensar con claridad, pero de nada estaba sirviendo. Sólo de imaginar que pronto estaría con ella como tanto había querido, ya estaba aún más dura. - ¿Estás sola en casa?

- Ahora sí, pero mi madre fue sólo al supermercado. De aquí a poco debe estar de vuelta. Tal vez ella salga de nuevo más tarde y si eso sucede, te aviso.