Capítulo V

1.4K 105 46
                                    

• • •

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

• • •

Los rayos del sol le pegaban en la cara a Akira, haciendo que ella se despertará de ya un mal humor.

Sé levantó de su cama y talló sus ojos; había recuerdado que, Subaru, ahora su mejor amigo, había dormido en su habitación la noche anterior. Por lo que volteo encontrándose con este aún dormido.

Sonrió como tonta y se levantó de su cama tratando de no hacer mucho ruido, y siendo precavida de algún movimiento brusco que despertará al Sakamaki.

Sintió el frío suelo en las plantas de sus pies, haciéndola despertar un poco más.

Rodeó la cama hasta llegar al otro extremo, donde estaba el gran ventanal, su idea era cerrar las cortinas que en la noche no hizo;de igual forma, de ese lado, estaba Subaru.

Cuando pasó delante de él, Subaru la tomó de la muñeca jalandola, para que se golpeará la rodilla con la cama.

Le dolió mucho.

— ¡Idiota! — lo insultó gritándole bastante enojada. La había asustado con su agarre tan repentino.

— ¿Por qué te despiertas tan temprano? — preguntó calmado; por parte de Akira, rodeó los ojos.

— Culpa al sol, me despertó. — dijo sería mirándolo.

— Sigue durmiendo. — desvío el tema.

— Enserio te pareces a Shuu ya, como vago durmiendo en todos lados. — bromeó la humana.

— Pero yo duermo en la cama, no en el suelo como el imbecíl de él. — respondió, por parte de la castaña, sonrió de lado.

— Claro, bueno ¿me sueltas? Te lo agradeceria. — cambió de tema, esta vez, la Kobayashi.

— De acuerdo, si quieres me voy para que te arregles y esas cosas. — habló soltando su muñeca y con un leve sonrojo; se sentó en la cama y luego se levantó de esta.

— ¡Maldito pervertido! — respondió gritando la chica, aventadole una almohada al menor de los Sakamaki, dándole en la cabeza, por lo que él volteo a verla.

— No es mi culpa, tenemos a aquí a dos pervertidos en la mansión. —agregó.

— Pues contigo con tres.

- Eso no es cierto, ya te había dicho que suelo sonrojarme mucho. - eso mismo se lo había dicho la noche de ayer.

— Bueno sí, pero eso no es excusa para que andes pensando en cosas que no. — contra atacó la chica señalandolo con su dedo índice.

— Yo también te quiero, Akira. — dijo sonreído.

— Maldito bipolar. — susurró para misma.

— Así me quieres idiota. — y no le dejó decirle algo más, ya que salió de la habitación teletransportandose.

— Maldito idiota. — susurró una vez más.

𝐌𝐢 𝐝𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐞𝐧𝐦𝐚𝐬𝐜𝐚𝐫𝐚𝐝𝐚 ⎸KanatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora