#5 - Hey Everybody

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Suspiré nerviosa mientras rogaba que todos acataran a mi plan. Necesitaba del granito de arena de todos. Confié en que las chicas iban a avisarle a Luke, Calum y Ashton para que podamos salvar a Mike juntos. Teníamos que actuar rápido ya que, si se demoraban un segundo más de lo pactado, algo no saldría de acuerdo a lo planeado y eso podría generar otro inconveniente más en Mike.

Miré el reloj. Michael suele llegar al instituto alrededor de las nueve y cuarto. Era casi una hora antes de eso, y los había citado para las ocho y media en punto.

El clima estaba causándome escalofríos ya que el invierno se hacía notar en Sídney. Miré el reloj de mi teléfono y aproveché para corroborar que no había señales de Mike, y lo volví a guardar siendo las ocho y veintidós de la mañana.

Un Volkswagen se estacionó, y ahí fue cuando el alma me volvió al cuerpo. Ashton bajó de él. Había pasado a buscar a Anna y a Calum. Sólo faltaban los otros dos tórtolos.

—Luke casi se queda dormido, están llegando —avisó Calum antes de tener la oportunidad de decirle algo.

—Buenos días, sweetheart. —Ashton me saludó. Había escogido ese apodo para mi, tal como lo había hecho con mechoncitos para Hailey, ya que Mike no paraba de decírmelo una tarde en la que estuvimos todos juntos, y porque la primer letra de la palabra era la misma que la inicial de mi nombre. Comenzó en chiste y luego se quedó para siempre.

—Hola, Irwin.

Anna y Calum me saludaron, tomando asiento en las mesas del patio.

—¿Era necesario que nos cites tan, tan temprano? —El castaño se quitó sus anteojos de sol. Las ojeras fueron visibles al instante.

—Eh, ¿qué pasó anoche? —me burlé.

Él bufó. —Trabajé hasta las tres de la madrugada.

—Eso te pasa por adulto responsable. —Le saqué la lengua.

—¿No has tenido conquistas anoche? —Calum agregó, abrazando a Anna.

—Oh, sí. Un balde de pollo frito con ketchup no dejó de mirarme toda la noche. —Ashton respondió, irónico.

—Hermano, presentarás tu telegrama de renuncia en cualquier momento en tanto la banda siga así. —Cal le aseguró. A Ashton se le iluminaron los ojos.

—Eso espero.

Anna bostezó. —En serio es muy temprano.

—Sh, deja de quejarte —la callé—. Es un asunto importante.

Risas nos distrajeron y derivaron nuestras vistas hacia un costado.

—¡Aquí estamos! —gritó Hailey mientras se acercaba, en los brazos de Luke, quien corría.

Miré mi reloj: eran las ocho y media en punto.

—Justo a tiempo. No puedo creer lo suertudos que son. —Suspiré, al mismo tiempo que Luke depositaba a Hails en el suelo y le daba un beso en su mejilla. Ashton rodó los ojos.

—Casi me quedo dormido —se apenó Luke—. Fue una larga noche. —Rio.

Mi instinto me hizo mirar a su novia, quien reía, ruborizada.

El ojiverde ladeó la cabeza y levantó su dedo índice. —¿Acaso ustedes...? 

—Basta, Mike llegará en cualquier momento —lo interrumpí.

Ella negó, riendo. —Son imposibles, eh. No pasó nada del otro mundo.

Luke se mordió el labio y abrazó a Hailey. —Yo no voy a dar declaraciones.

Mixtape #1, lado B {mgc} // EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora