Capítulo 2: ¿Qué hemos hecho?

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Después de nuestra terrible reunión, nosotras nos separamos con incomodidad y volvimos a nuestras casas completamente arrepentidas de lo que había sucedido. Fueron varios minutos en compañía de los dos gatos del grupo por culpa de Luna, quien se sentía demasiado avergonzada como para volver con Serena. Debo admitir que no la culpo. Creo que todas nosotras estamos planeando en estos momentos una forma de disculparnos con nuestra amiga.

-"Creo que regresaré con Serena". Habló Luna antes de salir de mi habitación.

Tengo la ligera sensación de que esta vez realmente metimos la pata.

Descongelé pizza, la calenté y cuando empecé a comer Artemis apareció corriendo, visiblemente preocupado.

-"Tenemos que ir a la casa de Serena ahora, es urgente". Informó y con rapidez tragué mi pizza y bebí mi bebida antes de ponerme los zapatos y empezar a correr hacia la casa de mi amiga.

Cuando llegué a la entrada de la casa de Serena no me sorprendí al ver a las demás sailors y a Luna, quien se encontraba visiblemente perturbada. La pobre gata parecía estar a punto de tener un ataque cardiaco.

-"¿Y Serena?" Pregunté.

-"Está en su habitación, en el suelo y desmayada. Traté de despertarla pero no pude hacerlo". Podía sentir la desesperación en su voz.

Las puertas y ventanas del primer piso estaban cerradas, la única puerta abierta era la puerta del balcón de Serena y yo, la fantástica Mina Aino era la única llegar allá sin recurrir a la transformación. Les dije que yo me encargaría de abrirles la puerta y sin molestarme en escuchar su respuesta, salté.

Llegué al balcón sin ningún tipo de dificultad y entré en la habitación para ver a mi amiga tirada en el suelo, visiblemente inconsciente. Por instinto me acerqué a mi princesa, verifiqué que tuviera pulso y su temperatura, todo parecía normal hasta el momento, así que intenté despertarla. Moví su cuerpo y dije su nombre hasta que sus ojos empezaron a abrirse lentamente.

-"¿Estas bien?" Pregunté mientras la ayudaba a levantarse y a sentarse en su cama.

Serena respiró profundamente mientras se acomodaba en la cama, se sentó derecha con la cabeza en alto, las piernas juntas, manos sobre las rodillas y el rostro apacible. Es la primera vez que la veo tan... calmada.

Algo está mal con ella.

-"Me encuentro bien, Sailor Venus. No tiene que preocuparse por mí." Había algo extraño en su voz, era formal y uniforme. Ella vio con cautela a su alrededor con la mirada, absteniéndose de hacer movimientos fuertes, parecía desconocer el lugar por completo y me preguntó con intriga. "Sailor Venus, ¿Sabe usted donde nos encontramos?" En ese momento sentí algo de miedo, pero aun así quise mentirme a mi misma y decirme que ella solo estaba jugando una broma de muy mal gusto.

-"Serena, deja esa broma, tu deberías saber que estás en tu habitación". Dije rogando porque ese fuera el caso. Tiene que ser una broma, quiero que sea una simple broma.

-"¿De qué está hablando, Sailor Venus? Mis aposentos no se parecen a este lugar". Entonces se detuvo y me observó por un tiempo. "Sailor Venus, ¿Sucedió con su vestuario normal? Lamento las preguntas, pero me es extraño ver esa clase de vestimentas".

Por favor, que esto sea una horrible pesadilla o un mal entendido.

-"Serena, amiga mía, por favor dime que estas bromeando. Lo estás haciendo, ¿Cierto?" Rogué recibiendo un rápido destello de confusión pasó por su mirada, para ser reemplazada por una mirada en blanco.

Su mirada en blanco, su falta de expresión, su postura rígida y elegante... Serena no es así.

-"Sailor Venus, ¿Por qué yo bromearía sobre algo semejante?" En ese momento se abre la puerta mostrando a las demás quienes al ver a Serena sonríen con alivio, sin embargo Serena alimenta mis miedo al levantarse y hacer una leve reverencia al verlas y saludarlas con una formalidad impropia de ella. "Bienvenidas Sailors, es un honor ser visitada por ustedes, ¿Es necesaria mi presencia con la reina?" En ese momento no sabía que hacer y las demás estaban completamente confundidas, exceptuando a Setsuna que parecía estar algo asustada, como si ya se imaginaran lo que le había pasado.

¿Quieren una princesa?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora