El besarme y salir conmigo... Para él, todo eso fue un juego. No sabía que pensar, no sabía qué hacer... No sabía nada. Mi mente estaba totalmente en blanco por lo que me acababa de decir. De repente veo que se está acercando a mí, provocando que nuestras caras estén a escasos centímetros. No quería. ¡No después de haberme dicho eso!
–¡No! –Rápidamente giro la cara haciendo que mi trenza choque contra su mejilla–. Ah... –Veo como camina velozmente hacia atrás tocándose la mejilla con la mano, cerrando los ojos. Parece que le dolió... Bueno, ¡en cierto modo se lo merecía al decir eso!– ¡Eso es lo que te pasa por jugar conmigo! ¡Te lo tienes bien merecido! –digo terminándome de sacar el vestido para poder guardarlo para mañana.
–¿...Me besarías si no se tratara de un juego? –me dijo unos minutos después, tomándome totalmente desprevenida. ¿C-como? Sin darme cuenta mi cara comienza a parecerse a un tomate. Cojo corriendo mis cosas y me dirijo hacia la salida para no tener que seguir con esta situación tan... rara.
–¿Q-que dices? –digo totalmente nerviosa–. Eres un idiota...
–Eh... Entonces es mejor si no voy en serio –dijo antes de que saliese de la clase. Al llegar al pasillo, me pongo a correr pensando en todo lo que ha pasado. En verdad, siempre supe que esto era un juego. Un chico como Daemon... ¿Cómo podría enamorarse de una chica como yo? Simplemente nadie lo haría…
Una vez llegue a casa, me encerré en mi habitación intentando hacer lo único que podía hacer en ese momento: Olvidar.
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–¡Woah! Elizabeth, ¡lo hiciste muy bien! –dijo Zoey admirando su vestido rojo probándoselo por primera vez. La verdad es que como casi nadie no sabía hacer vestidos, ni siquiera yo aunque logre aprender a tiempo, pues tuve que ayudar a mucha gente. Sobre todo a Zoey y Maria que absolutamente no sabían ni como meter el hilo por el agujero. Madre mía… Aunque hay que decirse que salieron bastante bien, cada uno con el color y el estilo que querían. El de Zoey era de color rojo chillón, corto, como la de la mayoría de las chicas, y sin mangas.
–¡Tomémonos unas fotos! –dijo Maria a su lado sacando su móvil. Su vestido era más o menos del mismo estilo que Zoey, pero con un estampado de flores. De repente veo como Maria gira la cabeza fijándose en la puerta abriéndose entrando…– Daemon, ¡mira, mira! –dijo dándose una vuelta haciendo que Daemon se fije en ella.
–Era de esperarse de la chica anticuada –dijo Daemon ahora buscándome con la mirada. Yo estaba donde las cajas comprobando por segunda vez las cosas antes de acomodarlas ya que en una hora las puertas del instituto se abrirían para dar comienzo con el festival escolar. Cuando nuestras miradas se encuentran, pone una sonrisa de lado, claramente burlona, y siguió hablando–. Ya que estas acostumbrada a estas cosas, ¿no es así?
¡Tsk! Rápidamente giro la cabeza hacia otro lado para no seguir mirándolo. ¿Pero que se creía? Por su culpa estuve muchas noches sin dormir por aprender a coser, ¡y ni hablemos de las innumerables heridas que me hice por eso!
–¡Vayamos a echarle un vistazo a los otros salones! –escuche que decía Maria.
–Bien. –dijo Daemon dándose la vuelta volviendo hacia la puerta.
–¡Yo también voy! –dijo Zoey pasando justo por delante de mí. Pero, ¡no pueden salir con el pelo así! Sería demasiado simple…
–Ah… ¡Espera! –le dije a Zoey–. Deberías arreglarte el cabello antes de salir –La cogí por los hombros y la senté en una silla que tenia próxima. Comencé casi inmediatamente a arreglar su cabello antes de que montara el escándalo que no tardaría en lleg…
–¿Eh…? –Dijo al parecer recién percatándose de lo que estaba pasando–. ¡Estás loca si crees que harás que mi cabello se vea como el tuyo! –dijo comenzando a mirar a los lados, al parecer pidiendo ayuda por los ojos a sus compañeras, que estaban como estatuas mirando. Por favor, ¡como si la estuviera matando!– Espera… ¡Detente! –cogí una goma que tenia al lado y se lo amarre en el recogido que le había hecho en poco tiempo.
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Todo tiene un comienzo
RomanceSe dice que todo tiene su comienzo, pero... ¿Y el final?