Capitulo 22~

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El sonido de la alarma me despertó, ese cachorrito de metal hijo puta. Intenté apagarlo pero cuando llegué a apretar el botón se había apagado, volví a la realidad y me encontré en el caliente y precioso pecho de Abraham, sonreí al recordar la noche de ayer, fue...fue…mágica, ni siquiera hay palabras para describerla, mis mejillas se empezaron a sonrojar al recordar cuando Abraham dijo "nuestros hijos" osea eso segnifica todo para mi, y pensar que el va a pedirme casar con el, y que viviriamos en una casa no muy grande con 2,3,4… hijos y un perro, aii seria lo mejor.

¿Qué aría yo sin el? Sin sus labios, sin su sonrisa, sin sus ojos, su pelo, su caricias, su acento, ¿qué aría sin ellos? La vida me dio algo muy valioso, y lo tengo que cuidar.

¡PI, PI, PIIIIIII, PI, PI, LA, LA, PI, PI, PIIIIIIIII, LALALALALA, A NEW DAY! 

La alarma se puso a sonar más fuerte aun, y Abraham se desperto asustado, despúes que el se diera cuenta que era la alarma, lo cogio y lo estrallo con la pared. Bye bye cachorrito de mierda.

—Hijo puta.—insulto Abraham. Acto despúes se envolvio en las sabanas y volvio a dormir.

—Abraham…

—Solo 5 minutos más, ven aqui prqueña.—rodo con su brazo mi cintura y me trajo más hacia el, puso su pie izquierdo encima de los mios hasta pegarme más aun hacia el.

—Me encantas.—susurró. Sonreí y cerré mis ojos disfrutando del momento.

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Eran ya las 11:30 de la mañana. Sentí como alguin acariciaba mi pelo, sonreí al imaginar quien. Abrí los ojos lentamente y me encontre el ahi, acariciando mi pelo con su suave mano, con una sonrisa de oreja a oreja, beso mi nariz haciendo que un escalofrio recoriera mi espalda y que se me pusiera la piel de gallina.

—Bueno días mi princesa.—saludó dandome un corto beso. Corto pero increíble.

—¡Buenoos días!—saludé, el rio y me abrazo fuertemente.

—¿Vamos a desayunar?—pregunto, asentí.

Bajamos a la cocina y preparamos, bueno preparé, ya que…en fin, preparé unos colacaos y tostadas con mantiquilla y mermelada. Fuimos al salón, y nos quedamos mirando a Sin-Shan.

—Necesitas aprender a cocinar eh.—dijo Abraham.

—Mira quien fue a hablar.—protesté.—Él que no sabe ni mezclar un polvo con leche.

—Lo del polvo sono mal.

—Ya lo sé.—dije bibiendo un poco de colacao.—Además, ¡sí tu no piensas mal no va a sonar mal! Maldito pervertido encantador.

—Te quiero.

—¿Me prometes una cosa?—pregunté, el asentío.—¿Siempre juntos?

El sonrio.

—Siempre juntos, aunque tenga que aguantar siempre esté desayuno, pero si, siempre contigo, en las malas, en las buenas, en l…—le interrumpí.

—¿No nos estamos casando verdad?—pregunté a lo que rio y negó.

—Ahora no-rio-pero dentro de 3 años, si.

—¿Con 18 años?—pregunté mirandolé a los ojos.

—Sip.—dijo añadiendo la "p" dio un mordisco a su tostada y hizo una mueca de asco.

—¡Oh venga ya! ¡No está tan mala Mateo!—protesté. Di un mordisco a la tostada y hice una mueca de asco, tan rara que Abraham empezo a descojonarse, ¡vaya, ¿tan mala soy hasta haciendo tostadas!?—¡Qué asco!

—¿Y ahora qué?—dijo Abraham con un tono burlante. Rio de nuevo.

—Necesito clases de cocina.—dije ignorando su pregunta, el rio cada vez más.—Mateo creo que vas a casar con una que no sabe cocinar.

—Da igual, yo te quiero tal como eres.—beso mi nariz.

—¿Qué tal si nos hcemos preguntas?—propusé. Asentio

—Pero hay que ser sinceros, eh, y el que no lo tiene que pagar. —él asentio.—Va empieza.

—¿Cuántos novios has tenido?—pregunto mirandome y escuchandome con toda la atencion.

—Lucas, Jorge, Alex, Rubén…—sigue contando y murmurando nombres.—Diez.

Abrio la boca como se hubiera oido una cosa de otro mundo y se cruzó de brazos como un niño pequeño.

—¡Soy celoso señorita!

—Ya me lo imagino.—dije.—¿Y tú?

—Tres.—contestó. Sonreí. ¿Eres celosa?

—Sip.—levantó el dedo pulgar como forma de afirmacion o en plan "asi me gusta."—¿Color favorito?

—Azul.—contestó.—¿Primero beso?

—Contigo.—contesté tímidamente. Sip, mi primer beso fue el. Mis ex's solo salian conmigo por que tenia culo y tetas, y solo querian ser populares, y ni me besaban, ni me decian cosas bonitas.—¿Equipo favorito?

—El Madrid.

—¡Qué ataque más gratuito! ¡Sí el Barca es mejor![y lo es.]—el rio.

—¿Número favorito?

—Doce.—contesté recordando que ese día nos conocemos, sonroje. El sonrió.

—¿Te casas conmigo?—asentí y me dio un brazo muy fuerte. ¿Qué le pasa esté hoy? ¿Por qué tantos brazos?

—Siempre juntos, en las malas en las buenas, en la felecidad en la tristeza, en los crisis, siempre juntos al infinito y al más allá.—dijmos al misml tiempo, sonreimos, y juntamos nuestros labios. El bajo hasta mi cuello y lo mordio con toda la fuerza formando un chupetón, solté un gemido de dolor y acto despúes hice lo mismo que el cuando filanizo su preciosa e increíble obra en mi cuello.

—Eres de mi propiedad, siempre mía. 

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Heeeeey lo siento por el retraso, la inspiracion esta de modo off, asique no teneis por que culparme.

'Buena escusa Aya.' Gracias, gracias.

Bueno os daré una pista: mi siguiente novela se llamará "Mi secuestador." y sobre esa historia, he pensado en hacerla una escritora y yo, que tenga buena imaginacion, y tal, ¿alguna quiere? Sí alguna quiere que me mande un mensaje privado. 5 votos, 5 comentarios y sigo;)

Un encuentro. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora