Capítulo 1: Cádiz.

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Mi despertador sonó y desperté de mala gana, era el día. El odioso día donde tenía que viajar de Madrid a Cádiz para asistir a un internado de allí durante tres meses. ¿Acaso los internados de Madrid se han evaporado? Me deregí a mi armario y saqué un pantalón corto baquero y una camisa de tirante de color negro junto a mis vans negras. Una vez que me había vestido, me peiné haciendo una coleta alta. Salí de mi habitación y me deregí a la cocina donde mis padres ya estaban ahí.

-Buenos días.-saludó mi madre dándome un beso en la mejilla, yo sonreí y me senté al lado de mi padre. Mi madre me dió un bool de cereales y empecé a desayunar rápido, pues mi vuelo iba a salir despúes de una hora y media.

***

Una vez que estuvimos en el aeropuerto, me despedí de mis padres y subí al avión.

Cuatro horas despúes ya estaba en Cádiz y en mi vuelo no podía dormir ya que al lado mio había un señor que roncaba y detrás había un niño que no paraba de patear mi asiento y el del señor roncor. En fin, mi vuelo había sido marivilloso. Que se noté la ironía.

Una vez que estuví fuera del aeropuerto, un señor de vente años -aproxidamente- llamó mi atención, entre sus manos tenía un cartel donde ponía mi nombre y apedillo "Cristina Garcia". Me deregí hacía él y le sonreí.

-Hola, soy Cristina Garcia. Tú debes ser Edwardo, ¿verdad?-pregunté amablemente. Él asentió.-Mucho gusto.

-Igualmente, Cristina.-contestó con una sonrisa. Tenía el pelo negro corto y ojos oscuros. Llevaba unos baqueros desgastados y una camisa gris de manga corta, pues estabamos en verano y hacía mucho calor. Vaya verano más interesante voy a tener.

-Llámame Cris, por favor.-él guardó mis maletas en el maletero y asentió.

-Vamónos.-dijó y entré en el vehículo y segundos despúes él hizo lo mismo. Colqué mis auriculurales y cerré los ojos quedándome dormida.

Este capítulo ha sido completamente editado.

Cristina en multimedia.

Un encuentro. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora