Capitulo 6: ¿Pareja?

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—Romeo, ¿qué pasará sí nuestros padres se enteran de que nos hemos casado?

—No importa mi dulce princesa, sí estoy contigo, nada me importa.—dijó Abraham y juntamos nuestros labios. Nada, no os emocioneis. Sólo hacíamos que besabamos, tampoco sentía el beso.

—¡PAREN!—ordenó Henar, nuestra profesora. Abraham y yo nos separamos.—Chicos, tenéis que sentir el beso. Y tu, señorita Garcia, tienes que cerrar tus ojos cuando lo besas.—dijó arepentida. Rodé los ojos y eche mi pelo para atrás ya que me molestaba. Henar soltó un suspiro y nos miró a ambos. Era la segunda vez que nos paraba, y os juro, que basar a Abraham, no se siente bien. Aunque sus labios son muy suaves y encajan pefectamente con los míos. Claramente, lo último no lo he dicho yo.—Para que os conozcais bien y para haber confianza entre vosotros, váis a ser pareja.

Abrí mis ojos y creí que iban a salir de sus lugares. ¿Abraham y yo? ¿Pareja? Esto es una pesadilla. ¡Prefiero comer carbón antes de ir cogida de la mano de este! El timbre sonó y cogí mos cosas y salí junto a Marta, pero Henar, me paró y dijó que tenía que ir cogida de la mano con Abraham.

Esto no puede ser real.

***

Me econtraba en la cafetería -otra vez- con las chicas y los amigos de Abraham. Era muy pero que muy incómodo tener que hablar cosas de chicas cerca de chicos pero me tenía que aguantar, por que lo peor era ir por los pasillos cogida de la mano de Abraham y que todos te miran.

—Así que, vosotros dos estáis saliendo.—dijó uno de lo amigos de Abraham. Paré de hablar con Marta sobre mi, y me giré hacía el chico que había dicho aquello.—Sí quieren condónes, tengo suficientes.

Abraham se echó a reír cuando vió mi cara de asco. El chico rubio sonrió sin mostrar sus dientes. Como dijé, era rubio con unos ojos mieles jodidamente bonitos, tenía los labios rosados y finos. Sus hombross eran anchos, y a traves de la camiseta de manga corta que llevaba podía ver sus fuertes brazos. Era todo un chico que una chica deseaba.

Incluso tú, estúpida. Deja de mirar al chico como sí fuera un extraterrestre y centrate. Maldita sea, lo tengo que hacer todo yo.

—No somos novios.—afirmé con mi voz seria. —Y nunca lo seremos.

La sonrisa de Abraham se desapareció.

Enhorabuena, te doy el premio de la reina de las estúpidas. Inútil, tu no disfrutabas de ver la sonrisa de Abraham, yoy mucho.

Sí tu y…

CALLÁTE ESTÚPIDA RUBIA TEÑIDA.

—Bueno, sí Abraham no está disponible, yo sí lindura.—me dijó el ojiazul que sentaba al lado del rubio. Me guiño un ojo y sonrio mostrando sus blancos y perfectos dientes.

Wow, tus padres te metieron en un internado lleno de chicos jodidamente buenos.

Tenía los ojos celestes y el cabello castaño claro. Sus labios eran finos, pero el inferior era más ancho que el otro. Su nariz pequeña y respingosa. Parecía sacado de una revista para modelos.

—No gracias.—dije con un tono de asco y agradecí que el timbre haya sonado. Todos se levantaron y seguiron hablando de lo que sea. Tome de la mano de Abraham y salimos de allí.

Abraham seguía serio.

Este capítulo ha sido completamente editado.

Un encuentro. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora