Capitulo X

1.2K 78 18
                                    

• • •

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

• • •

Kanato se despertó por si sólo, encontrándose en su habitación a oscuras, por ende significaba que era de noche y faltaba solo unas pocas horas para tener que ir al instituto.

Divisó a su Akira que estaba frente de él con sus ojos cerrados, respiración tranquila y posaba una pequeña sonrisa en sus labios haciéndolo sonreír inconscientemente al peli lila, por ello acercó sus labios hasta unirlos en un corto beso provocado que la humana se despertarse.

— Buenos días Kanato-San. — ya acostumbrado que le dijera así seguía sintiendo calidez pues se le hacía muy lindo que le llamara de esa forma.

— Buenos días muñeca-chan. — él vampiro alzó su mano hasta que esta se posición en la mejilla de la castaña y acariciar esta con ternura. — ¿Cómo dormiste? — preguntó.

— Muy bien ¿y tú? — sonrió para luego reincorporarse y así sentarse en la cama, cosa que igualmente hizo el más alto.

— Muy bien, gracias. — Kanato le dio un pequeño beso en la mejilla para luego levantarse de su cama. — Ve a tu habitación para que te cambies, tenemos escuela. — ella asintió con lo que dijo el Sakamaki, levantándose de la cama y caminar hacia la puerta saliendo por esta y así ir a su habitación.

Kanato sonrió y se dispuso a prepararse para el instituto.

Mientras que Akira llegaba a su habitación, para cambiarse al uniforme de la escuela. Aún no se acostumbraba a la corta falda que seguía odiando, preguntándose porque hacían tan cortas las falsas para la escuela, si se suponía era eso, una escuela.

Bufó y con molestia se puso el uniforme mientras se veía por el espejo con un poco de asco hacia su cuerpo que jamás le gustaba y por ende no le gustaba mostrar más de lo que podía, y por el uniforme que le hacía sacar de sus principios de como ella le gusta vestir.

Desearía que le dejasen usar pantalónes, cuanto daría por eso.

Una vez que terminó de vestirse, bajó por las escaleras y caminó hacía la entrada donde logró divisar a sus dos amigos. Ayato con Yui, al parecer feliz de estar con ella, por lo que sonrió falsamente dirigiéndose a Subaru.

— Vámonos. — La chica se le acercó hasta el oído del albino teniéndose que parar de puntitas. — Huele mucho a amor y dulzura aquí. — se separó luego de eso para hacer señas hacia el pelirrojo y la rubia.

Él le entendió yéndose caminando juntos hacia la limusina.

Cuando se adentró al vehículo vio a Kanato dentro de este, por lo que no dudo en sentarse a su lado, para luego sentir a Subaru sentarse a lado de ella y así estar en medio de ellos.

— Hola Kanato. — ella sonrió mientras él volteó la mirada y así verla abrazando a su Teddy.

— H-hola Akira... — sonrió nervioso para luego voltear su mirada hacía abajo, para especificar, a su oso de peluche.

𝐌𝐢 𝐝𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐞𝐧𝐦𝐚𝐬𝐜𝐚𝐫𝐚𝐝𝐚 ⎸KanatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora