¿Quieren una princesa?

Capítulo 4: Formalidad exasperante

Después de clase básicamente corrí hacia el Crown Center para reunirme con Serena y las demás, me senté en una mesa y ordené por adelantado unas papitas para compartir. Las chicas no tardaron en llegar con una sorprendentemente elegante Serena.

Por primera vez en mi vida vi a Serena usando una cola de caballo alta con su cabello perfectamente organizado ondeando con gracia con cada uno de sus elegantes y firmes pasos. Ella usaba maquillaje ligero y joyería de plata. Por el contrario de su postura despreocupada, ella se encontraba perfectamente derecha, con la frente en alto, barriga hundida, hombros derechos, espalda recta y la mirada viendo fijamente hacia delante.

Había algo en su aura imponente y mi instinto reacción de forma extraña. En un rincón de mi mente había una voz que me gritaba que debía levantarme para dar una reverencia y disculparme por algo. Suprimí ese torpe instinto, después de todo se trataba de mi amiga y no tenía que preocuparme.

-"¡Aquí!" Las llamé alzando mi mano para que me encontraran. Ellas caminaron hacia mí y yo saludé mientras Mina me daba miradas extrañas. "¿Por qué no se sientan?"

-"Señorita Hino, usted no nos ha dado permiso para tomar asiento. No es apropiado". Habló con una formalidad perturbadora. Por un minuto esa formalidad me hizo recordar las fiestas o invitaciones de políticos a las cuales mi padre me obligó a asistir, solamente que esto se sentía más robótico y sin las segundas intenciones.

-"Me disculpo, Serena. Pueden tomar asiento". Hablé con torpeza, recibiendo como respuesta una sonrisa cortés.

Definitivamente no ha recordado absolutamente nada de esta vida.

-"Muchas gracias, Hino". Serena tomó asiento frente a mí, Lita se sentó a su lado y Amy y Mina se sentaron de mi lado. "Es un honor haber sido invitadas a este humilde lugar". Dijo mirándome brevemente con una mirada en blanco y me dio una sonrisa cordial.

¿Ella siquiera se alegra de verme?

¿Hice algo mal?

-"El placer es mío". Contesté intentando ocultar mi molestia. "¿Hay algún problema?"

-"Si se me permite hacer una retroalimentación para futuras ocasiones, me parece que no es propio de una dama llamar la atención de tal forma".

Un minuto, no puedo creerlo, me está diciendo que me faltan modales.

¿Cómo pretendía que las llamara?

-"¡¿Qué dijiste?!" Grité.

-"No era mi intención insultarla, señorita Hino. Simplemente he comunicado que desde mi punto de vista fue algo inapropiado, según el protocolo tales señalamientos no deben hacerse y es inapropiado que estos sean realizados por mi compañía. Pueden ser usados en la intimidad de sus hogares, pero no en lugares públicos. Así que agradecería que moderara su tono de voz". Habló con su tono de voz extrañamente cortés, educado y robotico...

No era un tono despectivo o burlón, tampoco había ni una pizca de molestia en sus palabras. Simplemente era un tono plano sin emociones.

-"Lo tendré en cuenta. Gracias por la retroalimentación, supongo". Murmuré tras algunos minutos de silencio.

Tiene una actuación perfecta, se ve hermosa y habla y camina como de forma perfecta, sin ningún error en su postura o porte, con un atuendo siempre ordenado. Es cordial, respetuosa y diplomática, como se espera de una princesa. Serena, no, Serenity actúa como si fuera una muñeca de trapo o títere sin voluntad o emociones.

¿Qué demonios hizo con el cristal de plata?

¿Vendió su alma al diablo o algo así? Porque sinceramente parece ser el caso.