Inhala. Exhala.
—¿Están todos listos?
El señor Osler dio la señal para que iniciaran la dinámica, mas no me moví.
—¿Qué esperas, Jules?
Miré sobre mi hombro solo para encontrar a Evanston cruzado de brazos. Su ansiedad había aumentado mientras esperaba a que me atreviera a dar inicio a la dinámica –tal como el señor Osler lo había indicado minutos antes-. Pero no era tan sencillo como dar una orden. Aun cuando él se mostrara dispuesto a colaborar, temía fallar. ¿Y de qué se trataba esta locura? Simple. Debía posicionarme de espaldas delante de mi compañero de equipo (paso cumplido), para luego dejarme caer y que la otra persona me sostuviera en el aire. Explicarlo era sencillo, mas llevarlo a cabo generaba todo un dilema en mis pensamientos. No es que lo creyera capaz de soltarme, pero aun así... mi instinto me impulsaba a hacer trampa; por eso seguíamos en la misma posición tras cuatro intentos fallidos.
O te apresuras o renunciará a ti, presionó mi subconsciente al sentir al aire a mi alrededor revolotearse. Suspiré. El mal humor característico del chico de audífonos comenzaba a palparse en el ambiente, así que lo intenté una vez más. Me alejé apenas un paso, quedando a un metro y medio de distancia de Evanston.
—¿Ya piensas comenzar con esto? —Me limité a asentir para no fastidiarlo más—. Eso espero, porque dudo que el señor Osler no dé otra oportunidad si fallas otra vez.
—¿Sin presiones?
—Solo hazlo, Jules.
Inhalé tan profundo que dolió, mas no me atreví.
—¿Si vas tu primero? —reí con nerviosismo.
—¿Crees ser capaz de sostenerme?
—No, pero...
—Oh, vamos. Solo déjate caer, ¿quieres? No te soltaré aunque se me haya pasado por la cabeza hacerlo —No supe si lo decía en serio o bromeaba, aun así me atemoricé—. ¿Cuánto más piensas esperar, Jules?
—¿Cómo esperas que me lance después de lo que acabas de decir? —Alzó los hombros para simplificar su desinterés, entonces me giré. No quería verlo mientras reunía fuerzas para intentarlo por última vez—. Bien, aquí...
Antes de culminar la frase, dos manos me impulsaron hacia atrás. Entonces comprendí por qué había contar de forma regresiva a Evanston. Él había estado esperando en marcar el cero para luego tirar de mí. Y fue tan convincente al lanzarme que me atreví a juntar los párpados para no sentir mi caída en picada. Me quedé rígida, viendo transcurrir el tiempo en cámara lenta mientras la ansiedad comenzaba a jugar con mis nervios. Se supone que él estaría detrás para cogerme antes de que mi ropa rozara el suelo... Y lo estuvo. Milésimas antes ─cuando un par de mechones míos jugaron con el suelo─, dos brazos formidables se introdujeron bajo los míos para detener el inminente golpe. Entonces, golpeé suavemente su tórax, frenando mis movimientos. Luego él me levantó, devolviéndome a la posición en la que segundos antes me encontraba. No quería verlo, no mientras seguía creyendo que sí iba a dejar que impactara el suelo.
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Una melodía para un corazón roto [CCR #1] ©
RomanceSerena Jules está convencida de no ser la única con el corazón roto, por ello -con ayuda de su mejor amiga- escavara en los viejos rumores que rondan la preparatoria Belmont, lo que la llevará a descubrir un viejo club extinto: Club de los Corazones...