Parte 18

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Acababa de haberle enviado un mensaje a Taiga con su ubicación, estaba cerca del pequeño bosque de al lado, esforzándose por contener todas aquellas sensaciones que de un momento a otro aparecieron. Había comenzado a atar cabos y a la conclusión más lógica a la que llegó fue simple, Yoko le había puesto algo a esa caja de leche por eso sabía raro. Realmente no comprendía del todo lo que le pasaba, por eso mismo decidió que fuera el As de Seirin quien lo buscara y no cualquiera de los otros, Kagami sabría que hacer ¿cierto?

Estaba tan concentrado analizando toda la situación en la que se encontraba, que no se dio cuenta que había alguien justo enfrente suyo hasta que ya se encontraba entre los brazos de la persona. Se estremeció al sentir ese aroma a shampoo que había olido en las vacaciones de verano, sintiéndose seguro, aunque su estado no mejoraba.

-Te encanta hacer que me preocupe por ti ¿verdad?- Habló Kagami contra el cuello descubierto del menor pues al tener la temperatura alta se había sacado la bufanda, sentir el aliento cálido del más alto contra su piel solo hizo que le recorriera una corriente eléctrica por toda la columna vertebral.

Eso le bastó para entender lo que le pasaba y ahora se arrepentía de que fuera Kagami quien lo viera en ese estado, así que trató de controlarse lo más que pudo, con ayuda de su otro yo. Sintió como lo ayudaban a levantarse para luego tomar con delicadeza su mentón para elevar su mirada ahora bicolor y que esta se topara con una rubí.

-L-lo siento- Sonrió levemente haciendo que al 10 casi le de un infarto con tanta lindura y es que Akashi con las mejillas rojas y esa tierna sonrisa no eran de menos- Ya sabes, por todo... lo que ha pasado con tus notas -Recibió una mirada extrañada del contrario- Mi padre me ayudó a entender lo que pasaba-

Ahora era Kagami el sonrojado, eso alentó a Akashi a decir lo que realmente quería y el motivo por el que se había animado a ir hasta Tokyo.

-Tenías razón cuando dijiste... que el corazón ama alguien antes de que uno mismo se de cuenta- Se esforzó por regular su respiración

-¿Me estás queriendo decir que te diste cuenta de que amas a alguien?- Kagami sentía su corazón oprimirse, era seguro, alguien ya le había ganado

-Si- Fue la respuesta simple de Akashi, mientras escondía su rostro en el pecho del más alto, por más que lo había ensayado un millón de veces, declararse le resultaba difícil y su estado no ayudaba

-¿Lo conozco? Tal vez pueda ayudarte a que se fije en ti- Propuso con tristeza el tigre y es que aunque le doliera quería ver feliz al chico entre sus brazos, aunque eso implicara verlo en brazos de alguien más

Akashi sonrío ante aquella propuesta sin salir de su escondite, eso le dio el valor para terminar su confesión

-En ese caso... dedicate a amarme y mirarme solo a mi-

Los segundos pasaban y no recibía respuesta alguna lo que lo comenzaba a deprimir, ¿Acaso los sentimientos de Taiga expresados en aquellas notas habían cambiado? Tal vez por eso había ido al festival con Kaori aferrándose a él. Odió aquella idea y solo pudo aferrarse más a la sudadera del contrario, esforzándose por no llorar.

-Es una orden... Kagami Taiga- Más que orden había sonado a súplica

Estaba por separarse cuando sintió como una mano se posaba en su cintura y lo atraía de nuevo, levantó la vista algo sorprendido, topándose con una pequeña pero muy sincera sonrisa de Kagami. Sintió como el mayor llevaba su mano libre hasta una de sus mejillas para quitar con su pulgar una lágrima rebelde que se le había escapado.

-Sus deseos son órdenes... mi amado emperador- Dijo dedicándole una mirada que a nadie más le había dado, ni siquiera a sus anteriores desamores.

La Tercera es la Vencida... ¿O es la Cuarta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora