s i e t e

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    Len suspiro mientras observaba el techo, sintiéndose inquieto. Se estaba acostumbrando a despertar con Rin a su lado, desbordando una exquisita calidez que él no sabía que anhelaba. Rememoró el pasado, su turbulento y descuidado pasado, y se sintió miserable y desdichado. 

—Un centavo por tus pensamientos—susurro y él sonrió suavemente, era imposible no sonreír cada vez que la escuchaba hablar. Con lentitud giró su cabeza y la observó, despeinada y con ojos somnolientos, viéndose adorable y resplandeciente mientras se acurrucaba en su pecho, una sonrisa juguetona en sus labios.

    Oh, lo que daría por despertarse cada mañana y verla así, que ella fuera lo primero que sus ojos vieran...

—Son muchos, así que serían más de un centavo—explica divertido y ella hace un puchero mientras esconde su rostro en su pecho, hundiéndose en su remera.

—No me importa, por si no lo sabías tengo un padre con mucho dinero—siguió jugando, burlándose, podía notarlo por la sonrisa que distinguía.

—¿De verdad? Eso es gracioso porque también tengo un padre con mucho dinero, hmm—finalizó mientras pensaba, Rin se alejó un poco, sus ojos azules brillando.

—Cuánta coincidencia, ¿en qué día naciste?—Ella continúa, acomodándose y mirándole con una sonrisa perezosa, Len acaricia su cabello, algo maravillado.

—Nací un veintisiete de diciembre, nevaba mucho aquella madrugada—explica y ella ensancha su sonrisa, mientras cierra sus ojos, relajada por las caricias impartidas que su hermano proporciona en su cuero cabelludo.

—Yo también, debe ser el destino—susurra de forma adormecida—. Tengo una foto de mi madre, pero está incompleta—añade con una sonrisa divertida.

—Oh, eso es extraño, yo tengo una foto de mi padre también, y está incompleto... ¿Quieres qué la busque?—Inquiere mientras detiene las caricias, Rin abre sus ojos ante ello, casi regañándolo por detenerse.

—Mmm, no, déjalo—expresa mientras se hunde nuevamente en su pecho, Len la observa sorprendido.

—¿Segura? Te encanta hacer ésto—denota mientras siente a Rin susurrar algo.

—Debo superar esa película, Len, ya estoy grande—explica y Len se mofa.

—¿Grande? ¿Quién...? ¿Tú?—Se jacta y ella le da una palmada a su pecho, mientras frunce el ceño.

—Calla, esa no es forma de hablar a tus mayores—refunfuña y Len sonríe.

—Yo nací primero, por lo que en teoría yo soy el mayor, por más que seamos gemelos—explica y Rin masculla algo en respuesta que él no oye, pero al ver que parece acomodarse para dormir nuevamente suspira—. Tenemos que prepararnos para ir al instituto, Rin—comienza pero ella niega mientras lo abraza.

—No, no quiero—se queja mientras lo mantiene en su lugar, Len suspira.

—Pues al mundo no le importa lo que tú quieras—comenta mientras toma su brazo e intenta quitarlo de su estomago, aunque Rin tiene un agarre bastante sólido.

—¿Ni siquiera a tí?—Inquiere y cuando él baja la vista se da cuenta de lo cerca que está el rostro de su gemela, traga algo de saliva, acción que la rubia nota.

—Claro que me importa lo que quieres, pero no dejaré que faltes al instituto solo porque no tengas ganas de ir—expresa y su hermana hace un puchero.

—Oh, no, creo que tengo fiebre—empieza mientras se aleja y se tapa con las mantas, Len se sienta y observa la pobre y para nada convincente actuación de su hermana mientras niega.

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⏰ Última actualización: Dec 20, 2019 ⏰

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La noche de los meteoros | rilenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora