Stand By Me » Yoongi, BTS [En Edición]

Capítulo 15 [2]

Las luces verdes y rojas se volvieron parte de la sala y de la mayor parte de la casa de Yoongi, excepto por su dormitorio y el baño.

Al parecer Taehyung y Young Saeng eran un gran equipo para esto de las decoraciones navideñas, ambos habían logrado embellecer el hogar de Yoongi con una elegancia total cargada del espíritu navideño en tiempo récord, sólo bastaron un poco más de dos horas para que el autodenominado equipo "Ositos de nieve" ponga manos a la obra y hagan lo que más les agradaba en estas fechas, mientras que Yoongi iba a la estación a recoger a sus padres y a los de Taehyung.

El ánimo del pequeño Min había mejorado con el pasar del día, gracias a las bromas y ocurrencias por parte de Tae, cuándo el pequeño despertó un notable desánimo cargaba su rostro, pero Taehyung se encargó de avivarlo con su compañía y para cuando vio a sus abuelos ingresar por la puerta todo había pasado, se aferró a los brazos de sus abuelos mientras que ellos repartían besitos muy amorosos por el rostro y la cabecita del pequeño, haciendo que el nombre de Yoora ya no rondara por la mente de Young Saeng. Yoongi hubiera deseado poder hacer lo mismo.

Los abuelos de Saeng y los padres de Taehyung habían llegado colmados de regalos, tanto como para el pequeño de la familia y para sus descendientes, así que todo el ambiente familiar era reconfortante para los presentes.

Ya había pasado una hora después del mediodía y las progenitoras de las familias Kim y Min, habían decidido preparar el almuerzo para sus retoños. Yoongi se ofreció a ser él quien lo haga considerando que el viaje de Daegu a Seúl era agotador, pero cuando apenas dio un paso hacia su cocina su madre lo empujó lejos ignorando su petición, la señora Min le hizo entender que para ella era una gran satisfacción prepararles el almuerzo, porque ya que no podía hacerlo seguido debía aprovechar esta ocasión para consentir a su primogénito y a su adorado nieto. Yoongi no pudo negarse ante la mirada suplicante de su madre así que desistió de seguir intentando que su madre descansara.

En la sala mientras Young Saeng jugaba con sus carritos sobre la alfombra, los señores conversaban muy a gusto con sus hijos sobre temas económicos, la carrera de Taehyung, el trabajo de Yoongi y la vida amorosa de sus hijos.

Taehyung quiso burlarse de Yoongi cuando escuchó que el padre de este le preguntó "¿Hay alguien que te quite el aliento?". Estaba claro que el señor Min desconocía lo incómodo que era para Yoongi responder aquella pregunta, pero para Tae era gracioso ver como las orejas de su mejor amigo cambiaban de color por el bochorno que comenzaba a sentir, pero así como Taehyung se burlaba de Yoongi, también lo ayudó a pasar de tema hablando de lo maravilloso que se sentía en su carrera, Taehyung adoraba estudiar fotografía, cada curso que estaba llevando le hacía desear aún más terminar con su carrera y empezar a estudiar su segunda carrera muy relacionada: Comunicación audiovisual. Taehyung le hizo saber a su padre lo fuerte que era su vocación y la pasión por ambas carreras, recibiendo una sonrisa orgullosa por parte de su padre.

El señor Min no se quedó atrás, escuchar que Yoongi era el mejor de su clase por parte de la boca de Taehyung hizo que sintiera que su pecho se inflaba de orgullo tanto como por lo que su hijo estaba logrando y también por la modestia y humildad que tenía al negarse que era el mejor de su clase, ante su padre Yoongi podía mostrarse con sinceridad sobre ese tema, pero con otros él siempre jugó el papel de saber lo perfecto y bueno que era en todo, utilizar una máscara para ocultar su verdadera identidad era lo que hacía en la universidad.

—¿Cuándo podlemos ablil los legalos? —la vocecita del pequeño detuvo su conversación para que luego todos lo observaran con ternura, Young Saeng se sentó sobre la alfombra mirando a su abuelo mientras abultaba sus mejillas a la par que hacia un mohín con su pequeña nariz. —Son muchos legalos abuelo, al menos ¿Puedo ablil uno pol favol? —juntó sus manitas implorando comprensión, aquella no tardó en llegar por parte de su abuelo que atacado por demasiada ternura asintió de inmediato.