Capitulo 5: Obra de teatro.

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Por mi gran suerte, no tuví que estar sola en la hora de receso, ya que las chicas y incluyendo a Cloe me llamaron para que sentará junto a ellas. Empezamos a hablar sobre cosas de chicas y me empezaron a contar cosas sobre este aburrido internado. Por lo que me contaron, Abraham era el líder de aquí junto a sus dos mejores amigos, uno de ellos era inglés y que estaba más bueno que la Nutella sobre lo que me dijó Marta. Además, me dijieron que con la que me había tropezado se llamaba Melanie y que era la puta del internado.

El timbre toco dando el final del receso y de nuestra conversación. Las cuatro chicas y yo nos levantamos y abandonamos la cafetería. Al medio de camino, nos separamos y cada una se deregió a su respectiva clase, menos Marta, que tiene la misma clase que yo. Una vez que habíamos atrabesado la puerta del aula, nos deregimos a los asientos libros que habían al fondo, pues no queriamos que nos empieze a preguntar toda la hora. Abraham junto al chico sin nombre de antes entraron y se sentaron como antes, y por mi muy pero que muy mala suerte, Melanie entro y se deregió a ellos moviendo su no perfecto culo operado. Mientras que hablaba con ellos y enseñaba su escote aproposito para “provocarlos” pero lo único que hacia era que se reían, me miraba de en vez en cuando con una mirada asesina.

—A mi me gustan las chicas de cabellos rubio oscuro y ojo marrones.—logré oír de Abraham. Me estaba describiendo. Me pusí un poco nerviosa y un silencio se armo entre ellos.—Y sobretodo, que sean vírgenes.—agregó sonriendo.

La prpfesora de Dibujo entro y cerro la puerta tras ella. A paso ligero se deregió a su escritorio y deposito sus cosas.

—Buenas tardes alumnos.—saludó y colocó bien sus gafas. Era peliroja y tenía unos pequeños ojos marrónes, que los cubría sus gafas. Era flaca comparada con el resto de maestros, y de cara arugada.—Hoy os voy a mandar a dibujar a vosotros mismos, tenéis que acabar antes que suene el timbre, que sino, os quedéis castigados.  

Todos maldicieron en voz baja y empezaron a dibujar, y así hice yo.

***

El timbre sonó y me di puñetazos, patadas, etc. mentalmente por no haber sido ligera. Y me di otra patada mental por haber estado pensando media clase sí mis cejas son anchas o finas. Podría haber pedido a Marta que me los descrebiera pero cada vez que le llamaba la profesora me mandaba a callar.

—Bien, Garcia, Mateo, Rodríguez, y Alonso os quedéis castigados.—asentí y salí junto a Marta, al menos ella también va a estar conmigo.

Nos deregimos a nuestra siguiente clase, y unas vez que estuvimos nos sentamos esperando a que llegue la profesora de teatro. Los alumnos fueron llegando y sentando en las sillas que formaba un círculo grande. Marta y yo empezamos a hablar hasta que llego la profesora y tuvimos que guardar silencio.

—Hola chicos.—saludó sujetando con su mano derecha un libro. Unos le saludaron, otros sólo movieron la mano a modo de saludo y otros sólo se quedaron callado, ¿por ejemplo? Abraham, que no sé el por que, se sento a mi lado. Al final, no voy a cumplir mi promesa de no meterme en lios.—Como ya sabéis, cada semana hacemos una obra, y pues ya toca otra.—anunció. Marta, bufó molesta y soltó palabras no muy agradables. Abraham, se tapo el rostro.—Romeo y Julieta, nuestra siguiente obra.

Fue repartiendo personajes, hasta llegar a Julieta. Dudo mucho entre Melanie y entre mi, pero tras verme unos dos minutos que parecían eternos, ne dió el papel a mi. Bufé molesta. Compartir habitación con Abraham, compartir asiento con él, y ahora ¿besarlo? Nunca.

Este capítulo está completamente editado.

Un encuentro. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora