Tu Blanco en Mi Negro

capítulo 10

Narra Clara

Estaba más que emocionada, ni siquiera podría expresar como me sentía. Jamás en mi vida había ido de compras, elegir mi ropa no es algo que yo podía hacer en París. Nunca le di importancia; pero ahora es diferente. Estoy nerviosionada. Casi no me puedo quedar quieta. Pero no solo se trataba de mí esta sería una oportunidad de acercarme a Jace, su actitud en ocasiones reacia hacia mí por más extraño que pareciera me agradaba. Por lo general las personas me tratan bien, ya sea porque les agrado de verdad o por mi estatus social; pero él. Él es diferente no dejo de ser él mismo conmigo sin importar que y eso es algo que realmente aprecio. Sé que es extraño que me agrade tanto una persona que no me trata tan bien y es un malhumorado; la verdad es que es algo totalmente nuevo para mí y me llama la atención las cosas nuevas. Ya saben lo que dicen: siempre queremos lo que no podemos tener o es más difícil de obtener, como por ejemplo ver sonreír a Jace. Y eso es algo que realmente deseo ver. Algún día. Intenté estar lo más tranquila posible durante la mañana, hoy es sábado así que tengo el día libre y realmente no sé qué hacer para pasar el tiempo. Las horas pasaron entre música, bailes extraños en mi habitación y elegir un vestuario para la ocasión.

Mientras me vestía me detuve a verme en el espejo, soy la viva imagen de mi madre. Tengo sus mismas facciones soy idéntica a ella físicamente, y en lo que respecta a mi manera de pensar soy más parecida a mi padre. Mirar el espejo me pone un poco melancólica, recuerdo aquellos momentos en que mi madre solía compararnos mientras nos contemplábamos ante un espejo, pero al final siempre terminaba adulándome más que nada. Según mi padre tengo sus ojos; ojos con los que mi madre logro cautivarlo. A mi madre sin embargo le gusta más mi sonrisa, decía que con ella podía descongelar hasta el corazón más helado. Y eso voy a hacer. No voy a dejar que Jace escape de nuestro día en el centro comercial, porque es muy capaz de hacerlo. Por eso mismo anoche descargué la ubicación de su casa, así no podrá darse el lujo de faltar a nuestro encuentro. Tal vez me haya pasado; nah... Está bien supongo. Una vez terminé de ponerme mi vestido favorito, uno blanco estampado de flores multicolor; me encaminé a la casa de Jace. Memoricé el camino así que no fue difícil llegar. En cuanto me encontré en la entrada comencé a ponerme nerviosa pensando en cuál podría ser su reacción al verme aquí. Sacudí mi cabeza quitando esas ideas junto con el miedo de mi mente y llamé a la puerta. Casi de inmediato esta se abrió.

_ ¿En qué puedo ayudarte jovencita? _pregunto una mujer dulcemente mientras se asomaba por aquella puerta. Tiene grandes ojos azul zafiro y largo cabello negro como la noche idéntico al de Jace, por lo que supuse debía ser su madre.

_ Un placer, mi nombre es Clara y yo soy compañera de su hijo _me presenté cortésmente esperando que su hijo le haya hablado de mí y por ende le suene mi nombre.

_ Oh, me resultas familiar _dijo entrecerrando los ojos mientras se acercaba a mí para poder examinarme de cerca en un intento de recordar.

_ Mamá ¿Quién...? _ oí decir de pronto a una voz procedente del interior de la casa. Pero una vez aquella voz se transformó en una figura que reconocí inmediatamente su voz se quebró. Tenia a un Jace mirándome con sus ojos a punto de salirse de sus cuencas. No comprendí, ni fui consciente de lo que sucedió exactamente después de eso. _ ¡Nos vamos! _ fue lo único que oí antes de que Jace sobrepasara a su madre y me trajera a rastras hasta el centro comercial. Creo que ni él sabe porque lo ha hecho, es fácil de deducir por la expresión que tiene y tal vez el hecho de que recorrió plena ciudad en pijama.

_ ¿Cómo termine aquí? _preguntó desconcertado. Sin duda ni él sabe por qué lo ha hecho.

_ Según tengo entendido no querías que entrará a tu casa, así que me trajiste directo aquí _explique divertida suponiendo que esa había sido la razón. Y claramente había acertado.