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03.

Dedicado a Lynch1323

El beso entre ambos jóvenes se tornó jodidamente salvaje, por lo que el moreno terminó subido encima del cuerpo del futuro monarca, mientras este último acariciaba su espalda incansablemente. Eran solo ellos dos en esa lujosa habitación.

Bueno, ellos dos y el carraspeo emitido por alguien más.

Se separaron rápidamente, quedando Zayn de pie y el castaño aún acostado sobre su cama.

– Oh, solo eres tú.

El mayordomo sonrió de lado.

– Por suerte –murmuró–. Algún día los pillaran si no son más precavidos.

Niall tragó saliva. Temía pensar en lo que pudiera pasar si su padre se enteraba de esto, más a Zayn que a él mismo. Sabia con total certeza que el monarca desterraría al moreno y, muy posiblemente, haría lo mismo con su madre, aunque ella no tenía más culpa que la de cubrirles cuando estaban juntos. La misma culpa que tenía Frank.

– Tendremos cuidado, Frank, lo prometo.

El hombre asintió.

– Solo venía a preguntar si el señorito asistirá a la cena hoy.

– Por supuesto que lo hará –interrumpió la imponente voz del monarca–. Además, tenemos que celebrar la buenísima imagen que ha dado el príncipe hoy.

Niall rodó los ojos. Habían sido unas simples palabras para ganarse a ese ministro español, nada del otro mundo.

– Padre, sinceramente preferiría... –pero se interrumpió a sí mismo al ver el ceño fruncido del hombre, suspiró–. Está bien. ¿Puedo saber al menos quien asistirá a la cena?

Su padre asintió.

– Las mismas personas de la reunión, solo que esta vez asistirán sus esposas y, probablemente, alguno de sus hijos.

Niall asintió y deseó que su padre se fuera para poder despotricar acerca de esa desagradable cena en la que tenía que hacer acto de presencia. Lo cual hizo, segundos después, junto con una graciosa reverencia.

– Es necesario, de verdad. ¿Qué necesidad hay de que yo esté ahí?

Zayn trataba de no reírse ante las quejas de su chico.

– Jovencito, suficiente –gruñó Frank–. Arréglate y te quiero en el salón a las siete y media.

Niall bufó mientras asentía.

– Y tú, Zayn, desaparece de mi vista. Que no hacéis cosas buenas y si te quedas aquí se retrasará.

El moreno puso cara de ofendido, colocando delicadamente su mano derecha sobre el lado izquierdo de su pecho, donde se ubicaba su corazón, mostrándose ligeramente dolido también.

– Oh, no me mires así –bufó el hombre de forma chistosa–. ¡Fuera!

Niall rió antes de recibir un casto y rápido beso del moreno, el cual echó a correr tras esa cariñosa acción.

– Os apoyo, de verdad, pero tened mucho cuidado –se sinceró el mayordomo y abandonó la habitación.

Niall se quedó solo, con una pequeña sonrisa adornando sus finos labios. Ojalá recibiese el mismo apoyo de su padre.

– Ya he vuelto, cariño –sonrió el moreno apareciendo de nuevo en la habitación, cerrando la puerta tras él.

Cerrada con pestillo, por supuesto.

¿Os está gustando?

Love you, Blue x.