ROSE y sus travesías en hogwarts. [ROH#1]

Sinopsis.

Junio, 1989
Orfanato "El Divino"

—¡Feliz cumpleaños, puerco! —gritaron entre risas.

La niña sonrió forzosa bajando la cabeza. Comenzaron a tirarle cosas que tenían cerca, ella intentaba ignorar los gritos sin embargo se sentía mal.

Poco a poco el sol comenzó a ser tapado por las nubes, una tormenta se aproximaba. Pasaba cada vez que ella se sentía triste.

—La bruja ha invocado una tormenta.

—¿Las brujas existen? —susurró la otra niña.

—No sé, tal vez ella sea un demonio.

La pequeña Rose de, recién cumplidos, nueve años se levantó enojada. Ya no era una tormenta lo que había, la lluvia desapareció, ahora solo había mucho viento.

—¡Yo no soy ninguna bruja! —gritó ella— ¡Mucho menos soy un demonio! —sus ojos se tornaron más oscuros.

—¡Rose! —la señora Mercedes se acercó y la abrazó intentando calmar su enojo.

El viento provocó un tornado a unos metros de ellas. Bastante lejos para no dañarlas, pero cerca para lograr asustar a todos los presentes. Los chicos que anteriormente quisieron dañarla salieron corriendo.

—Calma, Rose. Estoy contigo —susurró su cuidadora.

Lentamente ella iba cediendo a la calmante voz de Mercedes, quien sonrió al ver como todo a su alrededor se iba calmando.

El tornado desapareció, la pequeña de ojos verdes salió del escondite que Mercedes le proporcionaba. Rose preocupada se fijó si tenía su mochila consigo, y al confirmarlo volvió su vista a la que era su nana.

—Vamos adentro, princesa. Recuerda que tengo un regalo para ti —comentó Mercedes.

La niña accedió a su petición, tomando la mano de Mercedes con mucho cuidado y siendo guiada por la misma.

Al entrar a su habitación encontró un cupcake en perfecto estado, la crema que estaba encima era de un color celeste y había una vela que formaba un corazón. Mercedes encendió la vela esperanzada, esta vez le tenía que funcionar.

—Cierra los ojos y pide un deseo.

Rose hizo caso, como años anteriores, solo que esta vez dejó de pedir por sus padres. En su mente deseó encontrar una familia de verdad, apretó sus ojos y repitió mentalmente tres veces su deseo.

Pocos segundos después los abrió, pero se quedó inmóvil ante tal situación. Se encontraba en otro lugar, intentó correr en una sola dirección pero en cuanto lo hizo tropezó impactando sus rodillas en el frío y extenso suelo. Lágrimas aparecieron en sus ojos.

—¿Te encuentras bien?

—
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